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  • Perimenopausia y Menopausia y el Apoyo Psicológico: Una Guía para Mujeres en una Nueva Etapa de Vida

    Perimenopausia y Menopausia y el Apoyo Psicológico: Una Guía para Mujeres en una Nueva Etapa de Vida

    La perimenopausia y la menopausia son etapas naturales en la vida de todas las mujeres. Son etapas significativas, llenas de cambios y desafíos.

    ¿Qué es la Perimenopausia?

    La perimenopausia es la etapa de transición antes de la menopausia, durante la cual el cuerpo de una mujer comienza a experimentar cambios hormonales significativos. Este período puede durar varios años y es caracterizado por fluctuaciones en los niveles de estrógeno y progesterona, las principales hormonas femeninas.

    Características de la Perimenopausia

            Irregularidades menstruales: durante la perimenopausia, los ciclos menstruales pueden volverse irregulares. Las menstruaciones pueden ser más cortas, más largas, más ligeras o más abundantes, y los intervalos entre los periodos pueden variar.

            Sofocos y sudoración nocturna: los cambios hormonales pueden causar sensaciones repentinas de calor intenso y sudoración, especialmente por la noche.

            Problemas de sueño: muchas mujeres experimentan dificultades para dormir, insomnio o sueño interrumpido.

            Fatiga: la falta de sueño y los cambios hormonales pueden llevar a una sensación general de cansancio.

            Dolores de cabeza y migrañas: las fluctuaciones hormonales pueden desencadenar dolores de cabeza y migrañas en algunas mujeres.

    Síntomas Emocionales y Psicológicos:

            Cambios de humor: es común experimentar cambios de humor, irritabilidad o ansiedad.

            Depresión: algunas mujeres pueden desarrollar síntomas depresivos durante la perimenopausia.

            Dificultad para concentrarse: los cambios hormonales pueden afectar la memoria y la concentración.

    Cambios Físicos:

            Aumento de peso: muchas mujeres notan un aumento de peso, especialmente alrededor de la cintura.

            Pérdida de masa muscular y aumento de grasa corporal: el metabolismo puede ralentizarse, lo que puede llevar a cambios en la composición corporal.

    Duración de la Perimenopausia

    La duración de la perimenopausia varía de una mujer a otra, pero en promedio, puede durar entre 3 a 5 años. Sin embargo, algunas mujeres pueden experimentar esta fase durante solo unos meses, mientras que otras pueden pasar hasta 10 años en perimenopausia antes de llegar a la menopausia.

    Tratamiento y Manejo de la Perimenopausia

    Para manejar los síntomas de la perimenopausia, las mujeres pueden considerar diversas estrategias, incluyendo cambios en el estilo de vida, terapias hormonales y tratamientos no hormonales:

            Estilo de vida saludable: mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y dormir lo suficiente puede ayudar a mitigar algunos síntomas.

            Terapias hormonales: bajo la supervisión de un médico, las terapias hormonales pueden ayudar a equilibrar los niveles hormonales y aliviar síntomas severos. Es esencial que este tipo de terapia sea recomendada y acompañada por un médico, ya que puede haber efectos secundarios.

            Tratamientos no hormonales: algunos fármacos o productos naturales pueden ser útiles para manejar los síntomas.

            Terapia psicológica: la terapia puede ayudar a manejar los cambios emocionales y psicológicos asociados con la perimenopausia.

    ¿Qué es la Menopausia?

    La menopausia es la fase de la vida de la mujer marcada por el cese permanente de la menstruación y la finalización de la fertilidad. Aunque es un proceso biológico normal, puede venir acompañado de una serie de síntomas físicos y emocionales que varían en intensidad. En nuestro centro de psicología, entendemos que la menopausia puede ser una experiencia desafiante, y estamos aquí para ayudar a las mujeres a navegar por esta transición con apoyo y herramientas efectivas.

    La menopausia generalmente ocurre entre los 45 y 55 años, aunque puede variar. Se considera que una mujer ha alcanzado la menopausia cuando no ha tenido un periodo menstrual durante 12 meses consecutivos. Este proceso está relacionado con la disminución de las hormonas reproductivas, como el estrógeno y la progesterona, producidas por los ovarios.

    Síntomas Comunes de la Menopausia:

    • Sofocos y sudoración nocturna
    • Cambios de humor y ansiedad
    • Irritabilidad
    • Dificultad para dormir
    • Sequedad vaginal
    • Reducción de la libido
    • Problemas de concentración y memoria

    El Impacto Emocional de la Menopausia

    Los cambios hormonales pueden tener un impacto significativo en el bienestar emocional de las mujeres. Es común experimentar sentimientos de tristeza, irritabilidad, o ansiedad. Además, la percepción de envejecimiento y los cambios en la identidad pueden generar inseguridades y una disminución de la autoestima.

    Cómo Puede Ayudar la Terapia

    Aquí en nuestro centro, la terapia que ofrecemos para las mujeres en la fase de perimenopausia o menopausia consta de varias formas de apoyo:

    1. Terapia psicológica para la menopausia: es eficaz para ayudar a las mujeres a manejar los síntomas emocionales de la menopausia. A través de esta terapia, las mujeres pueden aprender técnicas para reducir la ansiedad, mejorar el estado de ánimo y enfrentar los desafíos diarios de manera más efectiva.
    2. Terapia de apoyo: hablar con una psicóloga puede proporcionar un espacio seguro para expresar preocupaciones y miedos relacionados con la menopausia. La terapia de apoyo ofrece comprensión y validación, lo que puede aliviar la carga emocional.
    3. Mindfulness y relajación: las técnicas de mindfulness y relajación pueden ser útiles para reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño. Estas prácticas ayudan a las mujeres a mantenerse en el presente y a manejar los síntomas de manera más eficaz.

    Otras opciones:

             Grupos de apoyo: los grupos de apoyo permiten a las mujeres compartir sus experiencias y aprender de otras que están pasando por situaciones similares. Esto puede reducir el sentimiento de aislamiento y proporcionar una red de apoyo emocional.

    Estrategias para Manejar la Menopausia

    Además de la terapia, hay varias estrategias que las mujeres pueden utilizar para manejar los síntomas de la menopausia:

    • Mantener una dieta equilibrada: una alimentación equilibrada es útil para mantener la salud ósea.
    • Ejercicio regular: ayuda a controlar el peso, mejora el estado de ánimo y promueve un mejor sueño.
    • Dormir adecuadamente: establecer una rutina de sueño y crear un ambiente propicio para descansar.
    • Evitar desencadenantes de sofocos: como alimentos picantes, cafeína y alcohol.
    • Practicar técnicas de relajación: como yoga, mindfulness, meditación y técnicas de respiración.

    Tanto la perimenopausia como la menopausia son etapas significativas y desafiantes en la vida de una mujer, en las que tenemos que adaptarnos a varios cambios necesarios para nuestra salud física y mental. Esta adaptación puede ser compleja, pero con el apoyo adecuado y las herramientas correctas, es posible navegar por esta transición de manera saludable y positiva. En nuestro centro de psicología, estamos comprometidas a proporcionar el apoyo y la orientación necesarios para que las mujeres puedan enfrentar esta etapa con confianza y bienestar. Si estás experimentando síntomas de la perimenopausia o de la menopausia y necesitas apoyo, no dudes en ponerte en contacto con nosotras. Estamos aquí para ayudarte.

