Author: Sandra Ribeiro

  • Autoexigencia, Control y Perfeccionismo: Consecuencias de Crecer en una Familia Desestructurada

    Autoexigencia, Control y Perfeccionismo: Consecuencias de Crecer en una Familia Desestructurada

    Vivir en una familia desestructurada y caótica durante la infancia puede tener un impacto significativo en el desarrollo emocional y psicológico de una persona. La tendencia a intentar controlar todo en la vida adulta es una respuesta común a esta experiencia y puede entenderse desde varias perspectivas.

    Motivos de la necesidad de control

    1. Seguridad y estabilidad: En una familia desestructurada, la falta de estabilidad y previsibilidad puede generar una sensación constante de inseguridad. Controlar todo en la vida adulta se convierte en una manera de crear un entorno más predecible y seguro.
    2. Ansiedad: La incertidumbre y el caos experimentados en la infancia pueden llevar a niveles altos de ansiedad. El control actúa como un mecanismo para reducir esa ansiedad, proporcionando una falsa sensación de seguridad.
    3. Autoeficacia: El control puede dar una sensación de competencia y autoeficacia. En un entorno familiar caótico, las personas pueden no haber desarrollado una sensación de logro y capacidad, por lo que controlar su entorno puede compensar esa carencia.
    4. Trauma y supervivencia: En situaciones de trauma, el control puede ser una estrategia de supervivencia. Mantener el control puede haber sido necesario para manejar situaciones difíciles en la infancia y esta estrategia persiste en la vida adulta.

    Función del control

    • Reducción de la incertidumbre: El control ayuda a reducir la incertidumbre y el miedo al desconocido.
    • Mantenimiento de la paz mental: Proporciona una estructura que puede mantener la paz mental y emocional.
    • Sensación de poder: Ofrece una sensación de poder y dominio sobre la vida, contrarrestando sentimientos de impotencia pasados.
    • Evitar emociones negativas: Ayuda a evitar enfrentar emociones negativas y dolorosas asociadas con experiencias pasadas.

    Cómo aprender a soltar el control

    1. Reconocimiento y aceptación: El primer paso es reconocer la necesidad de control y aceptarlo como una respuesta a experiencias pasadas.
    2. Terapia: Trabajar con un/a psicólogo/a especializado/a puede ser crucial para trabajar el control y desarrollar estrategias de espontaneidad, disfrute y resignificación de hechos pasados.
    3. Mindfulness y meditación: Estas prácticas ayudan a mantenerse en el presente y a aceptar las cosas tal como son, sin la necesidad de controlarlas.
    4. Desarrollar confianza: Construir la confianza en uno mismo y en los demás puede reducir la necesidad de control. Esto puede implicar trabajar en habilidades de comunicación, establecer límites saludables y aprender a delegar.
    5. Exposición gradual: Permitir pequeñas situaciones donde no se tiene control y aprender a manejarlas puede ayudar a reducir la necesidad de control. Comenzar con cosas pequeñas y avanzar gradualmente.
    6. Autocompasión: Practicar la autocompasión y ser amable con uno mismo en momentos de ansiedad y estrés puede reducir la necesidad de controlar como una forma de autodefensa.
    7. Desarrollar un sistema de apoyo: Rodearse de personas de confianza que puedan ofrecer apoyo emocional puede proporcionar la seguridad necesaria para soltar el control.

    Aprender a soltar el control es un proceso gradual y a menudo requiere tiempo y esfuerzo. Es importante ser paciente y reconocer que es un viaje hacia una mayor libertad emocional y mental.

    Perfeccionismo, Autoexigencia y Exigencia hacia los demás

    También es común que las personas que han vivido en una familia desestructurada y caótica desarrollen rasgos de perfeccionismo, autoexigencia y exigencia hacia los demás. Estos comportamientos pueden surgir como mecanismos de adaptación y supervivencia a las circunstancias difíciles de su infancia.

    Perfeccionismo

    El perfeccionismo es una forma de intentar mantener el control sobre el entorno y las propias acciones para evitar errores y fracasos, que podrían percibirse como amenazas a su seguridad o autoestima. En un entorno familiar caótico, el perfeccionismo puede haber sido una forma de obtener aprobación o evitar críticas.

