Author: Sandra Ribeiro

  • Ansiedad: Comprender, Identificar y Tratar

    Ansiedad: Comprender, Identificar y Tratar

    La ansiedad es una emoción normal en la vida de las personas y vital para nuestra supervivencia. Es esa chispa de alerta que nos prepara para enfrentar situaciones desafiantes. Sin embargo, cuando esta emoción se vuelve crónica o abrumadora, puede convertirse en un problema de salud mental que requiere atención especializada. En este artículo, exploraremos qué es, cómo identificarla cuando se convierte en un problema y el valioso papel que juega la terapia en su tratamiento.

    ¿Qué es la ansiedad?

    La ansiedad es una respuesta natural al estrés y una emoción que todos experimentamos en algún momento. Puede manifestarse como preocupación, nerviosismo o miedo ante situaciones desconocidas o amenazantes. Tiene una función adaptativa, ayudándonos a estar alerta y listos para afrontar desafíos.

    Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve constante o se dispara sin un peligro real presente, puede ser un signo de un trastorno de ansiedad. Estos trastornos pueden variar desde el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico hasta el trastorno obsesivo-compulsivo. Son más que simples preocupaciones; interfieren significativamente en la vida cotidiana y pueden causar angustia significativa.

    Identificando la ansiedad problemática

    Identificar la ansiedad problemática puede ser un desafío, ya que los síntomas varían de persona a persona. Sin embargo, hay algunas señales comunes a las que debemos prestar atención:

    • Preocupación excesiva: si te encuentras preocupándote en exceso, más allá de lo que parece razonable o experimentando un constante estado de alerta, esto podría ser un signo de ansiedad.
    • Síntomas físicos: la ansiedad puede manifestarse en síntomas físicos como sudoración, palpitaciones, temblores o tensión muscular.
    • Miedos irracionales: el desarrollo de miedos intensos e irracionales, como el miedo a volar o a espacios cerrados, puede ser un indicador de ansiedad y debe ser valorado por un especialista.
    • Comportamientos evitativos: evitar situaciones o actividades debido a la ansiedad es otro signo claro que debemos estar atentos/as.
    • Dificultad para concentrarse: si la ansiedad interfiere con tu capacidad para concentrarte en el trabajo, en la escuela o en las tareas diarias, es un indicador de un posible problema y se recomienda buscar un especialista.

    El Papel de la terapia

    La terapia ha demostrado ser altamente efectiva en el tratamiento de los trastornos de ansiedad. Los/as psicólogos/as trabajan en estrecha colaboración con los individuos para comprender los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a esta emoción y desarrollar estrategias para abordarla.

    A través de la terapia, las personas pueden aprender a:

    • Identificar y desafiar pensamientos negativos y distorsionados.
    • Desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas.
    • Exponerse gradualmente a situaciones que causan ansiedad, lo que ayuda a reducir el miedo.
    • Aprender técnicas de relajación y mindfulness.

    La terapia proporciona un espacio seguro para explorar las causas subyacentes de la ansiedad y desarrollar herramientas para manejarla. Lo ideal es personalizar el tratamiento de acuerdo con las necesidades específicas de cada persona.

    La ansiedad, cuando es disfuncional, es un trastorno tratable, y buscar ayuda es el primer paso hacia la recuperación. Si tú o alguien que conoces está lidiando con ello, considera hablar con un profesional de la salud mental. La terapia puede ser una vía eficaz para recuperar el control y vivir una vida más plena y tranquila.

     

     

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    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

     

  • Desidealizando el Día de San Valentín: celebrando el amor propio

    Desidealizando el Día de San Valentín: celebrando el amor propio

    Cada año, el 14 de febrero, millones de personas en todo el mundo se sumergen en un torbellino de chocolates, flores y tarjetas de amor en celebración del Día de San Valentín. Sin embargo, detrás de la fachada de romance y afecto, yace una oportunidad aún más valiosa: el amor propio.

    En lugar de idealizar la búsqueda del amor externo, ¿por qué no celebrar el amor hacia uno mismo? El Día de San Valentín puede ser una ocasión perfecta, además de todos los días del año, para reflexionar sobre nuestra relación más importante: la que tenemos con nosotros mismos.