     

     

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    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

     

     

     

  • Rompiendo el ciclo: cómo los patrones de aprendizaje disfuncionales de la infancia impactan en nuestras vidas adultas

    Rompiendo el ciclo: cómo los patrones de aprendizaje disfuncionales de la infancia impactan en nuestras vidas adultas

     Desde el momento en que nacemos, estamos inmersos en un mundo lleno de influencias: familiares, culturales, sociales y emocionales. Muchas de estas influencias se arraigan profundamente en nuestras mentes durante la infancia, moldeando la forma en que vemos el mundo y cómo nos relacionamos con él. Estas primeras experiencias, especialmente las dinámicas familiares, pueden dejar una marca duradera en nuestra psique, afectando nuestras decisiones, relaciones y bienestar emocional en la vida adulta.

    A menudo, sin ser conscientes de ello, recreamos las mismas dinámicas familiares que experimentamos en nuestra infancia en nuestras relaciones adultas. Los patrones de comportamiento que aprendimos de niños pueden influir sutilmente en nuestras decisiones y acciones, incluso décadas después. Nos encontramos repitiendo lo que no hemos resuelto: los conflictos no abordados en la infancia pueden resurgir en nuestras vidas adultas de maneras sorprendentes, manifestándose en relaciones personales, profesionales e incluso en nuestra relación con nosotros mismos.

    Cuando lo malo conocido es más cómodo que hacer cambios

    Lo irónico es que la familiaridad de estos patrones disfuncionales puede hacernos sentir cómodos, incluso cuando nos hacen daño. Nos aferramos a lo conocido, incluso si eso significa perpetuar ciclos de dolor y sufrimiento. Sin embargo, romper con estos patrones de aprendizaje disfuncionales requiere valentía y autoconciencia.

    Reconocer nuestros patrones repetitivos es el primer paso hacia la liberación de su influencia sobre nuestras vidas adultas. Requiere una mirada honesta hacia nuestro pasado, confrontando las experiencias que nos han definido y las creencias arraigadas que hemos internalizado.

    Rompiendo el ciclo

    No estamos condenados a repetir el pasado. Podemos aprender nuevas formas de relacionarnos y responder a los desafíos de la vida. La sanación comienza cuando nos atrevemos a desafiar los patrones familiares y a escribir nuestro propio guion de vida. Requiere un esfuerzo consciente para desaprender viejos hábitos y adoptar nuevas formas de ser y relacionarnos con el mundo que nos rodea.

    Romper el ciclo de los patrones de aprendizaje disfuncionales no es fácil. Requiere coraje, paciencia y apoyo. Pero el resultado final vale la pena: una vida más auténtica, más libre y más plena. Es hora de tomar las riendas de nuestro destino y escribir nuestra propia historia, una que refleje quiénes somos realmente y quiénes queremos ser. Es hora de dejar atrás el pasado y abrazar el futuro con valentía y esperanza.

    Ejemplos de Patrones de Aprendizaje Disfuncionales y su Impacto en la Vida Adulta

                –El patrón de evitación del conflicto: María creció en un hogar donde cualquier forma de confrontación era vista como algo negativo. Sus padres siempre evitaban discutir problemas familiares abiertamente, prefiriendo ignorarlos o evitarlos por completo. Como adulta, María encuentra difícil manejar situaciones conflictivas en su trabajo. Evita confrontaciones a toda costa, lo que a menudo resulta en problemas no resueltos y tensiones crecientes en el entorno laboral.

                 –La búsqueda constante de aprobación: Carlos fue criado por padres exigentes que siempre condicionaban su amor y aceptación a su desempeño académico y logros deportivos. Como resultado, Carlos creció buscando constantemente la aprobación de los demás. En su vida adulta, sigue buscando la validación externa en todas sus relaciones, sacrificando su propia felicidad y bienestar en el proceso.

                 –El patrón de autosacrificio: Laura creció en un hogar donde su madre siempre ponía las necesidades de los demás antes que las suyas. Siempre estaba disponible para ayudar a los demás, incluso si eso significaba descuidar su propia salud y bienestar. Como adulta, Laura sigue sacrificándose por los demás, sintiéndose incapaz de establecer límites saludables en sus relaciones personales y profesionales.

                 –El miedo al abandono: Roberto experimentó la pérdida de un padre a una edad temprana y creció sintiéndose inseguro y temeroso de ser abandonado por aquellos a quienes amaba. Como adulto, lucha constantemente con la ansiedad y la necesidad de seguridad en sus relaciones románticas, temiendo que cualquier señal de distancia sea el preludio del abandono.

                 –La tendencia a repetir relaciones tóxicas: Ana creció en un hogar donde presenció constantes conflictos y relaciones disfuncionales entre sus padres. Como adulta, encuentra que se siente atraída por personas que replican esos mismos patrones de comportamiento. Aunque consciente del daño que estas relaciones pueden causar, Ana lucha por romper con este ciclo y encontrar relaciones más saludables.

     

    Estos ejemplos ilustran cómo los patrones de aprendizaje disfuncionales de la infancia pueden influir en nuestras vidas adultas de formas complejas y a menudo perjudiciales. Sin embargo, también nos recuerdan que es posible romper con estos patrones y escribir nuestro propio guion de vida, uno que refleje nuestros valores, deseos y aspiraciones más profundos.

    La Variabilidad en la Respuesta a las Experiencias de la Infancia

    Es importante tener en cuenta que no todas las personas que experimentan situaciones similares a las descritas en los ejemplos desarrollarán patrones de aprendizaje disfuncionales en la vida adulta. La forma en que internalizamos y respondemos a nuestras experiencias de la infancia puede variar significativamente de una persona a otra. Factores como el temperamento individual, el apoyo social, las experiencias adicionales fuera del hogar familiar y la capacidad de procesar y aprender de las experiencias pasadas pueden influir en cómo nos desarrollamos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea.

    El uso de la terapia para cambiar los patrones de aprendizaje disfuncionales

    La terapia ofrece un espacio seguro y de apoyo donde podrás explorar y comprender mejor los patrones de aprendizaje disfuncionales arraigados en tu infancia. Técnicas terapéuticas como el Análisis Transaccional, pueden ayudarte a identificar y desafiar creencias limitantes, procesar emociones pasadas y aprender nuevas habilidades para relacionarte contigo mismo/a y con los demás. Con la orientación de un/a psicólogo/a especializado/a, puedes llegar a transformar tu vida, rompiendo con los viejos patrones y escribiendo tu propio guion de vida.

     

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    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

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  • Conociendo la Adicción a la Comida: Desafíos y Estrategias para Superarla

    Conociendo la Adicción a la Comida: Desafíos y Estrategias para Superarla

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  • Descubriendo la Dependencia Emocional: La Historia de Juan y su Viaje hacia Relaciones más Saludables

    Descubriendo la Dependencia Emocional: La Historia de Juan y su Viaje hacia Relaciones más Saludables

    En un mundo donde la salud mental es crucial, exploramos historias que ilustran la complejidad de los trastornos psicológicos, por ejemplo la dependencia emocional.