    Motivos del perfeccionismo

    1. Búsqueda de aprobación: Intentar ser perfecto para recibir reconocimiento y amor que quizás no se obtuvo en la infancia.
    2. Evitar la crítica: Minimizar la posibilidad de críticas y desaprobación al hacer las cosas de manera impecable.
    3. Control de la autoestima: Vincular la autoestima con el desempeño perfecto para sentirse valioso y competente.

    Autoexigencia

    La autoexigencia es una característica relacionada con el perfeccionismo. Consiste en imponer altos estándares y expectativas sobre uno mismo, lo que puede llevar a la sobrecarga y al agotamiento.

    Motivos de la autoexigencia

    1. Miedo al fracaso: Creer que no cumplir con altas expectativas resultará en fracaso y desaprobación.
    2. Valor personal: Medir el propio valor y autoestima en función de los logros y el cumplimiento de estándares elevados.
    3. Supervivencia emocional: Tratar de compensar la falta de validación y apoyo emocional en la infancia mediante logros y rendimiento.

    Exigencia a los demás

    La exigencia hacia los demás es un intento de controlar el entorno y asegurar que otros cumplan con ciertos estándares para mantener la estabilidad y previsibilidad.

    Motivos de la exigencia a los demás

    1. Seguridad: Asegurar que los demás se comporten de manera predecible y confiable para mantener la sensación de control.
    2. Proyección: Proyectar las propias expectativas y estándares elevados en los demás.
    3. Evitar decepciones: Prevenir la decepción y la frustración estableciendo altos estándares para los demás.

    Cómo manejar el perfeccionismo, la autoexigencia y la exigencia a los demás

    1. Conciencia y aceptación: Reconocer estos rasgos y aceptar que pueden estar influenciados por experiencias pasadas es el primer paso.
    2. Terapia: Trabajar con un terapeuta para abordar las raíces del perfeccionismo y la autoexigencia, y desarrollar estrategias más saludables para manejarlos.
    3. Mindfulness y autocompasión: Practicar la autocompasión y el mindfulness para aceptar las imperfecciones y reducir la autoexigencia.
    4. Establecer límites realistas: Aprender a establecer metas y expectativas realistas para uno mismo y para los demás.
    5. Aceptar la imperfección: Reconocer que la perfección es inalcanzable y que es humano cometer errores.
    6. Desarrollo personal: Enfocarse en el crecimiento personal y la mejora continua en lugar de la perfección.
    7. Fomentar relaciones saludables: Desarrollar relaciones basadas en la aceptación y el apoyo mutuo, en lugar de la exigencia y el control.

    Abordar estos comportamientos requiere tiempo y esfuerzo, pero es posible desarrollar una relación más saludable con uno mismo y con los demás a través de la autoaceptación y la práctica de estrategias de manejo emocional efectivas.

     

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    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

     

     

  • Cómo saber si estás en una relación de dependencia emocional

    Cómo saber si estás en una relación de dependencia emocional

    Las relaciones interpersonales son una parte fundamental de nuestras vidas. Sin embargo, a veces, estas relaciones pueden convertirse en un terreno complicado, especialmente cuando se vuelven dependientes emocionalmente. 

    La dependencia emocional es un estado en el que una persona se siente incapaz de vivir sin el otro, buscando constantemente su aprobación y afecto para sentirse bien consigo misma. Este tipo de relación puede ser dañina y limitar el crecimiento personal y la autonomía. Aquí te presentamos algunas señales clave para identificar si estás en una relación de dependencia emocional.

    1. Necesidad constante de aprobación

    Una de las señales más evidentes de dependencia emocional es la necesidad constante de aprobación y validación de tu pareja. Si sientes que no puedes tomar decisiones importantes sin el visto bueno de tu pareja o si constantemente buscas su aprobación para sentirte bien contigo mismo/a, es una señal de alerta.

    2. Miedo a la soledad

    El miedo a la soledad es otra señal de dependencia emocional. Si la idea de estar sin tu pareja te causa ansiedad o terror, es posible que estés demasiado dependiente emocionalmente. Este miedo puede llevarte a tolerar comportamientos inaceptables o a quedarte en una relación que no te hace feliz.