    Rechazando los estereotipos románticos

    El bombardeo constante de imágenes románticas en películas, música, publicidad y anuncios de regalos puede crear expectativas poco realistas sobre el amor y la felicidad. La realidad es que el amor propio es fundamental para construir relaciones saludables y satisfactorias. En lugar de esperar que alguien más nos complete, debemos aprender a encontrarnos completos por nosotros mismos.

    La influencia del amor romántico en el Día de San Valentín: una reflexión crítica

    El Día de San Valentín, en su forma actual, está profundamente arraigado en la idealización del amor romántico, la celebración de este día a menudo gira en torno a la expresión de afecto hacia una pareja romántica.

    El amor romántico, tal como se retrata en la cultura popular, puede ser descrito como una narrativa poderosa que enfatiza la búsqueda del “amor verdadero” y la creencia en que una relación romántica satisfactoria es la clave para la felicidad y la realización personal. Sin embargo, esta idealización puede tener consecuencias perjudiciales, ya que establece estándares poco realistas y alimenta expectativas poco saludables sobre el amor y las relaciones.

    En el contexto del Día de San Valentín, la presión social para demostrar amor a través de gestos grandiosos puede intensificar aún más estas expectativas irreales. Además, la comercialización del Día de San Valentín a menudo promueve una visión estereotipada del amor romántico, que puede excluir a aquellos que no están en relaciones románticas o que tienen diferentes formas de expresar el amor. Esto puede dejar a muchas personas sintiéndose excluidas o incompletas si no tienen una pareja romántica en este día.

    Es importante cuestionar y desafiar estas narrativas idealizadas del amor romántico, especialmente en el contexto del Día de San Valentín. En lugar de perpetuar la creencia de que el amor romántico es la única forma válida de amor, podemos celebrar y valorar una gama más amplia de relaciones y formas de amor. Esto incluye el amor familiar, el amor hacia los amigos y, lo más importante, el amor hacia uno mismo.

    Al desafiar la influencia del amor romántico en el Día de San Valentín, podemos transformar esta celebración en una ocasión más inclusiva y significativa. En lugar de enfocarnos exclusivamente en las relaciones románticas, podemos celebrar el amor en todas sus formas y practicar el amor propio como una expresión fundamental de cuidado y respeto hacia nosotros mismos.

    Cultivando el amor propio

    Es importante decir que el amor propio no es egoísmo (mucha gente lo confunde); es una necesidad básica para el bienestar emocional y mental. Cultivar el amor propio implica practicar la autocompasión, el autocuidado y el respeto por uno mismo. Esto puede incluir tomarse tiempo para actividades que nos traen alegría y disfrute, establecer límites saludables en nuestras relaciones y practicar el perdón tanto hacia los demás como hacia nosotros mismos.

    Celebrando el Día del Amor Propio

    En lugar de centrarse en encontrar la pareja perfecta o en ser inundado de regalos materiales, el Día del Amor Propio puede ser una oportunidad para practicar la gratitud hacia nosotros mismos. Podemos dedicar el día a actividades que nos nutran emocionalmente, como meditar, dar un paseo, escribir en un diario de gratitud o simplemente disfrutar de nuestra propia compañía.

    Absolutamente, esa frase encapsula perfectamente la importancia del amor propio en el contexto de las relaciones románticas. Aquí está una sección que profundiza en esa idea:

    La importancia del amor propio en las relaciones de pareja

    La idea de que para ser felices en pareja primero debemos ser felices con nosotros mismos es más que una simple frase de autoayuda; es un principio fundamental en la construcción de relaciones saludables y satisfactorias. Cuando nos sentimos personas completas y satisfechas en nuestro propio ser, podemos entrar en una relación desde un lugar de plenitud en lugar de necesidad. Esto nos permite ofrecer amor y apoyo genuinos a nuestra pareja, en lugar de buscar que nos llenen los vacíos emocionales que no hemos abordado por nuestra cuenta.

    El amor propio actúa como una base sólida sobre la cual construir una relación romántica sólida y duradera. Cuando nos amamos y valoramos a nosotros mismos, establecemos estándares saludables para nuestras relaciones y nos sentimos personas dignas de recibir amor y respeto en igual medida. Esto nos permite establecer límites claros, comunicar nuestras necesidades de manera efectiva y tomar decisiones que estén alineadas con nuestro propio bienestar.