    Hoy, compartimos la historia de Juan, un hombre de 45 años que busca ayuda terapéutica debido a una serie de dificultades emocionales y relacionales que ha experimentado a lo largo de su vida.

    Juan no es una paciente real, pero su historia refleja los desafíos comunes que enfrentan muchos/as pacientes que buscan ayuda en nuestro centro. A través del caso ilustrativo de Juan, buscamos abordar las dificultades de personas que, sin saber el porqué, se relacionan desde un modelo disfuncional, entrando en relaciones tóxicas.

    Juan llega al centro tras el ultimátum de su pareja. Informa haber tenido una fuerte discusión en la que hubo gritos e insultos.

    Juan relata sentir una constante sensación de insuficiencia y falta de valía, lo que ha resultado en una dependencia emocional significativa en sus relaciones de pareja. Ha estado involucrado en varias relaciones tóxicas en el pasado, caracterizadas por el control excesivo, la manipulación y la falta de respeto mutuo. Además, Juan admite tener dificultades para controlar su ira, a menudo experimentando estallidos emocionales intensos en respuesta a situaciones estresantes o conflictivas. Juan también revela un patrón de apego ansioso ambivalente en sus relaciones, sintiendo una necesidad intensa de intimidad y cercanía, pero al mismo tiempo experimentando miedo al abandono y la reactividad emocional.

    Evaluación y Diagnóstico

    La evaluación inicial revela una historia clínica compleja, incluyendo antecedentes familiares de relaciones disfuncionales y eventos traumáticos pasados como haber sido criado en un hogar donde predominaba la crítica y la falta de afecto, así como la separación de sus padres durante la infancia. Juan ha luchado toda su vida por sentirse aceptado y amado, encontrándose a lo largo de su vida con experiencias de abuso emocional en sus relaciones de pareja.

    Después de una serie de relaciones tóxicas y dolorosas, y el ultimátum de su actual pareja, Juan se encuentra en un punto de quiebre, buscando desesperadamente un cambio en su vida emocional y relacional.

    La evaluación nos indica que Juan presenta una baja autoestima, dependencia emocional, trastorno de control de impulsos y apego ansioso ambivalente.

    Cómo afecta la dependencia emocional

    La dependencia emocional y los problemas relacionales pueden tener un impacto devastador en la vida de los individuos, afectando su bienestar emocional, su salud mental y su calidad de vida en general. En el caso de Juan, la dependencia emocional está afectando las siguientes áreas:

    1. Relaciones tóxicas: la dependencia emocional puede estar llevando a Juan a involucrarse en relaciones tóxicas y disfuncionales. Su constante necesidad de ser amado y validado puede hacer que se quede en relaciones que son perjudiciales para él, incluso una vez que reconozca que no son saludables.
    2. Baja autoestima: la dependencia emocional suele estar asociada con una baja autoestima y una sensación de falta de valía. Juan puede buscar constantemente la aprobación de los demás para sentirse bien consigo mismo, lo que puede perpetuar sus sentimientos de inadecuación.
    3. Miedo al abandono: la dependencia emocional también puede manifestarse en un miedo intenso al abandono. Juan puede sentir una necesidad abrumadora de mantener cerca a sus parejas, temiendo que, si se alejan, él será incapaz de manejarlo emocionalmente.
    4. Dificultad para establecer límites: la dependencia emocional puede hacer que a Juan le resulte difícil establecer límites saludables en sus relaciones. Puede estar dispuesto a sacrificar sus propias necesidades y deseos para mantener la conexión con sus parejas, incluso a expensas de su bienestar emocional.
    5. Ansiedad y estrés: la dependencia emocional puede estar acompañada de altos niveles de ansiedad y estrés. Juan puede experimentar ansiedad constante sobre el estado de sus relaciones y temor a perder el amor y la aceptación de sus parejas.

     Cómo es la intervención terapéutica de la dependencia emocional en el caso de Juan

    Toda la intervención es diseñada en colaboración con Juan para establecer metas realistas y alcanzables.

    • Evaluación exhaustiva: comenzamos con una evaluación detallada de la historia clínica, incluyendo antecedentes familiares, eventos traumáticos pasados, y patrones de relación significativos. Esto puede ayudar a comprender mejor las causas subyacentes de sus problemas de autoestima, dependencia emocional y control de la ira.
    • Terapia individual: la terapia individual nos ayudará para abordar la baja autoestima y la dependencia emocional. Esto implica identificar y desafiar pensamientos negativos y distorsionados, desarrollar habilidades para manejar las emociones y promover una autoimagen más positiva y realista.
    • Terapia de apego: dado el apego ansioso ambivalente que presenta Juan, una terapia centrada en el apego puede ser crucial en su proceso terapéutico. Esto implica explorar y abordar los patrones de relación disfuncionales que ha internalizado desde la infancia y que pueden estar influyendo en las relaciones adultas, y trabajar para establecer relaciones más seguras y satisfactorias basadas en la confianza, la comunicación abierta y la reciprocidad emocional.
    • Manejo de la ira: la terapia de control de la ira puede ser útil para ayudar a Juan a desarrollar estrategias efectivas para manejar la ira y regular las emociones de manera saludable. Esto puede incluir técnicas de relajación, habilidades de comunicación asertiva y resolución de conflictos.
    • Psicoeducación sobre relaciones saludables: proporcionar educación sobre los componentes de las relaciones saludables, incluyendo límites personales, comunicación abierta y respeto mutuo, ayudará a Juan a relacionarse de manera más sana en el futuro.
    • Apoyo social: fomentar la participación de Juan en actividades sociales y el establecimiento de redes de apoyo puede ser fundamental para mejorar el bienestar emocional de Juan y reducir la dependencia emocional en una sola relación.

    El abordaje clínico de la dependencia emocional y los problemas relacionales en adultos requiere una intervención integral que aborde tanto los aspectos emocionales como los relacionales. A través de una combinación de terapia individual, terapia de apego, manejo de la ira y psicoeducación sobre relaciones saludables, las personas como Juan pueden aprender a desarrollar una autoestima saludable, establecer relaciones más satisfactorias y mejorar su bienestar emocional en general.

    Este artículo proporciona un análisis detallado del caso de Juan, así como una visión general de las estrategias terapéuticas utilizadas para abordar sus problemas emocionales y relacionales, con la esperanza de que los lectores puedan identificarse y encontrar inspiración en su historia de superación. Es importante abordar estas preocupaciones con una intervención terapéutica adecuada para ayudar al paciente a desarrollar una mayor independencia emocional y relaciones más saludables. 