    3. Sacrificio de tu identidad

    En una relación de dependencia emocional, es común que una persona sacrifique su identidad, intereses y amistades para satisfacer a su pareja. Si has notado que has dejado de lado tus pasatiempos, actividades, familia, amigos o incluso tus valores para evitar conflictos o para mantener la relación, esto puede ser un signo claro de dependencia emocional.

    4. Baja autoestima

    Las personas con dependencia emocional a menudo tienen baja autoestima. Su sentido de valía está intrínsecamente ligado a su pareja y a la relación. Si sientes que no eres suficiente o que no puedes ser feliz sin tu pareja, es probable que estés en una relación de dependencia emocional.

    5. Control y manipulación

    La dependencia emocional a menudo va de la mano con dinámicas de control y manipulación. Si tu pareja controla tus decisiones, amistades, actividades o si te sientes constantemente manipulado/a para actuar de cierta manera, es una señal de una relación poco saludable.

    6. Dificultad para poner límites

    Las personas con dependencia emocional tienen dificultades para establecer y mantener límites saludables en sus relaciones. Pueden sentirse culpables al decir “no” o al expresar sus necesidades y deseos. Si te resulta difícil establecer límites claros y respetarlos, puede ser una señal de dependencia emocional.

    7. Relaciones desequilibradas

    En una relación de dependencia emocional, a menudo hay un desequilibrio de poder. Una persona puede asumir un rol dominante, mientras que la otra se vuelve más sumisa y complaciente. Este desequilibrio puede llevar a una dinámica insana y disfuncional en la relación.

    8. Sensación de vacío sin la pareja

    Sentir un vacío emocional cuando tu pareja no está presente es otra señal de dependencia emocional. Si necesitas constantemente la presencia de tu pareja para sentirte completo/a o feliz, es importante reflexionar sobre la salud de tu relación.

    Cómo romper el ciclo de la dependencia emocional

    Reconocer que estás en una relación de dependencia emocional es el primer paso para romper el ciclo. Aquí tienes algunas estrategias para empezar a trabajar en tu independencia emocional:

    • Autoestima: trabaja en fortalecer tu autoestima y en encontrar valor en ti mismo/a, independientemente de tu pareja.
    • Intereses propios: recupera tus intereses y hobbies. Dedica tiempo a actividades que disfrutes y que te hagan sentir bien.
    • Red de apoyo: fortalece tus relaciones con amigos y familiares. Tener una red de apoyo fuera de tu relación es crucial para tu bienestar emocional.
    • Límites: aprende a establecer y mantener límites saludables. No tengas miedo de decir “no” y de expresar tus necesidades.
    • Ayuda profesional: considera buscar la ayuda de un/a psicólogo/a especializado/a. La terapia psicológica puede proporcionarte herramientas y estrategias para superar la dependencia emocional y construir relaciones más saludables.

    Identificar y superar la dependencia emocional puede ser un proceso desafiante, pero es esencial para tu bienestar emocional y para tener relaciones interpersonales saludables y equilibradas. La independencia emocional te permitirá vivir de manera más auténtica y plena, tanto dentro como fuera de una relación.

    Si crees que necesitas ayuda profesional, te podemos ayudar. En nuestro centro de psicología, contamos con psicólogas especializadas en relaciones interpersonales, dependencia emocional, estrategias para desarrollar relaciones sanas, entre otros.

     

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    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

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  • Madres narcisistas

    Madres narcisistas

    Madres narcisistas y su impacto en las relaciones familiares

    En el complejo tejido de las relaciones familiares, el rol materno desempeña una función de vital importancia. Sin embargo, cuando una madre enfrenta el desafío de un trastorno narcisista, esta dinámica puede ejercer un impacto profundo sobre sus hijos y las conexiones cercanas. En este artículo, adentraremos en el tema de las madres narcisistas, explorando cómo sus comportamientos pueden generar resonancias emocionales en sus hijos e influir en el entorno familiar en general. Investigaremos las características del narcisismo materno patológico, analizaremos cómo esta faceta se manifiesta en las interacciones cotidianas y proporcionaremos herramientas para identificar sus efectos en las relaciones cercanas. Además, ofreceremos estrategias concretas para abordar esta dinámica disfuncional, construyendo vínculos más saludables y significativos para todas las partes involucradas.

