Category: Adultos

  • Padres tóxicos: cómo poner límites

    Padres tóxicos: cómo poner límites

    La relación con nuestros padres es una parte fundamental de nuestra vida, pero a veces puede volverse tóxica cuando los límites no están claros. Reconocer las señales de una relación poco sana es el primer paso para establecer límites saludables. En este artículo, exploraremos algunas características que pueden indicarnos que estamos teniendo una relación poco sana con nuestros padres, y compartiremos estrategias para establecer límites saludables, manteniendo el amor y el respeto mutuo.

    1. Control excesivo: Si sientes que tus padres intentan controlar cada aspecto de tu vida, desde tus decisiones personales hasta tus relaciones y metas, es posible que estés experimentando una relación poco sana. El control excesivo puede limitar tu autonomía y afectar negativamente tu bienestar emocional.
    2. Manipulación emocional: Los padres tóxicos a menudo recurren a la manipulación emocional para obtener lo que quieren. Esto puede incluir chantaje emocional, culparte por sus propias emociones o utilizar la culpa como una herramienta para controlarte. La manipulación emocional puede erosionar tu autoestima y confianza.
    3. Falta de respeto a tus límites: Si tus padres constantemente ignoran o no respetan tus límites personales, es un signo de una relación poco saludable. Todos tenemos derecho a establecer límites y expectativas claras sobre cómo queremos ser tratados, y es importante que nuestros padres los respeten.
    4. Crítica constante: Si sientes que nunca puedes satisfacer las expectativas de tus padres y que constantemente te critican o te menosprecian, es probable que estés en una relación poco sana. La crítica constante puede dañar tu autoestima y autoconfianza, afectando negativamente tu bienestar emocional.

    Estas son solo algunas características que pueden indicar una relación poco sana con tus padres. Reconocerlas es un paso importante para tomar medidas y establecer límites saludables.

    Ejemplos de chantaje emocional o amenazas que utilizan los padres tóxicos para conseguir lo que quieren de sus hijos:

    1. Presionar para elegir una carrera o profesión: Los padres tóxicos podrían amenazar con dejar de apoyar financieramente a su hijo/a si no sigue la carrera o profesión que ellos han elegido para él, ignorando los intereses y pasiones del hijo/a.
    2. Controlar las relaciones personales: Los padres tóxicos podrían chantajear emocionalmente a su hijo/a adolescente diciendo que si no corta la relación con ciertos amigos o pareja, dejarán de hablarle o le quitarán privilegios.
    3. Manipular decisiones importantes: Los padres tóxicos podrían chantajear emocionalmente a su hijo/a diciendo que si decide mudarse para estudiar o trabajar en otro lugar, será vista como un traidor/a y perderá el amor y el apoyo familiar.
    4. Cumplir con expectativas no deseadas: Los padres tóxicos podrían amenazar con retirar el afecto y el apoyo emocional si el hijo/a no sigue la tradición familiar, como ocuparse de un negocio familiar, aunque el hijo/a tenga otros intereses y aspiraciones.
    1. Controlar la vida amorosa: Los padres tóxicos podrían amenazar con cortar todo contacto si su hijo/a decide casarse con alguien que ellos no aprueban, incluso si la pareja es buena para el hijo.
    2. Sobrecargar de culpa: Los padres tóxicos podrían utilizar la culpa para manipular a su hijo, haciéndole creer que es responsable de todos los problemas familiares o personales si no accede a sus deseos.
    3. Comparaciones con otros: Los padres tóxicos podrían comparar constantemente a su hijo/a con otros niños o hermanos, desvalorizando sus logros y destacando las “superioridades” de los demás para motivar al hijo/a a hacer lo que ellos desean.

    Recuerda que estas son solo situaciones hipotéticas para ilustrar cómo podría manifestarse el chantaje emocional o la amenaza de retirar el amor o el apoyo en un contexto tóxico. Si experimentas algo similar en tu vida, es esencial buscar apoyo y ayuda para afrontar esta situación y cuidar de tu bienestar emocional y mental.

     

    Reconoce tus derechos y necesidades y traza tus propios límites

    Es fundamental reconocer tus derechos y necesidades como individuo y trazar tus propios límites personales. Esto implica reflexionar sobre qué te hace sentir cómodo/a y qué comportamientos o situaciones te resultan perjudiciales. Presta atención a tus emociones. Identifica tus valores, creencias y prioridades para establecer límites saludables. A medida que reconoces y trazas tus propios límites, te sientes más preparado/a para comunicarlos de manera efectiva a tus padres y proteger tu bienestar emocional.

    Recuerda que establecer límites no significa ser egoísta o irrespetuoso/a hacia tus padres. Se trata de cuidar de ti mismo/a y establecer un equilibrio saludable en la relación. Al reconocer y trazar tus propios límites, te sentirás más fortalecido/a para establecer una base sólida en la comunicación y el respeto mutuo.

     

    Cultiva la comunicación abierta y asertiva

    La comunicación abierta y asertiva es clave para establecer límites saludables. Expresa tus sentimientos y preocupaciones de manera clara, pero respetuosa. Evita caer en la confrontación o el conflicto y, en su lugar, enfócate en expresar tus necesidades de forma tranquila y empática. Escucha activamente a tus padres, pero también asegúrate de que te escuchen a ti.

     

    Establece límites claros y firmes

    Una vez que hayas identificado tus límites y hayas comunicado tus necesidades, es importante establecer límites claros y firmes. Sé consistente en la aplicación de tus límites y mantén una postura firme comunicando tus necesidades. No cedas ante la manipulación emocional o la culpa. Recuerda que establecer límites no significa que dejes de amar a tus padres, sino que te estás cuidando a ti mismo/a.

     

    Busca apoyo emocional

    Lidiar con padres tóxicos puede ser emocionalmente agotador. Busca apoyo emocional en amigos de confianza, otros miembros de la familia o un profesional de la psicología. El apoyo de personas que entienden tu situación puede ayudarte a mantener la fortaleza emocional y ofrecerte perspectivas adicionales.

     

    Practica el autocuidado 

    El autocuidado es esencial cuando estableces límites con padres tóxicos. Dedica tiempo a actividades que te hagan sentir bien, como hacer ejercicio, meditar, leer, pasar tiempo con amigos o disfrutar de tus pasatiempos favoritos. Cuidar de ti mismo/a te permitirá mantener una salud emocional sólida y te dará la energía necesaria para enfrentar los desafíos.

    Recuerda que cada situación es única y puede requerir diferentes enfoques. Si sientes que necesitas apoyo adicional en el proceso de establecer límites con tus padres, considera buscar la ayuda de un profesional de la psicología, quien podrá brindarte las herramientas y el apoyo necesarios.

    En el Centro de Psicología Sandra Ribeiro, contamos con profesionales especializados en terapia individual y familiar que te podrían ayudar, así como en apoyo emocional. No dudes en contactarnos para obtener más información sobre cómo podemos ayudarte en este proceso.

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    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos del Servicio de Psicología Aplicada de la UNED

  • Disfruta de tus vacaciones: Cómo enfrentar los desafíos del TCA

    Disfruta de tus vacaciones: Cómo enfrentar los desafíos del TCA

    Durante las vacaciones, muchas personas disfrutan de un merecido descanso y la oportunidad de desconectar de la rutina diaria. Sin embargo, para aquellos que padecen un trastorno de la conducta alimentaria, TCA (anorexia, bulimia, atracones…), este periodo puede presentar desafíos adicionales para su bienestar físico y emocional. 

    Si padeces un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), queremos hablarte de la importancia de cuidar tu bienestar durante las vacaciones y compartir contigo estrategias para mantener una relación saludable con tu cuerpo y tu alimentación en esta temporada.