    Además, el amor propio nos proporciona la capacidad de ser personas más compasivas y empáticas hacia nuestra pareja. Cuando estamos en paz con nosotros mismos, somos menos propensos a proyectar nuestras inseguridades o expectativas no cumplidas sobre nuestra pareja, y más capaces de aceptarlas tal como son. Esto crea un ambiente de confianza y apoyo mutuo en la relación, donde ambas partes se sienten libres para ser auténticas y vulnerables.

    Es importante recordar que el amor propio no es un destino final, sino un viaje continuo de autodescubrimiento y crecimiento personal. Cultivar el amor propio requiere práctica y dedicación constante, pero los beneficios que aporta a nuestras relaciones de pareja y a nuestra vida en general son invaluables. 

     

     

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    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

  • ¡Voy a terapia! Cómo elegir al psicólogo ideal para ti

    ¡Voy a terapia! Cómo elegir al psicólogo ideal para ti

    ¡Voy a terapia! Cómo elegir al psicólogo ideal para ti desde el rigor científico

    Teresa es la protagonista de nuestra nueva historia (la historia de Teresa no representa a ningún/a paciente real. Todos y cada uno de los relatos son meramente ilustrativos. El caso clínico ha sido elaborado para representar a muchas personas que pueden estar viviendo situaciones similares y conviviendo con las mismas secuelas que nuestro personaje). 

    Teresa, una mujer de 35 años, enfermera de profesión, atravesó un período difícil durante estas Fiestas Navideñas. Mientras el resto celebraba con alegría, ella anhelaba simplemente quedarse en casa, evitando a toda costa los encuentros sociales. Aunque nunca fue una apasionada de las grandes celebraciones navideñas, Teresa percibe que cada año se le hace más complicado conectar con la efusión de felicidad que envuelve esta temporada.

    Este último diciembre fue extraordinariamente desafiante para Teresa. La ausencia de su madre, quien falleció el pasado enero, y la pérdida reciente de su pareja, quien la dejó hace tres meses, marcaron la temporada festiva con un eco de soledad y tristeza. Cada tradición navideña se convirtió en un recordatorio de los momentos compartidos con las personas que ya no estaban a su lado.

    No estoy bien: el dolor de mantener las apariencias

    La carga emocional que suponía aparentar estar bien en las reuniones familiares se volvió especialmente agobiante para Teresa estas fiestas. Las conversaciones festivas se mezclaban con la nostalgia y la melancolía, y la sonrisa forzada que solía utilizar para ocultar su dolor resultaba cada vez más difícil de mantener. La tristeza que la envolvía se hizo más evidente, y sus seres queridos, aunque bien intencionados, no podían comprender completamente el dolor que Teresa llevaba consigo.

    ¡Voy a terapia! Cómo elegir el psicólogo ideal para ti: tomando las riendas de mi vida

    Fue en medio de este torbellino emocional que Teresa, consciente de que necesitaba ayuda para enfrentar el duelo y la tristeza que la invadían, tomó una decisión valiente. Al dar la bienvenida al nuevo año, decidió que era el momento de buscar ayuda profesional. Reconoció que la carga emocional se estaba volviendo demasiado abrumadora para sobrellevarla sola y que buscar apoyo era un paso crucial para su bienestar mental y emocional.

    Teresa comprende que las pérdidas significativas que ha experimentado este año no solo han dejado un vacío palpable en su vida, sino que también han afectado profundamente su bienestar emocional. La búsqueda de ayuda profesional se convierte, entonces, en una búsqueda de respuestas, consuelo y orientación para aprender a vivir con estas ausencias significativas y encontrar una nueva forma de seguir adelante.

    ¡Voy a terapia! Las incertidumbres del camino

    El camino que Teresa ha decidido emprender no está exento de incertidumbre. Se siente abrumada por dudas e inseguridades, pero la determinación de mejorar su bienestar emocional la impulsa hacia adelante. Teresa reconoce la importancia de elegir a la persona adecuada para guiarla en este proceso terapéutico, pero no está segura de por dónde empezar.