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    Sandra Ribeiro

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  • Guía para Padres y Madres: cómo apoyar a tu hijo/a cuando expresa pensamientos de suicidio

    Guía para Padres y Madres: cómo apoyar a tu hijo/a cuando expresa pensamientos de suicidio

    Cuando un hijo o hija expresa pensamientos de suicidio, es una situación alarmante y estresante para los padres y madres. Aquí hay algunas formas en las que los padres y madres pueden ayudar a su hijo/a en esta difícil situación:

    1. Escuchar con empatía: es fundamental que los padres/madres escuchen a su hijo/a de manera compasiva y sin juzgar. Esto puede ayudar al adolescente a sentirse comprendido y apoyado, lo que a su vez puede facilitar la comunicación abierta sobre sus sentimientos y pensamientos.
    2. Tomar en serio las preocupaciones del adolescente: los padres/madres deben tomar en serio cualquier indicio de pensamientos suicidas por parte de su hijo/a, incluso si no están seguros de la gravedad de la situación. Es importante no minimizar ni ignorar estos sentimientos, sino abordarlos de manera proactiva y compasiva.
    3. Buscar ayuda profesional: dada esta situación, es necesario buscar ayuda profesional para el/la adolescente. Esto puede incluir la consulta con un psicólogo/a y/o psiquiatra capacitado/a en la evaluación y tratamiento de problemas relacionados con la salud mental y el suicidio en adolescentes.
    4. Desarrollar un plan de seguridad: el/la psicólogo/a pueden ayudar a desarrollar un plan de seguridad que incluya estrategias específicas para manejar crisis y contactos de emergencia para proporcionar un sentido de control y seguridad tanto para el adolescente como para sus padres.
    5. Promover la comunicación abierta y el apoyo familiar: fomentar la comunicación abierta y el apoyo familiar puede ayudar a fortalecer la relación entre padres/madres e hijos/as y proporcionar un sistema de apoyo sólido para el adolescente durante momentos difíciles.
    6. Educar sobre el suicidio y la salud mental: proporcionar información precisa y comprensible sobre el suicidio y la salud mental puede ayudar a los padres y madres a comprender mejor los desafíos que enfrenta su hijo/a y cómo pueden apoyarlo/a de manera efectiva.
    7. Cuidado personal de los padres: es crucial que los padres y madres de adolescentes con problemas de salud mental ejerzan el cuidado de su propia salud mental y busquen apoyo cuando sea necesario. Los padres y madres pueden experimentar una amplia gama de emociones en respuesta a la situación de su hijo/a, y es importante que también cuiden de sí mismos mientras brindan apoyo a su hijo/a o no tendrán fuerza para afrontar esta situación tan compleja.
    8. Buscar recursos de apoyo: los/as psicólogos/as pueden ayudar a los padres y madres a desarrollar estrategias y recursos para ayudar a su hijo/a. Estas estrategias y recursos pueden proporcionar un espacio seguro para que los padres y madres hablen de sus experiencias, obtengan apoyo para lidiar con la situación de su hijo/a y aprendan herramientas de afrontamiento efectivas, así como reciban orientación, recursos y apoyo emocional para garantizar la seguridad y el bienestar del adolescente.

    Trabajar en la prevención del suicidio en adolescentes desde la terapia es un desafío crucial, pero significativo. Aquí hay algunas estrategias que los/as psicólogos/as solemos emplear:

    1. Evaluación de riesgos: es fundamental evaluar el riesgo de suicidio en cada adolescente que llega a terapia. Esto implica explorar sus pensamientos, sentimientos y comportamientos relacionados con el suicidio de manera cuidadosa y compasiva.
    2. Creación de un ambiente seguro: es importante que los adolescentes se sientan seguros y comprendidos durante las sesiones de terapia. Esto implica establecer una relación terapéutica sólida basada en la confianza y la empatía.
    3. Exploración de factores de riesgo y protectores: identificar los factores de riesgo que puedan aumentar la vulnerabilidad de un adolescente al suicidio, así como los factores protectores que puedan mitigar ese riesgo, es esencial para desarrollar un plan de intervención efectivo.
    4. Desarrollo de habilidades de afrontamiento: enseñar a los adolescentes estrategias saludables de afrontamiento para manejar el estrés, la ansiedad y otros desafíos emocionales puede ayudar a reducir su riesgo de suicidio. Esto puede incluir técnicas de relajación, resolución de problemas y habilidades de comunicación efectiva.
    5. Fomento del apoyo social: ayudar a los adolescentes a construir y fortalecer sus redes de apoyo social puede ser fundamental en la prevención del suicidio. Esto puede incluir trabajar en habilidades sociales, mejorar las relaciones familiares y fomentar la conexión con amigos y otros recursos de apoyo.
    6. Educación sobre la salud mental y el suicidio: proporcionar información precisa y comprensible sobre la salud mental y el suicidio puede ayudar a reducir el estigma asociado con estos temas y promover la búsqueda de ayuda cuando sea necesario.
    7. Desarrollo de un plan de seguridad: trabajar con el adolescente y su familia para desarrollar un plan de seguridad que incluya estrategias específicas para manejar crisis y contactos de emergencia puede ser crucial en situaciones de alto riesgo.
    8. Colaboración con otros profesionales: trabajar en colaboración con otros profesionales de la salud mental como, por ejemplo, psiquiatras, puede proporcionar un enfoque integral y coordinado para la prevención del suicidio en adolescentes.
    9. Monitoreo continuo y seguimiento: es importante monitorear de cerca el progreso del adolescente a lo largo del tratamiento y estar atento a cualquier señal de deterioro en su estado emocional. El seguimiento después de la finalización del tratamiento también es importante para mantener los resultados positivos a largo plazo.
    10. Promoción del autocuidado: finalmente, ayudar a los adolescentes a desarrollar hábitos de autocuidado saludables, como dormir lo suficiente, hacer ejercicio regularmente, trabajar su autoconcepto y su autoestima, y practicar la autocompasión, puede ser fundamental en la prevención del suicidio.

    Trabajar en la prevención del suicidio en adolescentes desde la terapia implica un enfoque multifacético que aborda tanto los aspectos clínicos como contextuales de su vida. Es crucial proporcionar un entorno de apoyo, desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas y promover la conexión con recursos de apoyo adecuados.

    En el Centro de Psicología Sandra Ribeiro contamos con psicólogas especializadas en terapia con adolescentes. Si tu hijo/a ha expresado algún pensamiento suicida o está pasando por cualquier otro problema de salud mental, no esperes más, busca ayuda lo antes posible. Una intervención temprana puede hacer mucha diferencia en la vida de tu hijo/a.

    Si necesitas ayuda o su hijo/a para superar este momento tan difícil, estamos aquí para ayudarte.