    El cambio en la rutina durante las vacaciones puede generar situaciones desafiantes y aumentar el estrés, lo cual puede afectar negativamente a las personas con TCA. A continuación, se presentan algunos posibles efectos:

    1. Alimentos “prohibidos”: Durante las vacaciones, es común que se disponga de más comida y se realicen comidas en grupo, lo cual puede resultar un desencadenante para las personas con TCA. Los alimentos considerados “prohibidos” por las personas con TCA como, por ejemplo, helados, chocolate, bollos, etc., pueden generar mucha ansiedad, culpa o preocupación por la ganancia de peso. 
    2. Falta de control: Las vacaciones a menudo implican un menor control sobre la alimentación y la rutina diaria. Esto puede generar sentimientos de pérdida de control y aumentar la ansiedad en las personas con TCA.
    3. Cambios en la imagen corporal: Las vacaciones pueden incluir actividades como usar traje de baño, ir a la playa o la piscina, lo cual puede aumentar la preocupación por la imagen corporal en las personas con TCA. Esto puede generar un malestar significativo y dificultar la relajación y la participación plena y disfrute en las actividades.
    4. Estrés y emociones: Aunque las vacaciones se asocian con momentos de descanso y diversión, también pueden ser estresantes debido a la planificación, la organización y las expectativas sociales. El estrés adicional puede desencadenar comportamientos relacionados con el TCA, como la restricción alimentaria, los atracones o las conductas compensatorias.
    5. Busca apoyo: Mantiene una comunicación abierta con tus amigos y familiares de confianza sobre tus necesidades y preocupaciones relacionadas con el TCA.

    El impacto del cambio de rutina 

    Durante las vacaciones, es común perder la rutina habitual. Esto puede tener un efecto importante en la salud de las personas con TCA, ya que la falta de estructura puede generar ansiedad y desencadenar comportamientos alimentarios no saludables. Algunos puntos que os puede ayudar a estar preparados/as para enfrentar estos desafíos son:

    • Mantén una rutina flexible: Si bien la rutina puede ser diferente durante las vacaciones, trata de mantener cierta estructura en tu día a día. Establece horarios regulares para las comidas y el descanso, adaptándolos a tus necesidades y circunstancias.
    • Planifica con anticipación: Anticiparse a las situaciones desencadenantes puede ayudarte a manejar mejor los desafíos durante las vacaciones. Si sabes que estarás expuesto/a a ciertos alimentos o situaciones que te resultan difíciles, planifica cómo afrontarlos de manera saludable y busca el apoyo necesario.

    El desafío de la exposición al cuerpo

    Durante las vacaciones, es común participar en actividades que implican mostrar más el cuerpo, como ir a la playa o la piscina. Para las personas con TCA, esto puede generar ansiedad y una mayor preocupación por la apariencia física. Es fundamental recordar que la belleza va más allá de la apariencia exterior y centrarse en el cuidado integral de uno mismo.

    • Practica la aceptación corporal: Cultiva una actitud de aceptación hacia tu cuerpo tal como es en este momento. Recuerda que tu valor como persona no se basa en la apariencia física. Enfócate en desarrollar una relación saludable y compasiva contigo mismo/a, reconociendo tus fortalezas y cualidades más allá de la apariencia física.
    • Busca actividades que te hagan sentir bien: Durante las vacaciones, busca actividades que te brinden alegría y satisfacción sin centrarse exclusivamente en la apariencia. Puedes disfrutar de paseos al aire libre, practicar deportes que te gusten o participar en actividades creativas. El objetivo es enfocarse en el bienestar general y en disfrutar del momento presente.

    La importancia del autocuidado

    Durante las vacaciones, es crucial priorizar el autocuidado y adoptar prácticas saludables para mantener tu bienestar físico y emocional. Esto incluye cuidar tu alimentación, descansar adecuadamente y encontrar formas de relajarte y manejar el estrés.

    • Alimentación consciente: En lugar de obsesionarte con la cantidad de comida o las calorías, concéntrate en escuchar las señales de tu cuerpo y comer de manera equilibrada y nutritiva. Permítete disfrutar de los alimentos sin culpa y sin restricciones extremas.
    • Descanso y sueño adecuados: Durante las vacaciones, es común alterar los horarios de sueño. Sin embargo, es importante asegurarte de descansar lo suficiente para mantener tu energía y bienestar. Establece una rutina de sueño regular y crea un ambiente propicio para el descanso.
    • Técnicas de relajación: Dedica tiempo a practicar técnicas de relajación, como el mindfulness, la meditación, el yoga o la respiración controlada. Estas prácticas te ayudarán a reducir el estrés y a mantener un equilibrio emocional durante las vacaciones.

    Durante las vacaciones, cuidar tu bienestar cuando padeces un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) es fundamental. El cambio de rutina, la exposición al cuerpo y las presiones sociales pueden generar desafíos, pero con estrategias adecuadas puedes disfrutar de esta temporada sin comprometer tu salud física y emocional. Recuerda que en el Centro de Psicología Sandra Ribeiro contamos con profesionales capacitados en el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). No dudes en buscar el apoyo necesario para afrontar los desafíos que puedan surgir durante las vacaciones y mantener una relación saludable con tu cuerpo y tu alimentación.

    Recuerda que cada persona es única y puede tener diferentes necesidades durante las vacaciones. Lo más importante es priorizar la salud física y emocional, y buscar el apoyo necesario para mantener una relación saludable con la alimentación y el cuerpo.

     

    Estamos aquí para ayudarte.

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    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

     

    Este artículo ha sido editado por Cristina Rejas

  • Terapia familiar LGTBI: Un espacio seguro para la comunicación

    Terapia familiar LGTBI: Un espacio seguro para la comunicación

    La familia es una parte fundamental de nuestras vidas, pero cuando perteneces a la comunidad LGTBI (lesbianas, gays, transgénero, bisexuales e intersexuales), la comunicación con los miembros de tu familia puede presentar desafíos únicos. Afortunadamente, la terapia puede brindar un espacio seguro y acogedor donde las personas LGTBI pueden abrirse y establecer un diálogo significativo con sus seres queridos. En este artículo, exploraremos cómo la terapia puede ayudar a fortalecer los lazos familiares y promover la comprensión mutua.

    La importancia de la comunicación familiar para las personas LGTBI

    Para las personas LGTBI, la comunicación con sus familias puede ser un territorio sensible y cargado emocionalmente. Pueden surgir miedos relacionados con la aceptación, el rechazo o la falta de comprensión. A veces, puede ser difícil encontrar las palabras adecuadas para expresar los sentimientos y experiencias propias de la identidad de género o la orientación sexual. Aquí es donde la terapia puede desempeñar un papel crucial.

    Terapia: Un espacio seguro y acogedor

    La terapia proporciona un espacio seguro y confidencial donde las personas LGTBI pueden hablar abiertamente sobre sus experiencias, emociones y preocupaciones relacionadas con su familia. Un psicólogo capacitado y comprensivo ofrece un entorno libre de juicio donde se fomenta la aceptación y el respeto. Al compartir sus pensamientos y sentimientos en un entorno terapéutico, los individuos pueden explorar y comprender mejor sus propias necesidades, mientras encuentran estrategias para abordar las dificultades que pueden surgir al comunicarse con sus familias.

    Existen diferentes enfoques terapéuticos que pueden ser especialmente útiles en el contexto de la comunicación familiar para personas LGTBI. Algunos de ellos incluyen:

    • Terapia Sistémica: La terapia sistémica se centra en examinar las interacciones y dinámicas dentro del sistema familiar en su conjunto. El psicólogo ayuda a identificar patrones de comunicación disfuncionales y a explorar cómo estos patrones afectan a cada miembro de la familia, incluyendo a las personas LGTBI. La terapia sistémica promueve una comprensión más profunda de las influencias contextuales y sociales que afectan la comunicación familiar, fomentando cambios positivos y una mayor armonía en las relaciones.
    • Terapia basada en la teoría del apego: La terapia basada en la teoría del apego destaca la importancia de las relaciones emocionales tempranas en el desarrollo humano. Este enfoque terapéutico busca explorar y sanar las heridas emocionales y los patrones de apego que pueden afectar la comunicación dentro de la familia. La Terapia basada en la teoría del apego puede ayudar a las personas LGTBI y sus familias a construir vínculos más seguros y afectuosos, promoviendo una comunicación más abierta y comprensiva.
    • Terapia Cognitivo-Conductual: La terapia cognitivo-conductual (TCC) se centra en identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento negativos o poco saludables. Este enfoque terapéutico puede ser beneficioso para las personas LGTBI que enfrentan dificultades en la comunicación con sus familias. A través de la TCC, se pueden identificar creencias limitantes, desarrollar habilidades de comunicación más efectivas y promover cambios positivos en la dinámica familiar.
    • Terapia Narrativa: La terapia narrativa se centra en ayudar a las personas a reescribir sus historias y construir narrativas más positivas y empoderadoras. Este enfoque terapéutico puede ser especialmente útil para las personas LGTBI que desean comunicarse con sus familias de manera más auténtica. La terapia narrativa les brinda una plataforma para explorar y expresar sus identidades y experiencias, fomentando una mayor comprensión y aceptación por parte de sus seres queridos.