    Origen del término “narcisismo”

    Antes de adentrarnos en el mundo de las madres narcisistas, es valioso comprender el origen del término ‘narcisismo’. Su origen está en el mito de Narciso, un personaje de la mitología griega, que aparece en las historias transmitidas por Ovidio en su obra “Las Metamorfosis”. En esta historia, Narciso era un joven extremadamente guapo y atractivo, y como resultado, desarrolló una vanidad desmesurada, despreciando a todos aquellos que se enamoraban de él. Un día, mientras se encontraba junto a un río, quedó hipnotizado por su propio reflejo en las aguas y se enamoró perdidamente de su propia imagen. Incapaz de alejarse de su propio reflejo, finalmente terminó ahogándose.

    Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, popularizó el término al utilizarlo para describir un tipo de personalidad que se centra en el ego y la satisfacción de sus propias necesidades y deseos, en detrimento de las relaciones con los demás. Desde entonces, el término “narcisismo” se ha utilizado para describir una variedad de comportamientos y actitudes relacionadas con un exceso de autoenfoque y autoadmiración.

    Según el profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Harvard, Andrew P. Morrison, un nivel razonable de narcisismo en adultos es saludable, ya que equilibra las necesidades individuales con las necesidades de los demás. Sin embargo, el narcisismo puede manifestarse también de manera patológica, asociado a trastornos como el Trastorno de la Personalidad Narcisista, que puede afectar a diversos tipos de relaciones. En el contexto familiar, tanto padres como madres, así como hijos e hijas, pueden exhibir rasgos narcisistas.

     El perfil de la madre narcisista

    El término ‘madre narcisista’ señala a aquella figura materna que padece un narcisismo patológico. Este perfil se distingue por una arrogancia innata y una autoimagen excesivamente elevada, demandando admiración incesante y sosteniendo la creencia en su superioridad sobre los demás. Arrastrando una autoestima frágil que anhela validación externa, constantemente busca reafirmarse a sí misma mediante presunciones de sus propios méritos. Como resultado de estas características, las madres narcisistas engendran pautas de comportamiento abusivas que arrojan una sombra negativa sobre la salud mental de aquellos que comparten su entorno.”

    Madres narcisistas: su impacto en las personas y relaciones cercanas

    El tema de las madres narcisistas permanece en gran medida en la sombra de la sociedad, de tal forma que la disponibilidad de material al respecto es escasa.

    Frecuentemente, se mitifica a las madres como seres venerados e inigualables, pero esta perspectiva puede velar una realidad mucho más intrincada. La imagen de la madre elevada a la categoría de figura divina, respaldada por un amor incondicional, puede encubrir el narcisismo materno que, en su forma más potente, puede adoptar manifestaciones agresivas, manipuladoras e incluso destructivas para aquellos que comparten su espacio con la madre narcisista.

    El narcisismo materno, cuando alcanza niveles patológicos, constituye una problemática seria que no debería ser marginada, trivializada o idealizada. Aunque el narcisismo representa un componente natural en el desarrollo humano, puede convertirse en una fuerza altamente perjudicial para el individuo y sembrar discordia en las relaciones cercanas si no se aborda de manera adecuada.