    En su búsqueda de una psicóloga, Teresa se plantea preguntas fundamentales: 

    1. ¿Cómo encontrar a alguien que comprenda sus necesidades específicas? 
    2. ¿Cuáles son los criterios importantes que considerar al seleccionar a una profesional de la salud mental? 
    3. ¿Cómo será la dinámica de las sesiones? 
    4. ¿Podré abrirme con confianza? 
    5. ¿La psicóloga logrará comprender lo que estoy experimentando?

    Para Teresa, este paso hacia la búsqueda de ayuda representa un proceso de autodescubrimiento y autocompasión. Se da cuenta de que el viaje hacia el bienestar emocional y a la salud mental implica más que simplemente superar la melancolía de las fiestas; es un compromiso consigo misma para entender, sanar y crecer.

    Como apoyo en su travesía, Teresa necesita pautas claras que la ayuden a dar los primeros pasos en su viaje hacia su nueva vida.

    ¡Voy a terapia! Cómo elegir el psicólogo ideal para ti

    ¡Es maravilloso que Teresa haya considerado empezar la terapia! Tomar la decisión de buscar apoyo emocional y psicológico es un paso valiente y positivo para su bienestar. Aquí hay varios aspectos importantes que Teresa debe tener en cuenta para asegurarse de encontrar la profesional adecuada para sus necesidades y circunstancias:

    • Licencia y colegiación: una psicóloga clínica o sanitaria con habilitación y colegiación en el Colegio de la Psicología asegura que el profesional ha cumplido con los requisitos y estándares establecidos por la regulación profesional. Esto garantiza que la psicóloga está legalmente autorizada para ejercer la psicología y que sigue un código ético. Asimismo, el centro de psicología o clínica debe contar con autorización de centro sanitario de la comunidad autónoma en cuestión. 
    • Intervenciones basadas en la evidencia: una psicóloga que sigue criterios de rigurosidad científica utilizará intervenciones respaldadas por la evidencia. Esto significa que las estrategias y técnicas terapéuticas han sido probadas y demostradas como efectivas a través de estudios de investigación.
    • Especialización y experiencia: es importante que Teresa busque una psicóloga con experiencia en las áreas que desea abordar, como el duelo, la pérdida y el manejo del estrés emocional. Si ha tratado casos similares y tiene conocimientos específicos en las áreas relevantes.
    • Enfoque terapéutico: cada profesional tiene su propio marco teórico y estilo de trabajo, y encontrar un enfoque que sea compatible con sus necesidades y preferencias contribuirá significativamente al éxito del proceso terapéutico. Además, diferentes enfoques terapéuticos han demostrado ser más efectivos para ciertos problemas o condiciones.
    • Flexibilidad y adaptabilidad: es importante que la psicóloga cuente con formaciones variadas y que sea flexible. La psicóloga debe tener la capacidad de personalizar la terapia según las necesidades individuales la paciente y ser capaz de adaptar intervenciones basadas en la investigación a las circunstancias específicas de Teresa. 
    • Compatibilidad personal: la relación terapéutica es esencial. Teresa debe sentirse cómoda y comprendida por su psicóloga. En la primera sesión Teresa podrá evaluar si hay una conexión y si se siente a gusto compartiendo sus pensamientos y sentimientos con esa profesional.
    • Costo y disponibilidad:  es importante también considerar aspectos prácticos, como la ubicación de la consulta, los horarios disponibles y el costo de las sesiones. Es fundamental asegurarse de que pueda comprometerse con la frecuencia de las sesiones y el presupuesto asociado. La terapia puede ser breve como, por ejemplo, unas ocho sesiones, pero puede alargarse más en el tiempo. Todo ello, dependerá del problema en cuestión, de cómo se encuentra el/la paciente y de los objetivos terapéuticos acordados entre el/la paciente y la psicóloga.
    • Opiniones y referencias: buscar opiniones de otras personas que hayan trabajado con la psicóloga o las referencias y comentarios pueden proporcionar información valiosa sobre la efectividad y la calidad del servicio.
    • Confidencialidad y ética profesional: asegurarse de que la psicóloga siga principios éticos del Código Deontológico de los Psicólogos y garantice la confidencialidad de la información compartida durante las sesiones. La colegiación está vinculada a la ética profesional. Los colegios de psicólogos establecen códigos éticos que los profesionales deben seguir. Esto podría asegurar que la terapia se lleve a cabo de manera ética, respetuosa y confidencial.