    En el Centro de Psicología Sandra Ribeiro, seguimos un enfoque de terapia integradora. La terapia integradora se basa en la idea de que cada persona es única y requiere un enfoque terapéutico personalizado. Combinamos diferentes enfoques y técnicas terapéuticas, adaptándolas a las necesidades específicas de cada individuo y su contexto familiar. Este enfoque nos permite brindar un espacio seguro y acogedor donde las personas LGTBI y sus familias pueden explorar sus sentimientos, desafíos y metas.

    La terapia integradora tiene como objetivo principal fomentar el crecimiento personal, la autoaceptación y el desarrollo de habilidades de comunicación saludables. A través de la terapia, se promueve la comprensión mutua, la empatía y la resolución de conflictos en un entorno de confianza y confidencialidad. Nuestro equipo de profesionales altamente capacitados está comprometido en brindar apoyo y orientación a las personas y sus familias, ayudándoles a construir relaciones más sólidas y amorosas. En el caso de las personas LGTBI se hace todavía más importante este apoyo y orientación, ya que necesitan un espacio seguro donde se sientan cómodas para expresar su identidad y orientación sexual.

    En el Centro de Psicología Sandra Ribeiro, entendemos las luchas y desafíos únicos que enfrentan las personas LGTBI al comunicarse con sus familias. Estamos aquí para acompañarte en tu camino hacia una comunicación más auténtica y significativa, creando un espacio seguro donde tus experiencias sean valoradas y comprendidas.

    Recuerda que cada persona y cada familia es diferente, por lo que los resultados pueden variar. Si estás buscando apoyo en tu comunicación familiar como persona LGTBI, no dudes en contactar con nuestro equipo de profesionales en el Centro de Psicología Sandra Ribeiro. Estamos aquí para ayudarte a encontrar la sanación y la conexión que deseas y mereces.

    Fomentando la comprensión mutua

    La terapia también juega un papel vital en la promoción de la comprensión mutua entre las personas LGTBI y sus familias. Los psicólogos pueden facilitar el diálogo, proporcionando un espacio neutral donde todos los miembros de la familia pueden expresar sus pensamientos y sentimientos sin temor a ser juzgados. A través de la terapia, se pueden abordar los estereotipos, los prejuicios y las creencias limitantes, fomentando un ambiente de respeto y empatía.

    Estrategias para una comunicación efectiva

    Durante las sesiones terapéuticas, se pueden desarrollar estrategias para una comunicación efectiva entre las personas LGTBI y sus familias. Algunas de estas estrategias pueden incluir:

    • Educación: El psicólogo puede proporcionar información educativa sobre la identidad de género, la orientación sexual y las diversas experiencias de las personas LGTBI. Esto puede ayudar a los miembros de la familia a comprender mejor y desafiar los estereotipos existentes.
    • Escucha activa: Aprender técnicas de escucha activa puede promover una comunicación más efectiva. Esto implica prestar atención plena a lo que la otra persona está expresando y mostrar empatía genuina hacia sus experiencias y emociones.
    • Apertura al diálogo: Fomentar un ambiente de apertura y respeto en el que todas las voces sean escuchadas. Animar a cada miembro de la familia a expresar sus pensamientos y sentimientos sin interrupciones ni juicios precipitados.
    • Comunicación asertiva: Aprender habilidades de comunicación asertiva puede ayudar a las personas LGTBI a expresar sus necesidades y deseos de manera clara y respetuosa, al tiempo que establecen límites saludables.

    Recuerda que la terapia puede ser un recurso invaluable para las personas LGTBI que deseen comunicarse con sus familias de manera abierta y constructiva. Proporciona un espacio seguro y acogedor donde se pueden abordar los desafíos emocionales y promover la comprensión mutua. Si estás buscando una forma segura de establecer un diálogo con tu familia, considera explorar la terapia como un camino hacia la reconciliación y el fortalecimiento de los lazos familiares.

    Recuerda que cada familia y situación es única, y los resultados pueden variar. No todas las familias están listas para abordar estos temas de inmediato, pero la terapia puede ser un primer paso valioso hacia una comunicación más saludable y comprensiva. ¡No dudes en buscar el apoyo de profesionales capacitados en tu camino hacia la reconciliación familiar!

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    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

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    Este artículo ha sido editado por Cristina Rejas

     

  • Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y Navidades

    Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y Navidades

    Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA): cómo afectan las Navidades a las personas con TCA

    Se acercan las Navidades y con ellas momentos para compartir junto a nuestros seres queridos. Asociamos estas fechas con encuentros familiares, reuniones con amigos y compañeros de trabajo que se celebran, en la mayoría de los casos, frente a una mesa y en donde la comida y la bebida adquieren un papel protagonista.

    Para muchas personas la Navidad es un momento de alegría y celebración. Sin embargo, para las personas que padecen un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa o el trastorno por atracón, la Navidad es un periodo desafiante y difícil en la que se encuentran expuestas a situaciones a las que temen mucho. De hecho, puede ser una “pesadilla”. Para muchas de las personas con un TCA, las Navidades traen un fuerte estrés, ansiedad y miedo.

    Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y la preparación anticipada de las Navidades

    Las personas que sufren con anorexia, bulimia, trastorno por atracones…, en fin, algún tipo de trastorno alimentario, comienzan a prepararse para las Navidades mucho antes que los demás.

    Si tienes un TCA, quizás pienses que, si pierdes un poco de peso antes de esas fechas, podrías darte el lujo de “pegar una comilona” como hacen todos los demás. Por supuesto, eso es algo que piensas, pero que nunca sucede, ya que una persona con un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) de cualquier tipo nunca disfruta realmente de esas fiestas debido a la preocupación y al miedo que le tienen a la comida.

    Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y el gran miedo de las fiestas de fin de año

    Una persona con trastorno alimentario no se permite relajar y disfrutar de las Navidades. Una persona con anorexia, bulimia y trastorno por atracones tiene siempre muy presente que llegará el momento en que tenga que enfrentarse a toda la comida que hay en torno a esas fiestas, a la cantidad de calorías y, por consiguiente, a la presión familiar. Hay un gran miedo a engordar que aumenta con cada bocado de comida. Hay tanta ansiedad que le provoca un gran sufrimiento.

    Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y Navidades: el incremento de las conductas disfuncionales

    Para intentar gestionar el malestar que sufren es posible que incrementen determinadas conductas para intentar evitar el control de sus familiares y para gestionar el malestar que sienten. Algunas de estas conductas pueden ser:

    • Restringir totalmente o controlar la cantidad de los alimentos ingeridos.
    • En otros casos, comer cantidades inusualmente grandes de comida.
    • Incrementar el número de veces que acuden al baño.
    • Utilizar prendas más holgadas.

    En el caso de la anorexia, existe mucha ansiedad por parte de quien la sufre y presión por parte de los familiares para que la persona coma. En el caso de la bulimia y los atracones, puede existir un pensamiento constante de realizar un atracón y la búsqueda incansable de un plan para desechar todo lo ingerido. Se sienten especialmente vulnerables al sentirse el foco de atención en torno a cuanto comen, lo que comen y por los posibles comentarios acerca de su físico. Todo ello les causa mucha ansiedad.

    Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y Navidades: la publicidad que no ayuda

    En estas fechas se produce una exposición a las campañas publicitarias relacionadas con productos de belleza, menús, dulces y todo tipo de alimentos relacionados con la celebración de estas fiestas y se relacionan con el placer, la felicidad y el amor.