    Madre narcisista: Características

    1. Conducta Abusiva: Impulsada por la creencia de que su título de ‘Madre’ le confiere inmunidad y prerrogativas especiales, la madre narcisista ejerce un abuso psicológico, verbal y emocional (e incluso, en ocasiones, físico) sobre su hijo/a, con el fin de reafirmar su superioridad. Este comportamiento se origina en su incapacidad para cultivar amor y aceptación hacia sí misma.
    2. Rigidez Inflexible: Aunque pueda expresar ideas infantiles o incoherentes, la madre narcisista muestra una inflexibilidad absoluta en su interpretación de los mensajes que emite. No tolera que sus opiniones sean cuestionadas ni refutadas.
    3. Desafíos Identitarios: La personalidad narcisista, al carecer de una base sólida, presenta una autenticidad fragmentada en todos los aspectos de su vida. Esta carencia de una identidad definida la conduce a una constante búsqueda de orientación y dirección personal.
    4. Autoestima Frágil: No existe tarea más sencilla que herir los sentimientos de una madre narcisista. Su concepción distorsionada de la autovaloración y el amor propio la convierten en una presa fácil. Esta persona se visualiza solo a través de los ojos de los demás, encontrando valor en el reconocimiento ajeno. Su percepción de autovalía depende exclusivamente de logros, apariencia física, habilidades excepcionales, popularidad, admiración, elogios y posición económica o social. Al depender completamente de la validación externa, solo se acepta a sí misma cuando es validada por otros o cuando alcanza éxito absoluto en todas sus empresas, destacándose de alguna forma.
    5. Egocentrismo Desmedido: La madre narcisista se niega rotundamente a reconocer cuando alguien necesita ayuda o apoyo emocional. Invariablemente, subestima e ignora conscientemente el dolor de su hijo/a, mientras insiste en que su hijo/a se dedique incondicionalmente a satisfacer sus propias necesidades. Este enfoque egocéntrico impide que la madre narcisista forje vínculos afectivos auténticos con cualquier persona, incluso con su propio/a hijo/a. Su comportamiento es frío, seco y distante cuando el foco no recae en su propio estado emocional o necesidades.
    6. Búsqueda Obsesiva de la Perfección: Todo lo que emprende la madre narcisista debe cumplir los estándares más elevados de excelencia. Sin embargo, esta actitud perfeccionista no surge de la confianza en sí misma, sino de una profunda inseguridad. Cuando no logra mantener sus reglas y expectativas, o cuando no es objeto de alabanza, experimenta una autocrítica negativa y autoanuladora. El perfeccionismo de la madre narcisista resulta agotador, haciéndose sentir insignificantes y menospreciados a quienes la rodean.
    7. Ciclo de Disfunción Familiar: Las personalidades narcisistas a menudo provienen de entornos familiares disfuncionales y, asimismo, las familias conformadas por una madre narcisista tienden a serlo. Bajo la influencia directa de una madre narcisista, es casi imposible mantener una dinámica familiar armoniosa y funcional. Ella manipula a quienes la rodean para satisfacer sus propios intereses. Utiliza su estatus de madre para favorecer a un hijo en particular, el “niño dorado”. Este/a hijo/a es el que muestra mayor disposición a acatar sus demandas sin protestar, sembrando sutiles manipulaciones que generan conflictos entre hermanos/as, especialmente hacia el/la hijo/a “oveja negra”.
    8. Sometimiento: Relacionarse con un narcisista, ya sea una madre, padre, “amigo/a”, colega o pareja, implica someterse a la tiranía de su ego insaciable y despiadado. Este tipo de relación conlleva una vida caracterizada por la autoanulación, el sometimiento, el chantaje emocional, la codependencia, las mentiras, el maltrato emocional y, en ocasiones, físico.
    9. Siembra de Discordia: La madre narcisista, al estar perpetuamente insatisfecha consigo misma, provoca conflictos innecesarios para aliviar su propia confusión emocional interna. Raramente opta por el diálogo y la comprensión, en lugar de ello, sostiene una actitud intransigente y obstinada que propicia la perpetuación de desacuerdos y discordias en lugar de fomentar la armonía.
    10. Comportamiento inmaduro:Los narcisistas, con el tiempo, no experimentan una evolución significativa, lo que conlleva a que manifiesten conductas propias de niños obstinados o adolescentes inseguros. En lugar de abogar por sus puntos de vista de manera racional, madura y centrada, recurren a tácticas de intimidación, discusiones, conflictos y manipulación emocional para persuadir a los demás a servir a sus intereses, deseos y caprichos.
    11. Carencia de Responsabilidad: Para la madre narcisista, cualquier acontecimiento adverso es completamente ajeno a su influencia. Su intolerancia hacia la admisión de errores o equivocaciones es patente. Por lo tanto, constantemente busca agravios ajenos para cargar con las consecuencias de sus propias derrotas. Incluso cuando es consciente de su comportamiento abusivo y causa daño, raramente ofrece disculpas. Su constante búsqueda por corresponder a expectativas perfeccionistas, idealistas e irrealistas a menudo desemboca en la necesidad de encontrar un culpable exterior por sus fracasos.
    12. Necesidad de ser el centro de atención: En cualquier contexto o evento, la madre narcisista no puede evitar exhibir una necesidad de ser el centro de atención. Su sensación de superioridad se manifiesta de manera exagerada, lo que la lleva a exigir un trato preferencial. Este rasgo se evidencia también en su estilo de comunicación y sus acciones, denotando un tono de arrogancia en todas sus facetas.