    También es muy importante antes de comenzar la terapia que Teresa reflexione sobre sus objetivos. Antes de la primera sesión, es importante pensar en lo que esperas lograr con la terapia. ¿Qué áreas de tu vida te gustaría mejorar? ¿Qué problemas específicos te gustaría abordar?, entre otras cuestiones. 

    Durante la terapia

    1. Plan de tratamiento y objetivos
      • Discutir y entender el plan de tratamiento propuesto y los objetivos a alcanzar. Teresa debe tener claridad sobre el tratamiento que se seguirá y cómo se evaluará su progreso a lo largo del tiempo.
        También es cierto que ningún profesional va a garantizar un tiempo determinado de finalización de la terapia. No es como acudir a un taller mecánico en el que dejamos nuestro coche y nos dicen cuándo podemos recogerlo (bueno, y no siempre cumplen la fecha). Tratar con las emociones y problemáticas de la vida de una persona es mucho más complejo. Depende de tantas variables que, determinar un tiempo para la finalización de la terapia, puede ser imprudente y poco sensato en muchos casos. 
    2. Comunicación abierta
      • Establecer expectativas claras sobre cómo será la comunicación fuera de las sesiones programadas, por ejemplo, en casos de emergencia o para resolver dudas puntuales.
      • Comunica cualquier preocupación o duda que puedas tener. La honestidad y la apertura son esenciales para que la terapia sea efectiva. Si no te ha gustado una sesión en concreto, no esperes, en la siguiente sesión comunica a tu psicóloga que no has estado cómodo/a. Las psicólogas somos humanas y también nos podemos equivocar. Además, el feedback del paciente ayuda mucho para las psicólogas podamos redireccionar la terapia, si es necesario. 
    3. Intuición personal
      • Confiar en su intuición. Si Teresa siente que algo no está en sintonía o no se siente cómoda, es importante abordarlo y, si es necesario, explorar otras opciones.
    4. Confianza y conexión: la relación con tu psicóloga es fundamental. No tengas miedo de expresar tus preocupaciones y expectativas desde el principio. La confianza y la conexión entre vosotros/as son clave para el éxito de la terapia.
    5. Proceso gradual: la terapia no es una solución instantánea. Los cambios pueden llevar tiempo. A veces, el paciente lleva 40 años actuando y/o pensando de la misma forma, disfuncional y dañina para él. Cambiar algo que llevas años haciéndolo o cambiar tu forma de pensar no se hace en cuatro sesiones. También es normal experimentar altibajos durante el proceso. Es camino está lleno de baches, pero eso no significa un retroceso. Sé paciente contigo mismo y con el proceso terapéutico.

    Después de la terapia

    • Aplicación de lo aprendido: trabaja en aplicar las herramientas y estrategias que aprendas en terapia en tu vida cotidiana. La terapia es más efectiva cuando se traduce en cambios prácticos y positivos en tu vida.
    • Evalúa tu progreso: regularmente reflexiona sobre tu progreso y si tus objetivos están siendo abordados. Si sientes que algo no está funcionando, comunícalo a tu psicóloga.
    • Seguimiento: existe un período de seguimiento antes del alta definitiva de la terapia. Se suele citar al/a la paciente cada mes y luego cada tres meses, según valore el profesional. 

    Aspectos prácticos de la terapia

    • Frecuencia de las sesiones: La frecuencia de las sesiones puede variar. Al principio, es posible que las sesiones sean más frecuentes y luego disminuyan a medida que progreses. Lo más habitual y necesario para que la terapia sea efectiva es que las sesiones sean, por lo menos, cada semana. Hay casos más graves o con más necesidad de contención emocional como, por ejemplo, un duelo inesperado y reciente que se puede citar al/a la paciente más veces a la semana hasta que se estabilice.
      Cuando el/la paciente se va encontrando mejor o va adquiriendo herramientas para afrontar mejor su día a día, la terapia empieza a espaciarse. Llegados ese momento, muchos psicólogos citan a sus pacientes cada 15 días, luego cada mes y luego a los tres meses, hasta el alta definitiva.
    • Confidencialidad: la confidencialidad es un principio fundamental en la terapia. Tu psicóloga no compartirá información sobre tu tratamiento sin tu consentimiento, excepto en casos específicos que involucren riesgo para ti o para otros.