    Las personas que sufren un TCA no solo han de lidiar con las dificultades asociadas a su relación con la comida sino también con una baja autoestima, dificultades para relacionarse, miedos, traumas que les hacen sentirse muy vulnerables.

    Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y los días posteriores a las Navidades

    Si tú eres una persona que sufre de un trastorno alimentario, es común que en los días posteriores a las Navidades aparezcan profundos sentimientos de tristeza, culpabilidad y ansiedad.

    La culpa experimentada es enorme y surgen los pensamientos disfuncionales y creencias irracionales como:

    • “He comido mucho”.
    • “¿Por qué no me puedo controlar?”.
    • “He engordado unos 5kg”.
    • “Estoy súper hinchada/o”.
    • “La ropa ya no me entra”.
    • “Soy un desastre”.
    • “Nadie me va a querer nunca”.
    • “No sirvo para nada”.
    • “Doy asco”.

    Junto con esos pensamientos y creencias tan disfuncionales encontramos la desesperación por intentar compensar todas las calorías consumidas. Quizás pienses que lo mejor en esos días sería restringir tu dieta y/o hacer ejercicio intensivo para intentar eliminar todo lo ingerido.

    Recomendaciones para ayudarte en esas fechas tan estresantes y difíciles para ti como son las Navidades:

    • Respeta las cinco comidas diarias.
    • Haz una lista de cosas que puedes hacer para ayudarte a relajar y distanciarte de los sentimientos y pensamientos disfuncionales que te pueden venir antes y/o después de una posible comida en exceso. Por ejemplo, escribir lo que sientes, leer, visitar a un amigo, hablar por teléfono, etc.
    • Ten siempre a mano el número de teléfono de amigos/as que sepan por lo que pasas y, en esos momentos más complicados para ti, les pueda llamar.
    • Ten siempre a mano el número de teléfono de tus contactos de apoyo (psicólogo, psiquiatra…).
    • Intenta no contar las calorías.
    • Intenta no pesarte en esa época. Ya te pesarás cuando vuelvas a tu rutina normal.
    • No te olvides cuidarte. Es importante que, en esas fiestas, puedas mantener una rutina de autocuidado.
    • Intenta no ver las Navidades como una “montaña de comida” que deben o no deben ser ingeridos. Estas fiestas son para estar en familia, compartir momentos agradables y disfrutar de la presencia de tus seres queridos.
    • No permitas que los demás ejerza más presión sobre ti de la que puedes soportar. Aprende a poner límites de manera asertiva. Si alguien hace algún comentario sobre tu apariencia, forma de comer, que comes de más o de menos, diles que no es cómodo para ti hablar sobre ello y si saben que tienes problemas con la alimentación, diles que ya estás en tratamiento o lo estás buscando.
    • Si, al final, te has pegado un atracón y/o has vomitado, no te obsesiones con ello e intenta no culpabilizarte. Simplemente, ha pasado, pero eso no define quien eres.

    ¿De qué modo podemos ayudar a las personas que sufren TCA en estas fechas?

    • Evita conversaciones acerca de su físico y muéstrale interés en cómo se encuentra, sus proyectos e intereses.
    • No hagas comentarios acerca de la comida y de sus posibles efectos.
    • Acuerda un tiempo de duración para la comida y no obligues a que la persona coma más de lo pactado.
    • Planea actividades para la sobremesa como juegos de mesa, charlas sobre algún tema interesante…
    • Que la comida, las calorías y el peso, no se transformen en un monotema. Hay muchas cosas que podéis compartir y disfrutar juntos.

    Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y su tratamiento

    El tratamiento de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) comprende un abordaje multidisciplinar que combina la psicoterapia (terapia psicológica), la psicoeducación sobre la alimentación y una supervisión médica. El tratamiento de un TCA lleva su tiempo y es muy difícil que lo puedas hacer de manera autónoma, sin ayuda profesional.

    Si todavía no te has puesto es las manos de un profesional especializado, no dejes pasar el tiempo. La anorexia, la bulimia, el trastorno por atracones, no remiten solos.

     

    Si te has identificado con este artículo y crees que te podemos ayudar, pide cita y te acompañaremos en tu proceso terapéutico con toda la confidencialidad y profesionalidad que una terapia psicológica requiere. No estamos aquí para juzgarte, sino para acompañarte en esa etapa tan difícil como importante en dirección a una vida saludable.

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    Este artículo es una colaboración entre:

    Sonia Caldera

    Psicóloga General Sanitaria (M-33682)

    Experta en Psicoterapia Breve con niños, adolescentes y adultos, en Clínica e Intervención en trauma con EMDR

    Extensa experiencia en Trastornos de Conducta Alimentaria.

    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos del Servicio de Psicología Aplicada de la UNED

     

     

     

     

     

     

     

  • Dificultad para relacionarse

    Dificultad para relacionarse

    Dificultad para relacionarse

    Dificultad para relacionarse. No a todas las personas les resulta fácil relacionarse con los demás. A las personas más extrovertidas, la interacción social les sale de forma natural y si expresan fácilmente en público. En cambio, a los más reservados, muchas veces, les domina la timidez y pueden sentirse más incómodos en las relaciones interpersonales.

    Los rasgos de personalidad de cada persona y sus experiencias vitales son lo que van a determinar la dificultad para relacionarse y su grado de comodidad en las relaciones sociales. Cada persona desarrolla su propia forma de relacionarse y enfrentarse al mundo.

    La timidez leve no es algo que debemos preocuparnos, ya que no suele afectar fuertemente aspectos de la vida social, profesional y familiar de la persona.

    Dificultad para relacionarse: cuándo debo preocuparme

    La dificultad para relacionarse empieza a ser preocupante cuando la situación social es vista por la persona como aterradora, bloqueándola y, a la larga, aislándola de su entorno. En este caso, el exceso de retraimiento puede ser una señal de fobia social.

    La fobia social o ansiedad social es un trastorno de ansiedad, conocido como Trastorno de Ansiedad Social, caracterizado por manifestaciones como:
    • Temor intenso a ser observado y juzgado por los demás.
    • Preocupación por sentirse avergonzado, humillado o rechazado.
    • Temor intenso de interactuar o hablar con extraños.
    • Dificultad para hacer contacto visual con personas que no conoce.
    • Temor a que los demás se den cuenta de sus síntomas físicos como sudores, palpitaciones, temblores o que le tiemble la voz o sonrojarse.
    • Temor a “quedarse en blanco” a la hora de hablar con los demás o en público.
    • Anticipación del malestar intenso que puede llegar a sentir en las situaciones sociales.
    • Evitación de situaciones sociales que le causen vergüenza o ansiedad.

    Para no sentir todo ese malestar, la persona acaba aislándose, lo que interfiere en su vida diaria y compromete su desempeño laboral, social, familiar y/o afectivo.

    La dificultad para relacionarse también puede venir acompaña de:
    • Miedo
    • Depresión
    • Ansiedad
    • Agresividad
    • Baja autoestima
    • Irritabilidad
    • Mal humor
    • Angustia

    En este caso, ya no se trata sólo de una dificultad para relacionarse, sino que podemos estar hablando de un problema psicológico de base.

    Dificultad para relacionarse: cuando tus actitudes alejan a otras personas

    Algunas de las manifestaciones citadas anteriormente como el mal humor, la irritabilidad o la agresividad son muy dañinas para las relaciones interpersonales y acaban por alejar a las personas y destruir cualquier tipo de relación, sea en el trabajo, en la familia, los amigos o la pareja.

    Dificultad para relacionarse: cuándo pedir ayuda profesional

    Si te has identificado con este artículo y crees que la ansiedad que sientes te está causando problemas en tu vida diaria como en el colegio, en el trabajo o con tus amigos, pareja y/o familiares, es hora de buscar ayuda profesional.

    Dificultad para relacionarse: cómo me puede ayudar la terapia psicológica

    La terapia psicológica te puede ayudar a las creencias irracionales y los diálogos internos negativos que tienes, enseñándote diferentes formas de pensar, comportarse y solucionar problemas de tu día a día. También te ayudará a sentirte menos ansioso/a en tus relaciones sociales. La terapia psicológica también te enseñará y practicará contigo habilidades sociales para que te sientas más confiado/a a la hora de relacionarte.