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    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

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  • El dolor del silencio: la decisión de contar o no la infidelidad a mi pareja

    El dolor del silencio: la decisión de contar o no la infidelidad a mi pareja

    A menudo se habla del dolor y el sufrimiento experimentado por la persona que ha sido engañada, pero es igualmente importante reconocer y abordar el dolor y el conflicto interno que puede experimentar la persona que ha sido infiel y que está arrepentida. Muchas veces, el sufrimiento de la persona infiel puede pasar desapercibido o no ser tan discutido. Algunas de las razones que esto puede ocurrir son las siguientes:

    1. Estigma y vergüenza: existe un estigma social asociado con la infidelidad, lo que puede hacer que las personas que han sido infieles se sientan avergonzadas de su comportamiento. Esta vergüenza puede dificultar que busquen apoyo o hablen abiertamente sobre su dolor.
    2. Culpabilidad y autoevaluación: después de cometer una infidelidad, muchas personas experimentan una intensa sensación de culpa y remordimiento. Pueden cuestionar su propia moralidad, valores y autoestima, lo que contribuye a su sufrimiento interno.
    3. Miedo a ser juzgado: la persona que ha sido infiel puede temer ser juzgada o rechazada por su familia, amigos o comunidad si revelan su infidelidad. Esto puede llevarlos a mantener en secreto lo ocurrido y su sufrimiento, y evitar buscar ayuda o apoyo.
    4. Responsabilidad por el dolor de la pareja: la persona infiel puede sentirse responsable del dolor y la angustia que han causado o pueden causar a su pareja. Este sentimiento de responsabilidad puede intensificar su propio sufrimiento y hacer que sea difícil para ellos hablar abiertamente sobre sus propias emociones.
    5. Falta de empatía de los demás: en algunos casos, puede haber una falta de empatía hacia la persona infiel, con un enfoque predominante en el sufrimiento de la pareja traicionada. Esto puede hacer que la persona infiel sienta que su dolor no es válido o digno de atención.

    Es importante reconocer que la infidelidad es un tema complejo que afecta a todas las partes involucradas de manera significativa. La persona que ha sido infiel arrepentida también merece compasión, apoyo y la oportunidad de sanar de su propio dolor. Ofrecer un espacio seguro para que la persona infiel pueda procesar sus emociones y buscar ayuda es crucial para su proceso de curación y crecimiento personal.

     

    La decisión de contar o no contar la infidelidad a tu pareja es muy personal y depende de varios factores, incluyendo la naturaleza de tu relación, tus valores personales y las circunstancias específicas de la infidelidad. Aquí hay algunos puntos a considerar que pueden ayudarte a tomar una decisión:

    1. Honestidad vs. daño potencial: La honestidad es fundamental en cualquier relación, pero también es importante considerar cómo revelar la infidelidad podría afectar a tu pareja. Pregúntate si ocultar la verdad podría dañar aún más la confianza en la relación si tu pareja descubre la infidelidad por otros medios.
    2. Motivación para contar: Examina tus motivaciones para contar la verdad. ¿Lo estás haciendo para aliviar tu propia culpa o para ser honesto y transparente con tu pareja? Es importante evaluar si contar la infidelidad es en interés de tu pareja o si podría causar más daño que bien.
    3. La capacidad de tu pareja para manejar la revelación: Considera la capacidad de tu pareja para manejar la revelación de la infidelidad. Algunas personas pueden preferir no saber sobre la infidelidad para evitar el dolor y la angustia emocional, mientras que otras pueden valorar la honestidad y la transparencia incluso si es doloroso.
    4. Consecuencias potenciales: Piensa en las posibles consecuencias de contar la infidelidad, tanto para ti como para tu pareja. ¿Cómo podría afectar esto a la relación? ¿Estás preparado para asumir las consecuencias, sean cuales sean?
    5. Busca ayuda profesional: Si estás luchando para tomar una decisión, considera buscar orientación de un terapeuta o consejero. Un profesional puede ofrecerte una perspectiva objetiva y ayudarte a explorar tus sentimientos y opciones de una manera más clara.

    En última instancia, no hay una respuesta única o correcta a esta pregunta, ya que cada situación es única y compleja. Tómate el tiempo necesario para reflexionar sobre tus sentimientos y considerar las implicaciones de tus acciones antes de tomar una decisión.

    Síntomas psicológicos en la persona que ha sido infiel

    Las personas que han sido infieles pueden experimentar una amplia gama de síntomas después de la infidelidad. Estos síntomas pueden variar según la situación individual, pero algunos de los más comunes incluyen:

    1. Sentimientos de culpa y remordimiento: muchas personas que han sido infieles experimentan una intensa sensación de culpa por sus acciones. El remordimiento puede ser abrumador y afectar significativamente su bienestar emocional.
    2. Ansiedad y preocupación: la ansiedad es un síntoma común después de la infidelidad, tanto para la persona infiel como para su pareja. Pueden surgir preocupaciones sobre las consecuencias de sus acciones, el futuro de la relación y la posibilidad de ser descubierto.
    3. Miedo a perder la relación: la persona infiel puede temer que su pareja decida terminar la relación como resultado de la infidelidad. Este miedo a la pérdida puede ser angustiante y contribuir a la ansiedad y la angustia emocional.
    4. Autoevaluación y culpa interna: después de la infidelidad, la persona infiel puede comenzar a cuestionar su propio carácter, valores y motivaciones. Puede preguntarse por qué cometió el acto de infidelidad y si es realmente la persona que creía ser.
    5. Depresión: algunas personas que han sido infieles pueden experimentar síntomas de depresión, como tristeza, desesperanza y falta de interés en actividades que solían disfrutar. La depresión puede ser desencadenada por la intensidad emocional de la situación y los sentimientos de culpa y remordimiento.
    6. Dificultades para dormir: el estrés y la ansiedad relacionados con la infidelidad pueden interferir con el sueño, lo que resulta en dificultades para conciliar el sueño, mantenerse dormido o despertarse temprano por la mañana.

    Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden ser temporales y que muchas personas encuentran formas de superar la infidelidad y reconstruir relaciones más saludables en el futuro. Sin embargo, si los síntomas persisten o son abrumadores, es recomendable buscar apoyo profesional de un/a psicólogo/a especializado/a en relaciones de pareja.

    En el Centro de Psicología Sandra Ribeiro contamos con psicólogas sanitarias especializadas en las relaciones de pareja, ya sea en la terapia de pareja o de forma individual para resolver conflictos como, por ejemplo, la infidelidad. 

     

     

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    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

     

  • La habilidad de decir NO: aprende a establecer límites saludables

    La habilidad de decir NO: aprende a establecer límites saludables

    Decir no puede ser difícil porque a menudo queremos evitar herir los sentimientos de otras personas o tememos la posibilidad de que nos juzguen. Sin embargo, establecer límites saludables es importante para mantener el equilibrio en nuestras vidas. Aquí tienes algunas sugerencias sobre cómo decir no de una manera respetuosa:

    1. Sé claro y directo: Expresa tu negativa de manera clara y directa. No dejes espacio para malentendidos o expectativas equivocadas.
    2. Explica tu razón (si es necesario): Si sientes que es apropiado, puedes ofrecer una breve explicación de por qué estás diciendo no. Sin embargo, no te sientas obligado a dar una razón si no quieres.
    3. Usa un lenguaje amable pero firme: Mantén un tono amable pero firme en tu respuesta. Evita sonar ambiguo o indeciso.
    4. Ofrece alternativas (si es posible): Si estás diciendo no a una solicitud específica, considera ofrecer alternativas que puedan ser aceptables para ambas partes, si eso es lo que quieres.
    5. Practica el autocuidado: Recuerda que está bien priorizar tu propia comodidad y bienestar. Decir no no te convierte en una mala persona; es una parte importante del establecimiento de límites saludables.

    ¿Por qué decir no tiene una connotación tan negativa?