    Madres narcisistas y depresión

    Es relevante subrayar que el perfil de una madre narcisista conlleva una inclinación hacia la depresión. Esta dimensión puede parecer paradójica, ya que la madre narcisista exhibe una fachada de superioridad y control en público. Sin embargo, en su interior, lleva una herida abierta en su autoestima. La realidad que atañe a la auténtica faceta de su personalidad la convierte en una candidata propensa a la depresión. Es común observar una inclinación marcada hacia la autocrítica y el menosprecio de sí misma, acompañados por una persistente aversión hacia su propio ser. Además, su incapacidad para cultivar amor propio y autocompasión perpetúa los sentimientos de autorrechazo.

    Una de las principales problemáticas de las personalidades narcisistas, como por ejemplo las madres narcisistas, radica en que rara vez buscan ayuda terapéutica. Al negar sus propias vulnerabilidades o la existencia de problemas psicológicos y emocionales, transcurren sus vidas envueltas en la insatisfacción, achacando siempre la culpa a los demás. A medida que su descontento se extiende y afecta sus relaciones, en ocasiones de manera irreparable, suelen quedar atrapadas en episodios depresivos.

    Ser hijo/a de una madre narcisista constituye uno de los desafíos más complejos y dolorosos que una persona puede afrontar. Esto se debe a que la madre narcisista se resiste tenazmente a reconocer y respetar la individualidad, autonomía, preferencias y necesidades de sus hijos/as. La dinámica de esta relación solo parece “funcionar” cuando el/la hijo/a se somete completamente a su control y a la manipulación psicológica que ejerce sobre él.

    Soy hijo/a de una madre narcisista. ¿Qué debo saber?

    1. El Cambio es un Desafío: Es crucial comprender que el cambio en tu madre es improbable. Las personas solo cambian cuando reconocen esa necesidad. La madre narcisista, en cambio, sostiene una certeza firme en su propia perspectiva, donde cualquier desacuerdo, cualquier punto de vista que esté alejado de “su verdad”, se convierte en una batalla. Las personalidades narcisistas tienden a ver las situaciones en blanco y negro, sin matices, “o estás conmigo o estás contra mí”. En este contexto, tu capacidad para tomar decisiones como un adulto independiente cobra vital importancia. Aunque puede brindarte consejos y compartir su punto de vista, es fundamental que te defiendas de imposiciones y respetes tus elecciones.
    2. Evolución Negativa: A menudo se escucha que el tiempo todo lo cura. Sin embargo, en este caso, esa idea no se aplica. Con el paso del tiempo, estas relaciones abusivas no mejoran, sino que tienden a empeorar. Las madres narcisistas y los narcisistas en general perfeccionan su habilidad de manipulación con la edad, sintiéndose menos obligados a disimular su comportamiento.
    3. La Carencia de Amor: Un conocimiento doloroso pero esencial es que las madres narcisistas carecen de la capacidad de amar. Su incapacidad de amarse a sí mismas refleja en su inhabilidad para amar a los demás. Como suele decirse, uno solo puede dar lo que posee. Si su interior alberga rabia, amargura y resentimiento, solo podrá entregar eso. En otras palabras, no puedes extraer jugo de uva de una naranja, no importa cuánto lo intentes.
    4. La Idea de “Salvar”: Existe la idea errónea de que brindar amor y cuidado constante a una madre narcisista puede “salvarla”. Lamentablemente, esta perspectiva no aplica con esta clase de personalidad, ya que las madres narcisistas raramente están dispuestas a cambiar.
    5. Nutrición del Dolor: Las madres narcisistas, así como las personalidades narcisistas en general, encuentran satisfacción en el dolor de sus víctimas. Este comportamiento retorcido se traduce en hacer que te sientas inferior para elevar su propia superioridad, desestabilizarte para sentirse en equilibrio, y tomar el control al provocar tu enfado y pérdida de compostura. Es una dinámica realmente perversa.