    Estamos especializados, entre otras problemáticas, en todo lo relacionado a las relaciones interpersonales.

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    ¿Quieres saber un poco más sobre la dificultad para relacionarse? Estaremos encantadas de responder a cualquier pregunta que puedas tener sobre este asunto.

    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora Asociada del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

     

  • El Rol del Salvador: cómo salir del Triángulo Dramático

    El Rol del Salvador: cómo salir del Triángulo Dramático

    El Rol del Salvador: cómo salir del Triángulo Dramático

    ¿Sientes que das más de lo que recibes? ¿Alguna vez has tenido la sensación de que se estaban aprovechando de ti? ¿Eres de las personas a las que les cuesta decir “no” cuando te piden un favor? ¿Te involucras tanto en los problemas de los demás que acaban siendo tus problemas? ¿Siempre estás disponible y dispuesto/a a ayudar?

    Si has contestado con un rotundo SÍ a la mayor parte de estas preguntas, quizás te estés moviendo en el Rol del Salvador.

    ¿Quieres seguir leyendo este artículo?

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    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora Asociada del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

     

     

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  • Dejar de fumar: efectos psicológicos y tratamiento

    Dejar de fumar: efectos psicológicos y tratamiento

    Dejar de fumar

    Dejar de fumar puede ser un proceso difícil y requiere tiempo y esfuerzo. Pero… ¡no te desanimes! Desde el Centro de Psicología Sandra Ribeiro te podemos ayudar.

    El tabaquismo

    El tabaquismo es un grave problema de salud pública, que afecta a toda la población, llegando a producir en nuestro país miles de muertes directamente relacionadas con el tabaco.

    Incluso con las diversas campañas de salud sobre los efectos nocivos del tabaquismo, es difícil superar la adicción. Las imágenes utilizadas en las cajetillas de tabaco sobre el cáncer o el aborto, por ejemplo, no son suficientes para lidiar con el problema. Es necesario identificar las raíces que hacen que una persona empiece a fumar y que, una vez empezado, este hábito se transforme en una adicción.

    Existen varios contextos que pueden llevar al individuo a comenzar a fumar como la aceptación social, el modelo familiar, la influencia cultural, entre otros.

    Causas emocionales

    Muchas personas usan los cigarrillos para lidiar con las emociones y sentimientos. Hay personas que cuando se sienten triste, ansiosos, con dificultad para enfrentar los problemas, recurren al tabaco para aliviar estas sensaciones. Otras personas que sufren con insomnio o estrés también suelen recurrir a ello. Sin embargo, cualquier ambiente como, por ejemplo, el laboral o el hogar nos puede generar conflictos y con ello el estrés, y eso nos lleva a aliviar la tensión de una forma muy poco saludable como es el uso del tabaco.

    Por otro lado, existe también la sensación de bienestar que las personas que fuman suelen verbalizar como, por ejemplo, en los momentos después del sexo o el estar con amigos, siendo momentos propicios para los fumadores. Es decir, las personas fuman cuando están nerviosas o estresadas, fuman cuando están felices y relajadas. Por lo tanto, fumar no depende sólo de situaciones negativas, sino de los más variados estados emocionales.

    Fumar se puede convertir en un reforzamiento negativo, cuando se utiliza para mitigar las sensaciones desagradables que produce la abstinencia a nicotina, o como reforzador positivo, como componente de ocio o para experimentar el placer que produce.

    Ambas formas de fumar se pueden llevar a cabo indistintamente, en diferentes eventos, situaciones, relacionando con cada emoción, desde las más intensas hasta las que pasan inadvertidas, ahí está siempre el compañero inseparable, el bastón necesario para abordar y manejar cualquier tipo de evento, ya sea cotidiano o extraordinario.

    Pero no son sólo con los estados emocionales que pueden llevar a las personas a fumar. La adicción al cigarrillo puede esconder problemas más graves. Por tanto, identificar el desencadenante, es decir, qué situaciones provocan el empiece y el mantenimiento de esa adicción, es un paso importante para dejar de fumar.

    Entendiendo los efectos del tabaco a nivel cerebral

    El tabaco, porque contiene nicotina, es un producto muy adictivo. Además de tabaco, los cigarrillos convencionales contienen más de 4000 sustancias nocivas para la salud, entre ellas podemos encontrar arsénico, amoniaco, plomo, benceno, amonio, propano…, un dato curioso, un fumador de 20 cigarrillos diarios durante un año, fuma el equivalente de un paquete de folios de 100 hojas.

    La nicotina favorece la liberación de neurotransmisores a nivel cerebral, como la dopamina y la noradrenalina, que son los responsables de las sensaciones de placer y satisfacción. La nicotina es una sustancia que activa el sistema nervioso central, actúa como excitante, produciendo un estado de alerta.

    Actualmente existen varias formas de consumir nicotina, un ejemplo de ello son los cigarrillos electrónicos, aunque hay opiniones que intentan tratar como un consumo “mejor, menos prejudicial o incluso como reducción de riesgos”, lo cierto es que es otra forma de consumir nicotina, igualmente adictiva, responsable del mantenimiento del consumo. El consumo de nicotina se suele dar mediante tabaco, bien sea por cigarrillos convencionales, tabaco de liar, tabaco de pipa, tabaco mascado, y por supuesto los cigarrillos electrónicos mediante vapeo.

    Recordemos que la adicción se produce por la acción de la nicotina a nivel cerebral, llegando en tan solo 7 segundos, produciendo liberación de neurotransmisores responsables de activar el sistema de recompensa.

    Por otra parte, la vía de administración es importante, en el caso de consumo de cigarrillos, el corto espacio de tiempo que transcurre entre la pipada y su efecto es una variable para tener en cuenta a la hora de abordar el problema del tabaquismo, elaborar un de un plan a acción que contemple y sea acorde con las particularidades y necesidades individuales. Ofrecer al fumador estrategias adecuadas para reducir el impacto que produce la abstinencia de nicotina.

    ¿Cómo superar la dependencia psicológica del tabaco?

    Abordar y superar la adicción a la nicotina no es un tema baladí. Como ya hemos comentado, es una de las drogas con más capacidad de crear dependencia que existen, además de ser un producto legal, barato, fácil de adquirir, consumir en cualquier momento, y ante cualquier situación. Aunque actualmente no tiene muy buena prensa el tabaco, es cierto que aún estamos muy lejos de acabar con el consumo de cigarrillos en zonas comunes. Nos sigue pareciendo muy motivadoras las consecuencias que produce a corto plazo, sensaciones placenteras, alivio de la ansiedad, es un excitante, por lo que estamos más activos y en alerta, facilita la concentración, entre otros efectos que percibimos como positivos, todo esto a corto plazo.

    A largo plazo, comienzan a surgir las consecuencias más negativas y los problemas de salud que conlleva el tabaquismo, ya no solo el cáncer, sino patologías asociadas a la nicotina, alquitrán, el monóxido de carbono, y cientos de sustancias.

    Al sentir que los efectos del tabaco, la nicotina y sus miles de sustancias son irreversibles, sentimos la necesidad de parar y dar un respiro. Llegado ese momento, empezamos a comprobar las sensaciones agradables que se sienten al dejar de consumir tabaco como, por ejemplo, aquellos olores que ya no recordábamos, o los sabores que, sin darnos cuenta, perdimos en algún momento de nuestra vida la capacidad de saborear.

    Dejar de fumar

    A la hora de llevar a cabo la intervención en deshabituación tabáquica, el mayor desafío para dejar de fumar es lidiar con las situaciones cotidianas que provocan este impulso. Uno de los problemas más importantes a que nos enfrentamos es la asociación tan fuerte a cada una de las actividades llevadas a cabo a lo largo de años, a todas y cada una de las conductas repetidas diariamente y que están presente el tabaco.