    Decir no puede tener una connotación negativa debido a una variedad de razones culturales, sociales y psicológicas como, por ejemplo:

    1. Cultura del cumplimiento: En algunas culturas, se valora mucho el cumplimiento de las expectativas y el deseo de agradar a los demás. Decir no puede percibirse como una falta de consideración o cortesía.
    2. Miedo al rechazo: Muchas personas tienen miedo al rechazo o al conflicto, por lo que prefieren evitar decir no para evitar confrontaciones o herir los sentimientos de los demás.
    3. Presión social: A menudo, nos sentimos presionados por las expectativas sociales o las normas de grupo para actuar de cierta manera. Decir no puede ir en contra de estas normas percibidas y provocar preocupaciones sobre cómo seremos percibidos por los demás.
    4. Sentido de obligación: Sentimos que debemos cumplir con las solicitudes de los demás, especialmente si son amigos, familiares o colegas. Esto puede hacer que sea difícil decir no sin sentirnos egoístas o culpables.
    5. Cultura de la complacencia: En algunas situaciones, se espera que las personas sean complacientes y estén siempre dispuestas a ayudar a los demás, lo que puede hacer que decir no se perciba como una desviación de este ideal.

    Es importante reconocer que decir no no es necesariamente negativo. Establecer límites saludables y priorizar nuestro propio bienestar es esencial para mantener relaciones equilibradas y satisfactorias. Aprender a decir no de manera respetuosa y asertiva puede ser una habilidad valiosa para mejorar nuestra calidad de vida y nuestras relaciones interpersonales.

    Aprendiendo a decir NO

    Aprender a decir no puede ser un proceso gradual, pero es una habilidad importante para establecer límites saludables y cuidar de tu bienestar emocional. Aquí tienes algunas recomendaciones para ayudarte a decir no de manera efectiva:

    1. Reconoce tus propios límites: antes de poder decir no a los demás, necesitas entender tus propias necesidades y límites. Reflexiona sobre lo que te hace sentir cómodo o incómodo, y reconoce cuándo necesitas decir no para proteger tu bienestar.
    2. Practica la autoafirmación: fortalece tu confianza practicando afirmaciones positivas sobre tu derecho a establecer límites y decir no cuando sea necesario. Repite frases como “Tengo derecho a cuidar de mí mismo” o “Mi bienestar es importante”.
    3. Aprende a priorizarte: reconoce que es válido priorizar tus propias necesidades y deseos. No tienes que complacer a todos todo el tiempo. Permítete priorizarte a ti mismo sin sentirte egoísta.
    4. Practica la comunicación asertiva: aprende a comunicar tus límites de manera clara y directa, sin sentirte culpable. Usa un lenguaje firme pero respetuoso al expresar tu negativa.
    5. Aprende a decir no sin disculparte: no necesitas disculparte por decir no, especialmente si estás protegiendo tu bienestar o tus límites. Sé firme en tu decisión sin sentir la necesidad de dar excusas o justificaciones y sin ser agresivo/a en tu forma de expresarte.

    Recuerda que aprender a decir no lleva tiempo y práctica, así que sé paciente contigo mismo. Con el tiempo, te sentirás más cómodo y seguro al establecer límites y proteger tu bienestar. Si crees que necesitas ayuda para aprender a decir no y a establecer límites saludables en tus relaciones, aquí estamos para ayudarte.

     

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    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

     

  • Desarrollando tu mejor versión: Terapia para el Desarrollo Personal

    Desarrollando tu mejor versión: Terapia para el Desarrollo Personal

    La terapia para el desarrollo personal es un enfoque terapéutico que se centra en el crecimiento personal, el autoconocimiento y el desarrollo de habilidades para mejorar la calidad de vida de una persona. A diferencia de la terapia psicológica, que a menudo se centra en tratar problemas específicos o trastornos mentales, la terapia para el desarrollo personal se centra en el bienestar general y el desarrollo de todo el potencial de una persona.

    Este tipo de terapia puede incluir una variedad de técnicas y enfoques. El objetivo principal es ayudar a los individuos a explorar sus fortalezas, debilidades, valores y creencias, y trabajar en áreas específicas de su vida en las que deseen crecer y mejorar.

    ¿La terapia para el desarrollo personal es realizada por un/a psicólogo/a?

    Sí, la terapia para el desarrollo personal debe ser realizada por psicólogos/as que estén capacitados/as y tengan experiencia en este enfoque terapéutico. Estos/as profesionales pueden tener diferentes especialidades y formaciones adicionales en terapia cognitivo-conductual, terapia humanista, terapia de aceptación y compromiso, entre otras.

    ¿Qué diferencias hay entre la terapia psicológica y la terapia para el desarrollo personal?

    La diferencia principal entre la terapia psicológica y la terapia para el desarrollo personal radica en sus enfoques y objetivos.

    1. Terapia psicológica: También conocida como psicoterapia, se centra en el tratamiento de trastornos mentales, problemas emocionales y psicológicos específicos. Los psicólogos clínicos, psiquiatras y otros profesionales de la salud mental utilizan técnicas y enfoques terapéuticos basados en la evidencia para ayudar a las personas a superar síntomas como depresión, ansiedad, trastornos de la alimentación, trastorno de estrés postraumático, entre otros. La terapia psicológica suele estar más estructurada y centrada en la resolución de problemas específicos.
    2. Terapia para el desarrollo personal: Este tipo de terapia se centra en el crecimiento personal, el autoconocimiento y el desarrollo de habilidades para mejorar la calidad de vida de una persona. No está necesariamente dirigida a tratar trastornos mentales específicos, sino más bien a ayudar a las personas a explorar su potencial, fortalezas y debilidades, establecer metas personales y profesionales, mejorar sus relaciones interpersonales y encontrar un mayor sentido de propósito y satisfacción en la vida. La terapia para el desarrollo personal tiende a ser menos estructurada y más centrada en el cliente, adaptándose a las necesidades y objetivos individuales de cada persona.

    ¿A quién va dirigida la terapia para el desarrollo personal?

    Este tipo de Terapia puede dirigirse a cualquier persona que esté interesada en explorar su crecimiento personal, mejorar su autoconocimiento y desarrollar habilidades para vivir una vida más plena y satisfactoria. No está limitada a personas con trastornos mentales específicos, sino que puede beneficiar a cualquier individuo que desee trabajar en su crecimiento emocional, psicológico y en sus relaciones interpersonales.

    Por lo tanto, esta terapia puede ser adecuada para una amplia gama de personas, incluyendo aquellas que buscan mejorar su autoestima, aprender a manejar el estrés y la ansiedad, superar obstáculos personales, mejorar sus relaciones interpersonales, explorar su propósito de vida, o simplemente desean crecer y desarrollarse como individuos.

    ¿Cuáles son los problemas más comunes de las personas que buscan terapia para el desarrollo personal?