    Recuerda que cada persona y cada experiencia terapéutica son únicas. Lo más importante es encontrar una psicóloga con la que te sientas cómodo/a y apoyado/a. 

    Año Nuevo, nuevos capítulos: mi historia la escribo yo 

    ¡Buena suerte en tu viaje hacia el bienestar mental y emocional! ¡Vale la pena!

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    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

  • Enfrentando la Anorexia Nerviosa: la inspiradora historia de Ana y su viaje hacia la recuperación

    Enfrentando la Anorexia Nerviosa: la inspiradora historia de Ana y su viaje hacia la recuperación

    ¿Necesitas ayuda?

    Somos profesionales de la psicología comprometidas con tu salud mental

    Terapia individual

    Terapia de pareja

    Terapia para adolescentes

    Terapia familiar

    Terapia en portugués

    Estudio psicológico

    El objetivo de la terapia individual es el autoconocimiento y que puedas identificar las emociones no saludables y disponer de un abanico de herramientas para hacer frente a las circunstancias de tu vida de la manera más eficaz y menos dañina. 

    Es cierto que una pareja no está libre de tener conflictos. Algunos son pequeños problemas. Pero, hay problemas que toman otras dimensiones y es necesario que ambos miembros de la pareja reconozcan las dificultades y busquen ayuda profesional en una terapia de pareja.

    La terapia para adolescentes servirá para que estos tengan un espacio seguro para expresar sus emociones, hablar abiertamente de cómo se sienten, discutir sobre las situaciones que les afligen y ser escuchados. 

    Todas las familias experimentan cambios a lo largo del tiempo y estos cambios suelen provocar conflictos. Estos implican un proceso de adaptación de todos los miembros de la familia a la nueva realidad. Todos estos problemas pueden necesitar el apoyo y la ayuda de un profesional.

    Conocemos la dificultad de expresarnos en otro idioma, especialmente algo tan importante como las emociones, las situaciones de adaptación, etc. En nuestra consulta, tenemos experiencia de vivir tanto en Brasil como en Portugal, lo que nos acerca no solo al idioma sino a la cultura de ambos países.

    Su objetivo es obtener información precisa y relevante sobre el pensamiento, emociones, comportamiento y personalidad del individuo, con el propósito de tomar decisiones informadas sobre diagnóstico, tratamiento, intervención o asesoramiento. 

    Estamos especializadas en diversas problemáticas psicológicas, así como en asesoramiento y desarrollo personal.

    Desde una actitud de escucha, proximidad, ética profesional y total confidencialidad, nuestras intervenciones buscan tratar cada caso con la individualidad que merece. Cada persona tiene unas necesidades diferentes, por ello, cada intervención estará adaptada para ayudar a esta persona en particular, respetando su tiempo.

    Tras la primera toma de contacto y ya en la primera sesión, empezamos una fase de evaluación en la que abordaremos tus necesidades, recogiendo datos que nos puedan ayudar a explorar el problema, saber cómo éste se manifiesta y cómo afecta a tu vida diaria. Toda la información recogida en esta fase nos ayudará a trazar, conjuntamente contigo, una línea en la que centraremos nuestra intervención y en la que podamos trabajar sobre los objetivos y las metas que deseas alcanzar y la mejor forma de conseguirlos. Por último, en la fase de seguimiento, evaluaremos los objetivos alcanzados y plantearemos estrategias para prevenir posibles recaídas.

    Es verdad que terapeuta y paciente caminaremos juntos durante todo el proceso terapéutico, pero eres tú quien tendrá un papel principal en este viaje.

  • Responsabilidad afectiva en la pareja: La clave de una relación sana

    Responsabilidad afectiva en la pareja: La clave de una relación sana

    La responsabilidad afectiva en una pareja se refiere a la capacidad y disposición de cada uno de los miembros de la pareja para cuidar y mantener la salud emocional y el bienestar psicológico del otro. Implica asumir una serie de compromisos y acciones que promuevan una relación sana y equilibrada desde el punto de vista emocional.