    No basta con que el fumador simplemente haga uso de métodos antitabaco, va a depender si el fumador quiere realmente dejar el hábito. El primer paso y el más importante para dejar de fumar es el deseo, la voluntad de dejarlo. Cuanto más fuerte y consciente sea este deseo, más efectivos serán los resultados. A partir de ahí, cada persona debe buscar su mejor camino, contando con la ayuda de un profesional, ya que, si una persona es adicta a una droga como la nicotina, no puede negociar el control.

    Cómo ayudar a un fumador a dejar de fumar: el tratamiento

    Dejar de fumar es un proceso y, como cualquier proceso, transitar por distintas fases puede convertirse en una experiencia poco deseable. Si bien es cierto que esas fases son necesarias para manejar la adicción al tabaco. Por otra parte, las diferencias individuales hacen que cada fumador pueda necesitar determinadas actuaciones concretas. Realizar, por ejemplo, una entrevista motivacional, así como una valoración e historia de consumo se hace imprescindible para guiar y acompañar a la persona que ha decidido dejar de fumar en su proceso de deshabituación tabáquica.

    Las intervenciones que han demostrado los mejores resultados en tabaquismo son las intervenciones psicológicas de corte cognitivo conductual. Asimismo, existen fármacos que han demostrado ser útiles para el abandono del tabaco. También es verdad que ningún fármaco ha mostrado mayor eficacia que el tratamiento psicológico cognitivo conductual, siendo el tratamiento de primera elección para abordar el tabaquismo.

    Tips para dejar de fumar:

    • Saber por qué fumas y cuál es tu motivación para iniciar o mantener este hábito.
    • Busca estrategias para gestionar la ansiedad y el estrés.
    • Evita personas y lugares donde tengan cigarrillos.
    • El alcohol, la cafeína y las bebidas a base de cola despiertan aún más el deseo de fumar.
    • Procura tener una vida más sana: buena alimentación, ejercicio físico, técnicas de respiración y relajación.

    Ten siempre en cuenta que hay situaciones en la vida que no conseguimos salir solos. Es importante reconocerlas y buscar la ayuda de un profesional competente.

    “La nicotina contenida en el tabaco es sumamente adictiva, y el consumo de tabaco es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como de más de 20 tipos o subtipos diferentes de cáncer y muchas otras enfermedades debilitantes.” (Organización Mundial de la Salud, OMS)

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    Este artículo es una colaboración entre:

    Olvido del Cerro

    Psicóloga General Sanitaria (M-33038)

    Experta en deshabituación tabáquica y en adiciones tabaco-cannabis

    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos del Servicio de Psicología Aplicada de la UNED

     

     

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  • Habilidades Sociales

    Habilidades Sociales

    Habilidades Sociales

    Las habilidades sociales están presentes en nuestro día a día, ya sea en el ámbito laboral, escolar, familiar, en el tráfico, en definitiva, en todas las situaciones donde las relaciones interpersonales sean necesarias.

    ¿Qué son las habilidades sociales?

    En la práctica, las habilidades sociales son un conjunto de competencias que podemos desarrollar y adoptar como herramientas para conectar e interactuar con las personas que nos rodean. En otras palabras: son las habilidades que tenemos para relacionarnos con los demás, expresando nuestros deseos y opiniones, sin causar malestar.

    Estas habilidades sociales se van transformando con el tiempo y las adquirimos a través de nuestras relaciones e interacciones con el mundo. Cuanto más se desarrollan las habilidades sociales, más herramientas podemos utilizar para establecer interacciones saludables y placenteras con los demás.

    Las personas que saben comunicarse bien y se comportan de manera asertiva, afectuosa y cordial, tienen más éxito en las relaciones interpersonales, sufren menos y marcan una diferencia muy positiva en sus círculos sociales.

    ¿Para qué sirven las habilidades sociales?

    La importancia de las habilidades sociales es innegable. Son fundamentales en nuestro día a día, ya que aportan bienestar y calidad de vida, además, facilitan el desarrollo y mantenimiento de una sana autoestima. Por el contrario, las personas con escasas habilidades sociales pueden experimentar estrés, incomodidad y, a menudo, emociones negativas (frustración, ira, sentimientos de rechazo o desvalorización, entre otras).

    ¿Las habilidades sociales nacen o se hacen? ¿Cómo desarrollarlas? ¿Cuándo se necesita la ayuda de un psicólogo?

    Es verdad que hay personas que parecen tener un talento innato para las habilidades sociales, pero ese talento no es suficiente si no lo practicamos, es necesario su desarrollo y entreno. Por eso, las habilidades sociales nacen, pero sobre todo se hacen.

    En todas las edades, necesitamos las habilidades sociales para relacionarnos con éxito. Entre los niños, esta habilidad se puede poner en juego cada vez que disputan un juguete o piden la atención de los padres. Entre los adolescentes, la pertenencia en un grupo de iguales y, muy importante, el saber decir NO, son sólo algunos ejemplos. Ya entre los adultos, la demanda puede ser, por ejemplo, en el entorno laboral: ¿Quién no ha perdido nunca un ascenso o de alguna manera ha perdido una oportunidad laboral porque había alguien con mayor poder de persuasión? En el entorno de las relaciones afectivas, no saber comunicar con asertividad a nuestra pareja es un frecuente motivo de consulta psicológica.

    Hoy en día, los adultos agresivos, demasiado tímidos, autoritarios y groseros no son bien aceptados en las relaciones interpersonales. Asimismo, aquellos a los que les cuesta decir NO, tampoco son bien vistos.

    Ejemplos de habilidades sociales

    Algunas de las habilidades sociales importantes para poder mantener relaciones interpersonales saludables y de calidad son:

    • Empatía: se trata de la capacidad de reconocer sentimientos de otras personas, identificarse con el otro, ponerse en su lugar y expresar apoyo desde la perspectiva de los demás.
    • Asertividad: es la capacidad de expresar las propias opiniones y pensamientos desde el respeto, es manifestarse de forma equilibrada, realizando bien la crítica y reconociendo los errores, teniendo siempre en cuenta la defensa de los propios derechos.
    • Respeto: es la capacidad de tolerar a las personas, sus opiniones, sus pensamientos y sus acciones, aunque esos pensamientos, opiniones y demás no sean compartidos.
    • Escucha activa: es la capacidad de escuchar atentamente a otras personas, demostrando que están siendo escuchadas.
    • Negociación: es la capacidad de negociar con otros sobre diferentes intereses o beneficios específicos, de modo que todas las partes de la negociación se beneficien.
    • Habilidades comunicativas y expresivas: es la capacidad de comunicar y expresar los propios sentimientos en relación con determinadas situaciones. Además, la comunicación también incluye la capacidad de escuchar a otras personas, pudiendo establecer conversaciones satisfactorias.
    • Comprensión: es la capacidad para comprender situaciones sociales y personales y responder a ellas de manera asertiva.
    • Autocontrol: es la habilidad para comprender e interpretar sentimientos particulares y responder a ellos controlando los propios impulsos.
    • Resolución de conflictos: es la capacidad para comprender la realidad de un conflicto y buscar alternativas para resolverlo, evitando la agresión. Una buena manera de resolver un conflicto puede ser la negociación.
    • Inteligencia emocional: es la capacidad para comprender y gestionar nuestros sentimientos y, en consecuencia, nuestras reacciones.