    Las personas que buscan terapia para el desarrollo personal pueden enfrentar una variedad de desafíos y problemas comunes. Algunos de los más frecuentes incluyen:

    1. Baja autoestima y falta de confianza: Muchas personas luchan con la autoestima y la confianza en sí mismas, lo que puede afectar su capacidad para alcanzar sus metas y disfrutar de la vida plenamente.
    2. Estrés y ansiedad: El estrés y la ansiedad son problemas comunes en la sociedad actual, especialmente entre aquellos que tienen responsabilidades laborales o personales demandantes.
    3. Dificultades en las relaciones: Problemas de comunicación, conflictos interpersonales, y dificultades para establecer y mantener relaciones saludables son preocupaciones frecuentes.
    4. Sentido de propósito y dirección: Muchas personas pueden sentirse perdidas o sin rumbo en su vida, buscando claridad sobre sus objetivos y propósito personal.
    5. Problemas de equilibrio entre trabajo y vida personal: La gestión del tiempo y el equilibrio entre las demandas laborales y la vida personal es un desafío constante para muchas personas.
    6. Problemas de liderazgo y gestión: Los líderes y gerentes pueden enfrentar desafíos en términos de motivar a su equipo, resolver conflictos, tomar decisiones difíciles y mantener un ambiente de trabajo saludable.

    Estos son solo algunos ejemplos, pero la terapia para el desarrollo personal puede abordar una amplia gama de problemas y desafíos que las personas enfrentan en su vida diaria.

    ¿Por qué la terapia para el desarrollo personal es tan buscada por los empresarios y directivos?

    Es cierto que la terapia para el desarrollo personal es bastante común entre empresarios y directivos. La presión y las demandas del mundo empresarial pueden ser intensas, y muchos líderes se enfrentan a desafíos únicos en términos de gestión del estrés, toma de decisiones, liderazgo efectivo y equilibrio entre trabajo y vida personal.

    La terapia para el desarrollo personal puede ayudar a los empresarios y directivos a:

    1. Gestionar el estrés y la presión del entorno empresarial.
    2. Mejorar sus habilidades de liderazgo y comunicación.
    3. Desarrollar una mayor autoconciencia y comprensión de sus propias fortalezas y debilidades.
    4. Aprender a establecer límites saludables entre el trabajo y la vida personal.
    5. Explorar sus valores y objetivos personales y profesionales.
    6. Superar obstáculos personales que puedan estar afectando su desempeño laboral.

    En general, la terapia para el desarrollo personal puede ser una herramienta valiosa para cualquier persona que esté buscando crecer y mejorar, independientemente de su posición en el mundo empresarial.

     

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  • La Realidad Detrás del Dolor de una Ruptura: Perdiendo una Parte de Nosotros Mismos

    La Realidad Detrás del Dolor de una Ruptura: Perdiendo una Parte de Nosotros Mismos

    Cuando nos enamoramos de otra persona, no solo nos conectamos con su ser, sino también con la versión de nosotros/as mismos/as que emerge en su presencia. Es como si cada relación fuera un espejo que refleja aspectos diferentes de nuestra personalidad y nos permite explorar nuevas facetas de quienes somos. Nos sentimos más vivos/as, más seguros/as, más felices cuando estamos con esa persona que amamos. Es como si encontráramos una versión mejorada de nosotros/as mismos/as en su compañía. Durante el tiempo que estuvimos juntos, nos convertimos en esta versión que se entrelazaba con la presencia y la influencia de nuestra pareja. Perder esa parte de nosotros/as mismos/as puede ser devastador y desorientador.

    Cuando llega el momento de una ruptura, no sólo experimentamos el dolor de perder a esa persona, sino también el dolor de perder esa parte de nosotros mismos que habíamos descubierto y cultivado durante la relación. Romper con alguien significa romper con las rutinas compartidas, los sueños y las experiencias compartidas. Pero también significa romper con la versión de nosotros mismos que éramos cuando estábamos con esa persona.

    El impacto emocional de una ruptura puede ser abrumador precisamente por esta razón. Nos sentimos perdidos, desconcertados y, a menudo, incompletos. Es como si una parte de nuestro ser se desvaneciera junto con la relación. El proceso de duelo no solo implica aceptar la pérdida de la otra persona, sino también la pérdida de la identidad que habíamos construido en el contexto de esa relación.

    Es importante reconocer y validar este dolor durante una ruptura. No se trata simplemente de “superarlo” o “buscar a otra persona”. Se trata de honrar y sanar las partes de nosotros mismos que hemos perdido en el camino. Es un proceso de reconstrucción de nuestra identidad y redescubrimiento de nuestro propio valor y autonomía.

    Al comprender esta dinámica subyacente, podemos abordar las rupturas con mayor compasión hacia nosotros/as mismo/as y hacia nuestra expareja. Reconocemos que, aunque la relación haya terminado, las lecciones aprendidas y las experiencias compartidas seguirán moldeándonos en el futuro. Y recordamos que el amor propio es la base sobre la cual podemos reconstruirnos y florecer una vez más, incluso después del dolor de una ruptura.

    Navegando por el dolor: reconstruyendo nuestra identidad después de una ruptura

    Con el fin de la relación, nos encontramos luchando por reconciliar quiénes éramos antes de la relación, quiénes nos convertimos durante la relación y quiénes queremos ser ahora que la relación ha terminado. Nos enfrentamos a preguntas difíciles sobre nuestra propia identidad y autenticidad. ¿Quiénes somos realmente cuando no estamos con nuestra pareja? ¿Cómo podemos redescubrir nuestra individualidad y reconstruir nuestra identidad fuera de la relación?

    El proceso de duelo después de una ruptura implica atravesar una montaña rusa de emociones: tristeza, ira, confusión, y a menudo una sensación abrumadora de vacío. Nos sentimos como si una parte de nuestro ser se hubiera desvanecido, dejándonos con una sensación de incompletitud y pérdida. Sin embargo, es importante recordar que el dolor que experimentamos es una parte natural y necesaria del proceso de curación.

    A medida que nos permitimos sentir y procesar nuestras emociones, comenzamos a reconstruir nuestra identidad desde cero. Esto implica volver a conectarnos con nuestras pasiones, intereses y valores, independientemente de la presencia de nuestra expareja o de una nueva pareja. Nos damos permiso para explorar nuevas experiencias, conocer nuevas personas y descubrir aspectos de nosotros/as mismos/as que habíamos olvidado o suprimido.

    Aunque el camino hacia la recuperación puede ser arduo y lleno de altibajos, también nos brinda la oportunidad de crecer y transformarnos de maneras que nunca habríamos imaginado. A medida que aprendemos a amarnos y valorarnos nuevamente, nos convertimos en versiones más auténticas y completas de nosotros/as mismos/as.