    Es importante no confundir la responsabilidad afectiva en la pareja con la idea de sacrificar tu propia identidad, necesidades y bienestar para satisfacer exclusivamente los deseos del otro. La responsabilidad afectiva implica equilibrio y reciprocidad en la relación, donde ambas partes se cuidan y apoyan mutuamente sin perder de vista su propia salud emocional y bienestar.

    Algunos aspectos clave de la responsabilidad afectiva en una pareja incluyen:

    • Empatía: Comprender y ser sensible a las emociones, necesidades y preocupaciones de tu pareja. Esto implica escuchar activamente, mostrar interés genuino y ser solidario en momentos de dificultad emocional.
    • Comunicación efectiva: Fomentar una comunicación abierta y honesta en la relación, de manera que ambos puedan expresar sus sentimientos y pensamientos sin temor a juicios o críticas. La comunicación efectiva también implica resolver conflictos de manera constructiva.
    • Apoyo emocional: Estar presente para tu pareja en momentos de alegría y tristeza, y ofrecer apoyo emocional cuando sea necesario. Esto puede incluir brindar consuelo, aliento y afecto.
    • Cuidado de la salud mental: Reconocer la importancia de la salud mental en la relación y trabajar juntos para mantenerla. Esto puede implicar apoyar a tu pareja en la búsqueda de ayuda profesional si es necesario, como terapia o asesoramiento.
    • Respeto y consideración: Tratar a tu pareja con respeto, consideración y amabilidad en todo momento. Evitar comportamientos que puedan herir o dañar emocionalmente a la otra persona.
    • Espacio personal: Reconocer y respetar la necesidad de cada uno de tener su espacio y tiempo personal. La responsabilidad afectiva también incluye permitir que tu pareja crezca y desarrolle sus propias metas y relaciones fuera de la pareja.
    • Compromiso con la relación: Trabajar juntos en la construcción y el mantenimiento de una relación saludable y duradera. Esto puede requerir esfuerzo y dedicación para superar obstáculos y desafíos que puedan surgir.

    Conexión emocional saludable: Un compromiso compartido

    En una relación sana, cada miembro de la pareja debe mantener su autonomía, intereses personales y metas individuales, al mismo tiempo que comparten una conexión emocional y se apoyan mutuamente. No se trata de olvidarse de uno mismo en favor del otro, sino de encontrar un equilibrio entre el cuidado de uno mismo y el cuidado de la relación.

    Es importante establecer límites saludables y comunicarse de manera abierta para asegurarse de que ambas personas se sientan valoradas y respetadas en la relación. La responsabilidad afectiva implica un compromiso compartido de crear un ambiente de amor, respeto y apoyo mutuo en el que ambos puedan crecer y desarrollarse como individuos, así como en pareja.

    Cómo puede ayudar la terapia en el desarrollo de la responsabilidad afectiva

    La terapia puede ser una herramienta efectiva para ayudar a una persona o a una pareja a desarrollar la responsabilidad afectiva. La terapia proporciona un entorno de apoyo y orientación profesional que puede ser fundamental para que las personas y las parejas desarrollen una mayor responsabilidad afectiva en sus relaciones. Ayuda a construir una base sólida para relaciones más saludables y satisfactorias. Es importante encontrar un/a psicólogo/a especializado/a en todo lo relacionado a parejas, sea para una terapia de pareja o terapia individual según sea necesario para abordar las necesidades específicas de cada situación.

    Aquí hay algunas formas en las que la terapia psicológica puede contribuir a este proceso:

    • Autoconocimiento: La terapia puede ayudar a las personas a comprender mejor sus propias emociones, necesidades y patrones de comportamiento en las relaciones. A través de la introspección guiada por un/a psicólogo/a, pueden llegar a comprender cómo su historia personal y sus experiencias pasadas pueden influir en su capacidad para mantener una responsabilidad afectiva en la relación actual.
    • Comunicación efectiva: Los/as psicólogos/as pueden enseñar técnicas de comunicación efectiva que faciliten la expresión de sentimientos y pensamientos de manera clara y respetuosa. Esto ayuda a las parejas a comunicarse de manera más abierta y a comprender mejor las necesidades emocionales del otro.
    • Resolución de conflictos: La terapia proporciona un espacio seguro para abordar y resolver conflictos en la relación. Los/as psicólogos/as pueden enseñar estrategias para manejar las diferencias de manera constructiva, evitando que los problemas se acumulen y afecten la responsabilidad afectiva en la pareja.
    • Fomento de la empatía: En la terapia se puede trabajar con las personas y las parejas para desarrollar la empatía, ayudándoles a comprender y validar los sentimientos del otro. Esto promueve un ambiente de apoyo emocional y responsabilidad mutua.
    • Establecimiento de límites saludables: En la terapia, se puede aprender a establecer límites saludables para proteger el bienestar emocional de cada miembro de la pareja. Esto asegura que ambos se cuiden a sí mismos mientras mantienen una relación saludable.
    • Exploración de patrones de relación: Los/as psicólogos/as pueden ayudar a identificar patrones de relación poco saludables o disfuncionales que puedan estar interfiriendo en la responsabilidad afectiva. Una vez identificados, se puede trabajar para cambiar estos patrones.
    • Desarrollo de habilidades de resiliencia emocional: La terapia puede ayudar a las personas a desarrollar habilidades de resiliencia emocional para lidiar con el estrés, la ansiedad y otros desafíos emocionales que puedan surgir en la vida y en la relación.

    La responsabilidad afectiva más allá de la pareja

    La responsabilidad afectiva no se limita únicamente a las relaciones de pareja, sino que abarca un concepto más amplio que se aplica a diversas relaciones interpersonales y contextos sociales como, por ejemplo,  la familia, las amistades y el entorno laboral.  

    El proceso de desarrollar la responsabilidad afectiva en una relación, ya sea de pareja, familiar o cualquier otro tipo de relación interpersonal, puede ser transformador y gratificante. La terapia puede proporcionar las herramientas, la comprensión y el apoyo necesarios para hacerlo realidad. Al invertir en el crecimiento emocional y la salud de la relación a través de la terapia, las personas y las parejas pueden experimentar una mayor conexión, intimidad y satisfacción en sus relaciones.

    Recuerda que la responsabilidad afectiva implica un equilibrio entre cuidar de uno mismo y cuidar de los demás, promoviendo un entorno donde ambas partes puedan crecer y desarrollarse como individuos y como compañeros. Si sientes que tú o tu pareja podrían beneficiarse de la terapia, considera buscar la orientación de un terapeuta o consejero con experiencia en relaciones y salud emocional. El viaje hacia una mayor responsabilidad afectiva puede ser desafiante, pero también puede llevar a relaciones más saludables y significativas a largo plazo.

     

     

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Verónica Garbajosa

Psicóloga General Sanitaria - M-34772

Especialidad

Dificultades emocionales, trastornos alimentarios, procesos de duelo, trastornos adaptativos, autoestima, trastornos del estado de ánimo, terapia de pareja, terapia de familia.

Atiende a

Adolescentes, adultos, parejas.

Escrito por Verónica

Sobre Verónica

Licenciada en psicología por la Universidad Complutense de Madrid.

Mi trayectoria profesional comenzó acompañando a personas con diversidad funcional y a sus familias en los diferentes procesos de cambio.

Durante el desarrollo de mi profesión no he dejado de formarme para poder ofrecer a las personas que acompaño tratamientos adaptados, haciendo del espacio terapéutico un lugar seguro desde donde se puedan hacer cambios, con una perspectiva integradora donde prima el cuidado, pero con un conocimiento técnico de los procesos psicológicos y una base teórica sólida. En este camino he realizado un máster de Terapia Cognitivo-Conductual, un máster de Psicoterapia Emocional Sistémica, para recibir la acreditación he completado diferentes expertos: terapia de pareja, terapia infantojuvenil, terapia de adultos y familia. Me especialicé en acompañamiento a personas en procesos de duelo y soy experta en TCA.

Mi profesión me ha permitido ser testigo de cambios y transformaciones personales importantes y a ver las crisis como oportunidades de cambio y crecimiento. Me sigue impresionando la capacidad de adaptación que tiene el ser humano y de su resiliencia.