    TIPS para entrenar las habilidades sociales

    1. Saber expresarse: intenta transmitir tus mensajes, tanto verbales como corporales, de manera amable y asertiva, sin juzgar a los demás, evitando la agresividad.
    2. No juzgues: tener una mente abierta, libre de juicios, estereotipos y prejuicios nos ayuda a mejorar nuestra capacidad de adaptación a diferentes entornos.
    3. Aprende a escuchar: muchas veces, nuestro interlocutor nos dice que no le hemos escuchado o nosotros percibimos que no nos quedamos con lo que nos han dicho. Esto es porque, mientras el otro hablaba, estábamos pensando en otra cosa o simplemente formulando nuestra respuesta. Aprende a escuchar activamente y comienza a notar que las conversaciones son más placenteras y enriquecedoras.
    4. Gestiona tus emociones: quien tiene inteligencia emocional sabe reconocer sus posibles momentos de tensión, sus fortalezas y debilidades emocionales ante las situaciones, pudiendo así elegir mantenerse o dejar una conversación o situación.
    5. Se educado: la amabilidad y la cordialidad son características importantes en cualquier relación. Aunque no parezca una premisa difícil de tener, la educación es muchas veces un factor que nos diferencia en una sociedad.
    6. Asertividad: tal vez no sepas exactamente qué es lo que nos hace asertivos, pero imagínate en una situación en la que las opiniones difieren de las tuyas, en la que reaccionas expresando tu opinión de manera adecuada, sin lastimar ni juzgar a nadie, y respetando las opiniones de los demás. Sí, eso es ser asertivo.
    7. Saber negociar: saber negociar no es solo una habilidad profesional, también necesitarás negociar muchas decisiones en tu vida personal. La negociación puede terminar con el conflicto y hacer que tus relaciones sean más armoniosas.

    Entrenando las habilidades sociales

    • Haz y responde preguntas
    • Elogia y acepta elogios
    • Pedir y dar feedback
    • Inicia y mantiene conversaciones
    • Di “por favor”
    • Agradece
    • Saluda
    • Despídete
    • Expresa una opinión
    • Acepta y rechaza favores
    • Discúlpate

    Si crees que no puedes hacerlo solo/a, estamos aquí para ayudarte. Trabajamos con habilidades sociales en niños, adolescentes y adultos. También trabajamos la comunicación asertiva en parejas.

    “Relacionarse bien con los demás, sin conflictos y creando un ambiente sano y agradable es un arte”

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    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora Asociada del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

     

     

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  • Ansiedad: un cuento terapéutico

    Ansiedad: un cuento terapéutico

    Había una vez una pequeña villa. Una villa sin grandes eventos, por lo que la visita de la
    ansiedad, la más famosa de los pueblos aledaños, causaba entusiasmo y expectación:

    – “Dicen que anticipa el futuro”.

    – “Yo he oído que te permite hacer cosas que antes ni imaginabas”.

    – “¡Eso! Y, Sobre todo, te proporciona la sensación de control”.

    – “Y yo que se alimenta de emociones que no somos capaces de resolver y atender. Haciendo, que cada vez más nos dé más miedo enfrentarlas”.

    – “Jajajajajajaja ¿Y este de dónde ha salido?”.

    Todos rieron en relación a la última intervención y se colocaron en la cola. Excepto el último,
    que no quiso participar. Cosquilleos en su estómago cuando veían que pronto iba a ser su
    turno para poder hablar con la ansiedad y ver que obsequio les daría.

    Al primero, le otorgó el don de la anticipación. Preocupaciones constantes con un dolor
    punzante en el pecho. Al segundo, le regaló la habilidad de evitar. Todo era una ocupación física o mental donde acababa agotado, embotado y sin ganas de hacer nada. Y al tercero, no hubo mejor presente que el control por todo lo que le rodea. Incluso cuando el
    acontecimiento ya había pasado, la sensación de control no cesaba y las palpitaciones
    aumentaban.

    -“¡Nos han engañado!” -Gritaban sin dirección sumergidos en bucles, con hilos de connotación
    negativa.

    -“¿Dónde está lo ” bueno” de la ansiedad?”.

    En ese momento, volvió a aparecer el cuarto lugareño que no quiso participar.

    -“La ansiedad es una de las emociones más difusas. Hay que tener cuidado con lo que se pide,
    ya que los nervios pueden jugarte una mala pasada a la hora de identificar lo que te pasa.
    Hay una parte adaptativa que te prepara para lo que anticipas, si, que es ese cosquilleo que
    sentisteis justo antes de conocerla. Como los nervios antes de un partido o el momento de dar
    enviar un trabajo importante”. Es curioso que se parezca a lo que sentimos cuando estamos entusiasmados, pero esto, es sólo la parte adaptativa. Lo demás, nos habla de cosas que hay debajo que no son tan fácil de ver”.

    Los tres escuchaban atentamente las palabras del lugareño, ahora sin burla, e intentaron
    identificar qué había detrás de su ansiedad.

    -“No consistía en predecir el futuro, sino en sentir el presente”.

    -“Lo que de verdad evitaba era el sentirme ineficaz e inadecuado”.

    -“Me sentía tan inseguro que necesitaba tener el control. Era la forma de sentirme válido y no
    ser rechazado”.

    Hilos de emociones adaptativas aparecieron cuando se dieron cuenta lo que sentían de
    verdad. Y ahí, en ese momento, la ansiedad se marchó del pueblo. A veces nos estancamos y generamos una gran bola. Quizás no consista en alimentarla más, si no en parar y preguntarte qué hay detrás.

    De esta manera, los habitantes del pueblo se dieron cuenta que la ansiedad podía formar parte
    de sus vidas, pero ya no la veían como tal, sino como pistas de nuevas emociones por explorar. Los lugareños decidieron cerrar su cuento con unas palabras al viento:

    -“Era difícil centrarme en mi cuerpo cuando una nube de preocupaciones invadía mi futuro, y
    sobre todo, porque nunca antes lo había hecho. No solo sentía preocupación, sino que cuando
    observaba veía que estaba teñida de miedo a no saber hacerlo bien. Con razón buscaba
    control por mi inseguridad y la ansiedad me la daba, pero no, lo que yo necesitaba era esta
    pausa para mí. Intentarlo por mí. Luchar por mí. Darme ese valor que gritaba mi cuerpo.

    ¡Está bien! ¡Es normal sentir miedo ante algo nuevo y lo haremos lo mejor que podamos! Será
    algo nuestro. Construido desde dentro. Con firmeza y gracias a las pistas que me daba la
    ansiedad. Y lo mejor de todo, que he sido capaz de darme cuenta”.

    Y lo vuelvo a reafirmar. De verdad. Las veces que haga falta. ¿Cuántas veces hemos estado
    hartos y hartas de sentir ansiedad y al final, vemos que la ansiedad sigue presente dándonos
    sus “regalos”? ¿No será que esos “regalos” nos quieren decir algo? Cuánto cambiaría si la
    viéramos como aliada. Ahí ya tú decides cuánto de masoquista quieres ser. Quizás no te valga
    con tu voz crítica y quieres añadir la ansiedad para ir por la vida dos contra uno. Tu cuerpo tiene un límite. Tú decides lo fácil o difícil que quieres ponérselo.

    ANSIEDAD Y SUS SÍNTOMAS

    • Sensación de nerviosismo, agitación o tensión
    • Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe
    • Respiración acelerada (hiperventilación)
    • Sudoración y temblores
    • Sensación de debilidad o cansancio
    • Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual
    • Tener problemas para conciliar el sueño
    • Padecer problemas gastrointestinales
    • Tener dificultades para controlar las preocupaciones
    • Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad

    ANSIEDAD: BENEFICIOS DE ESCUCHARLA

    • Ser más consciente de lo que nuestro cuerpo necesita
    • Reducir tu auto-exigencia
    • Entender que emociones hay debajo de la ansiedad que me cuesta expresar
    • Aceptar tus limitaciones
    • Poner límites a tu situación y recuperar tu agencia y responsabilidad
    • Validar tus emociones y cuidarte

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    ¿Quieres saber más sobre la ansiedad?

    Marcos Morales Rodríguez

    Psicólogo General Sanitario

    N.º Colegiado: M-35004

     

     

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  • Perfeccionismo: una epidemia social

    Perfeccionismo: una epidemia social

    Perfeccionismo: una epidemia social

    El perfeccionismo es un rasgo de personalidad que se caracteriza por una búsqueda incesante de la perfección y el establecimiento de estándares de desempeño personal extremadamente altos, acompañados de evaluaciones muy críticas del propio comportamiento, asociadas con el miedo al fracaso (Flett y Hewitt, 2002).

    Burns (1980a) describe a las personas con rasgos perfeccionistas como personas que establecen estándares demasiado altos y poco realistas, adhiriéndose a estos estándares de manera rígida e inamovible. Además, su autoestima está condicionada al logro de estos estándares.