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  • Mi psicólogo/a y yo, ¿qué falló en lo nuestro?: Motivos de abandono en la terapia

    Mi psicólogo/a y yo, ¿qué falló en lo nuestro?: Motivos de abandono en la terapia

    Hablar sobre las razones por las cuales los pacientes abandonan la terapia es importante para entender mejor los motivos que hicieron que nuestros pacientes dejaran su terapia. Las razones pueden ser muy variadas, pero hay algunas que se repiten muy a menudo:

    1. Falta de conexión: a veces, los pacientes no se sienten conectados con su psicólogo/a, lo que dificulta la construcción de una relación terapéutica sólida. Por la parte del psicólogo/a, esto puede deberse a muchos motivos como:  falta de trabajo sobre su personalidad, su ansiedad en conseguir cambios en su paciente, su estilo de comunicación o una posible falta de empatía.
    2. Expectativas no cumplidas: los pacientes pueden abandonar la terapia si sienten que no están viendo los resultados que esperaban o si creen que la terapia no está abordando sus necesidades de manera efectiva. Esto podría deberse a una falta de claridad en cuanto a las metas terapéuticas o a una comunicación insuficiente entre el paciente y el psicólogo/a.
    3. Dificultades logísticas: factores como la ubicación, el costo o la disponibilidad de horarios pueden dificultar que los pacientes continúen con la terapia. La logística juega un papel importante en la adherencia al tratamiento, y los obstáculos en este sentido pueden llevar al abandono prematuro.
    4. Resistencia al cambio: algunos pacientes pueden sentirse incómodos al enfrentar sus problemas o resistirse a realizar cambios en sus vidas, lo que puede dificultar el progreso en la terapia. La resistencia al cambio puede manifestarse de diversas formas y puede ser un obstáculo significativo en el proceso terapéutico.
    5. Problemas de enfoque terapéutico: si el enfoque terapéutico utilizado por el psicólogo/a no se adapta a las necesidades del paciente o si el paciente no se siente cómodo con dicho enfoque, es más probable que abandone la terapia. Es importante que el psicólogo/a y el paciente estén en sintonía en cuanto al enfoque y las técnicas utilizadas en la terapia.
    6. Falta de progreso percibido: los pacientes pueden abandonar la terapia si sienten que no están avanzando o si experimentan frustración debido a la falta de mejoría en sus síntomas. Es importante que el psicólogo/a y el paciente revisen regularmente el progreso y ajusten el plan de tratamiento según sea necesario.

    He perdido la motivación y ya no me apetece ir a terapia

    Es posible que el paciente sienta una pérdida de motivación y falta de interés en continuar con su terapia. En este momento, es importante tener un buen vínculo terapéutico para que el paciente pueda sentirse cómodo para hablar sobre la necesidad de abordar esta preocupación de manera comprensiva y colaborativa.

    ¿Cómo podemos ayudar a nuestro/a paciente?

    1.  Explorar las razones detrás de la falta de motivación: esto podría incluir discutir cualquier frustración o insatisfacción con el proceso terapéutico, identificar barreras internas o externas que dificultan la participación en la terapia, o explorar cambios en las circunstancias personales del paciente que podrían estar afectando su disposición para continuar.
    2.  Validar sus sentimientos: es importante que el psicólogo valide los sentimientos del paciente y demuestre empatía hacia sus experiencias. Reconocer y validar la falta de motivación que está sintiendo nuestro/a paciente respecto a la terapia puede ayudar a crear un espacio seguro para que explore sus preocupaciones y emociones subyacentes.
    3.  Reevaluar las metas y el enfoque terapéutico: es necesario que psicólogo/a y paciente trabajen juntos para reevaluar las metas terapéuticas y el enfoque utilizado en la terapia. Esto puede implicar discutir si las metas actuales siguen siendo relevantes y significativas para el paciente, y si el enfoque terapéutico está abordando adecuadamente sus necesidades y preocupaciones. Así como establecer metas más realistas o identificar nuevas formas de aumentar la motivación y el compromiso con la terapia.
    4.  Ayudar al paciente a valorar los beneficios de continuar con la terapia: los psicólogos/as podemos ayudar a los pacientes a recordar los beneficios potenciales de continuar con la terapia, como el desarrollo de habilidades de afrontamiento, la mejora de las relaciones interpersonales, o la reducción de los síntomas de malestar emocional.

    Los errores más comunes del psicólogo/a que pueden llevar a que los pacientes abandonen la terapia incluyen:

    1. Falta de empatía: los pacientes necesitan sentirse comprendidos y apoyados por sus psicólogos. La falta de empatía puede hacer que los pacientes se sientan desconectados o no valorados, lo que puede llevar al abandono de la terapia.
    2. Falta de claridad en las expectativas: es importante que los psicólogos establezcamos expectativas claras desde el principio en términos de metas terapéuticas, duración del tratamiento y roles tanto del paciente como de nosotros/as como psicólogos/as. La falta de claridad en este sentido puede generar confusión o frustración en el paciente, lo que puede llevar al abandono de la terapia.
    3. Falta de habilidades de comunicación: la comunicación efectiva es fundamental en la relación terapéutica. Los psicólogos/as debemos ser capaces de escuchar activamente a nuestros pacientes, validar sus experiencias y proporcionar retroalimentación de manera clara y comprensible. La falta de habilidades de comunicación puede dificultar la construcción de una relación terapéutica sólida y afectar negativamente la efectividad de la terapia.
    4. Falta de flexibilidad en el enfoque terapéutico: cada paciente es único y puede responder de manera diferente a diferentes enfoques terapéuticos. Nosotros/as psicólogos/as debemos ser flexibles y adaptar nuestro enfoque según las necesidades del paciente. La falta de flexibilidad en este sentido puede hacer que los pacientes se sientan frustrados o no comprendidos.
    5. No abordar conflictos interpersonales: si surge un conflicto entre el paciente y el psicólogo o si el paciente experimenta dificultades en la relación terapéutica, es importante abordarlo de manera abierta y honesta. La falta de atención a los conflictos interpersonales puede hacer que los pacientes se sientan incómodos o resentidos, lo que puede llevar al abandono de la terapia.

    Al evitar estos errores comunes y trabajar en colaboración con los pacientes, los psicólogos/as podemos mejorar la efectividad de la terapia y reducir las tasas de abandono.

    Me siento presionado/a por mi psicólogo/a: no consigo hacer los cambios que me pide

    Presionar demasiado al paciente para el cambio sin trabajar primero en la preparación adecuada para este cambio puede ser contraproducente y llevar al abandono de la terapia. Cada individuo tiene su propio ritmo y proceso de cambio, y es importante que los psicólogos reconozcamos y respetemos este hecho.

    Presionar demasiado temprano puede generar resistencia y frustración por parte del paciente y hacer que se sienta abrumado o invalidado. Además, puede socavar la confianza en la relación terapéutica si el paciente percibe que sus necesidades y limitaciones no están siendo tomadas en cuenta.

    En lugar de presionar para el cambio de inmediato, los psicólogos/as podemos trabajar en colaboración con los pacientes para explorar sus metas, motivaciones y las barreras que enfrentan para el cambio. Esto puede implicar ayudar al paciente a desarrollar habilidades de afrontamiento, fortalecer la autoestima y la confianza en sí mismo, y construir un sentido de autoeficacia antes de abordar los cambios más significativos.

    La terapia centrada en el paciente con un enfoque integrador y basada en la aceptación incondicional del paciente puede ser especialmente útil en este sentido, ya que permite que el paciente avance a su propio ritmo y explore el cambio de manera gradual y respetuosa. Al honrar el proceso individual de cada paciente y trabajar en colaboración con ellos, los psicólogos/as podemos ayudar a crear un entorno terapéutico seguro y de apoyo que fomente el crecimiento y el cambio genuino a largo plazo.

     

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