    Formas de Perfeccionismo

    Podemos encontrar dos formas de perfeccionismo: el perfeccionismo adaptativo y el perfeccionismo desadaptativo o clínico. En el perfeccionismo adaptativo, aunque la persona establece altos estándares de desempeño, existe una baja discrepancia entre estos estándares establecidos y los logros alcanzados, mientras que, en el perfeccionismo desadaptativo o clínico, aunque también se establecen altos estándares de desempeño, en este caso, existe una alta discrepancia entre éstos y la percepción de logro (Rice, Ashby y Slaney, 2002).

    Es importante resaltar que sólo el hecho de establecer altos estándares personales no es en sí mismo desadaptativo. Más bien, la tendencia a la autocrítica es la que contribuye al mantenimiento del perfeccionismo clínico. Son varios los estudios que proponen el rasgo de personalidad autocrítica como elemento central en el mantenimiento del perfeccionismo desadaptativo o clínico.

    No nos podemos olvidar que en el perfeccionismo la exigencia de un alto grado de desempeño no siempre es sólo hacia uno mismo, sino también hacia los demás. Las personas con rasgos perfeccionistas pueden sentir como un ataque el hecho de que otra persona no cumpla con los mismos, irrazonables y desproporcionados, niveles de exigencia que se han autoimpuesto.

    Esta exigencia se refleja principalmente en el área académica y laboral, aunque también la encontramos en el área personal como, por ejemplo, en la apariencia física.

    Perfeccionismo y Salud Mental

    Las personas perfeccionistas tienen un miedo abrumador a cometer errores, ya que estos son vistos como por ellas como algo catastrófico, generando un sentimiento negativo sobre uno mismo. La creencia de estos sujetos se basa en que, al no cometer errores, evitan las autoevaluaciones excesivamente críticas y severas de ellos mismos y de los demás, tan difíciles de soportar. Los perfeccionistas adoptan un estilo de vida marcado por un esfuerzo intenso, persistente y compulsivo para alcanzar metas difíciles, buscando la validación y aceptación a través de su desempeño. Al no conseguir lograr estos objetivos tan altos, tienen grandes dificultades para reducir el grado de exigencia que se impone a sí mismo.

    La necesidad de ser perfecto o de ser visto como perfecto por los demás y tendencia a autoevaluarse de forma crítica son factores de riesgo importantes para la salud mental.

    Muchos estudios han relacionado el perfeccionismo con la depresión, los trastornos de ansiedad, los trastornos obsesivo-compulsivos y los trastornos de la conducta alimentaria.

    Perfeccionismo y Depresión

    El constante esfuerzo por ser perfecto, la percepción de que no lo ha logrado, la sensación de baja eficacia y el sentimiento que conlleva la percepción de fracaso, influyen directamente en la autoestima y pueden generar síntomas depresivos. Son muchos los estudios que encuentran una correlación significativa entre el perfeccionismo y la depresión.

    Perfeccionismo y Ansiedad

    Numerosos estudios indican que un mayor nivel de perfeccionismo genera un mayor nivel de ansiedad y está asociado con varios trastornos de ansiedad (Boivin y Marchand, 1996).

    El miedo al fracaso que presenta el perfeccionista le genera una gran ansiedad en el desempeño de las tareas. Cuanto más importante es la tarea, más se invierte tiempo y esfuerzo, mayor es el miedo a fracasar y mayor es la ansiedad.

    De los trastornos de ansiedad, la fobia social y el trastorno obsesivo-compulsivo han sido los más estrechamente relacionados con el perfeccionismo (Antony et al., 1998).

    Perfeccionismo y Fobia Social

    La fobia (o ansiedad) social se caracteriza por un miedo elevado y persistente a enfrentarse a situaciones sociales o de desempeño en las que se puede sentir vergüenza (American Psychiatric Association, 1994) .  La ansiedad social se concibe como la falta de seguridad sobre la propia capacidad para lograr una impresión deseada en los demás. De esta forma, el perfeccionismo tiene un papel importante tanto en el desarrollo como en el mantenimiento de ese trastorno. Es decir, las personas con rasgos perfeccionistas desean lograr una impresión perfecta en los demás, por ende, experimentan más ansiedad social.

    Perfeccionismo y Trastorno Obsesivo-Compulsivo

    El perfeccionismo también ha sido relacionado con el funcionamiento mental de las personas con Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC). Estas personas tienden a presentar un ideal de perfección en todos los ámbitos de su vida, se organizan en torno a ciertas creencias que se caracterizan por aspectos perfeccionistas y la convicción de que existe una solución perfecta. Tienen también dificultad para soportar las incertidumbres, tratando de eliminarlas mediante conductas compulsivas.

    Perfeccionismo y Trastornos Alimentarios

    El perfeccionismo ha sido identificado como un factor de riesgo específico para el desarrollo y el mantenimiento de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) como, por ejemplo, bulimia nerviosa, anorexia nerviosa y trastorno por atracón (Fairburn et al., 1999a). Se ha encontrado que el perfeccionismo conduce a la búsqueda de un están­dar perfeccionista en relación con la imagen corporal y el control de la comida y el peso (Garner, Olmsted, Polivy, & Garfinkel, 1984).

    Perfeccionismo y sus componentes conductuales

    Los componentes conductuales del perfeccionismo pueden actuar en varias direcciones:

    • Intentar cumplir con los estándares irrazonablemente altos: verificar una y otra vez una tarea, un correo, etc., búsqueda de comprobación y seguridad (pedir que otros le corrijan), pensar excesivamente antes de tomar una decisión.
    • Procrastinación: evitar iniciar la tarea, ya que la búsqueda de la perfección hace que la tarea sea demasiado larga y desagradable.
    • No finalizar la tarea o finalizarla de forma prematura: concluye que la probabilidad de que se cumplan las expectativas perfeccionistas es muy baja.

    Perfeccionismo y experiencias tempranas

    Barrow y Moore (1983) han descrito cuatro tipos de experiencias tempranas que contribuyen al desarrollo del perfeccionismo:

    1. Padres abiertamente críticos y exigentes;
    2. Padre que, aunque la crítica es indirecta, presentan unas expectativas y unos estándares de desempeño excesivamente altos;
    3. No existe la aprobación por parte de los padres, o ésta es inconsistente o condicional;
    4. Padres que actúan como modelos de personas perfeccionistas.

    Perfeccionismo y sus síntomas:

    Entre los síntomas más asociados al perfeccionismo están:

    • Fatiga y fatiga crónica
    • Dolores de cabeza y dolores de cabeza crónicos
    • Burnout
    • Síntomas físicos por trabajar en exceso
    • Poca capacidad de disfrute
    • Competitividad
    • Hostilidad
    • Procrastinación
    • Baja autoestima
    • Pensamiento dicotómico (“blanco o negro”, “todo o nada”)
    • Parálisis por análisis ante cualquier tarea
    • Miedo al fracaso
    • Ansiedad y ansiedad social
    • Depresión
    • Problemas relacionales (familia, amigos, trabajo)

    Perfeccionismo: cómo gestionarlo

    1. Ten en cuenta que tienes el derecho a equivocarte. ¡Permítete equivocarte!
    2. Una autoestima baja puede condicionarte a refuerzos externos para sentirte bien. ¡Trabaja tu autoestima!
    3. Ten en cuenta que metas inalcanzables te causarán frustración. ¡Márcate metas más realistas!
    4. La búsqueda constante de la perfección nos causa ansiedad. ¡El Mindfulness es un buen aliado!
    5. Las exigencias excesivas nos mantienen tensos y con altos niveles de estrés.  ¡Ajusta tus prioridades!
    6. Estar permanentemente revisando y comprobando nos causa un alto nivel de alerta y tensión. ¡Relájate!

    Cuando el individuo no se siente amado ni reconocido en su valor, comienza a adoptar conductas compensatorias que le permiten disimular la imagen de inferioridad que tiene de sí mismo, buscando externamente, a través de su desempeño, una validación y una valoración que no encuentra internamente. Mientras no encuentre esas fuentes internas de validación, el perfeccionista seguirá su arduo camino en busca de la perfección.

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    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora Asociada del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

     

     

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