    Los niños/as, naturalmente en búsqueda de la aprobación materna, anhelan ser vistos, aprobados, aceptados y amados. Sin embargo, los hijos/as de madres narcisistas pasan sus vidas tratando de cumplir con los altos estándares exigidos por ellas para obtener aprobación y una forma retorcida de “amor”.

    Si crees que tu madre es narcisista y quieres curar las heridas de esta relación disfuncional, además de implementar cambios positivos y adquirir herramientas para lidiar con la situación,

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    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora Asociada del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

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    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

     

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  • Rompiendo el ciclo: cómo los patrones de aprendizaje disfuncionales de la infancia impactan en nuestras vidas adultas

    Rompiendo el ciclo: cómo los patrones de aprendizaje disfuncionales de la infancia impactan en nuestras vidas adultas

     Desde el momento en que nacemos, estamos inmersos en un mundo lleno de influencias: familiares, culturales, sociales y emocionales. Muchas de estas influencias se arraigan profundamente en nuestras mentes durante la infancia, moldeando la forma en que vemos el mundo y cómo nos relacionamos con él. Estas primeras experiencias, especialmente las dinámicas familiares, pueden dejar una marca duradera en nuestra psique, afectando nuestras decisiones, relaciones y bienestar emocional en la vida adulta.

    A menudo, sin ser conscientes de ello, recreamos las mismas dinámicas familiares que experimentamos en nuestra infancia en nuestras relaciones adultas. Los patrones de comportamiento que aprendimos de niños pueden influir sutilmente en nuestras decisiones y acciones, incluso décadas después. Nos encontramos repitiendo lo que no hemos resuelto: los conflictos no abordados en la infancia pueden resurgir en nuestras vidas adultas de maneras sorprendentes, manifestándose en relaciones personales, profesionales e incluso en nuestra relación con nosotros mismos.

    Cuando lo malo conocido es más cómodo que hacer cambios

    Lo irónico es que la familiaridad de estos patrones disfuncionales puede hacernos sentir cómodos, incluso cuando nos hacen daño. Nos aferramos a lo conocido, incluso si eso significa perpetuar ciclos de dolor y sufrimiento. Sin embargo, romper con estos patrones de aprendizaje disfuncionales requiere valentía y autoconciencia.

    Reconocer nuestros patrones repetitivos es el primer paso hacia la liberación de su influencia sobre nuestras vidas adultas. Requiere una mirada honesta hacia nuestro pasado, confrontando las experiencias que nos han definido y las creencias arraigadas que hemos internalizado.

    Rompiendo el ciclo

    No estamos condenados a repetir el pasado. Podemos aprender nuevas formas de relacionarnos y responder a los desafíos de la vida. La sanación comienza cuando nos atrevemos a desafiar los patrones familiares y a escribir nuestro propio guion de vida. Requiere un esfuerzo consciente para desaprender viejos hábitos y adoptar nuevas formas de ser y relacionarnos con el mundo que nos rodea.

    Romper el ciclo de los patrones de aprendizaje disfuncionales no es fácil. Requiere coraje, paciencia y apoyo. Pero el resultado final vale la pena: una vida más auténtica, más libre y más plena. Es hora de tomar las riendas de nuestro destino y escribir nuestra propia historia, una que refleje quiénes somos realmente y quiénes queremos ser. Es hora de dejar atrás el pasado y abrazar el futuro con valentía y esperanza.

    Ejemplos de Patrones de Aprendizaje Disfuncionales y su Impacto en la Vida Adulta

                –El patrón de evitación del conflicto: María creció en un hogar donde cualquier forma de confrontación era vista como algo negativo. Sus padres siempre evitaban discutir problemas familiares abiertamente, prefiriendo ignorarlos o evitarlos por completo. Como adulta, María encuentra difícil manejar situaciones conflictivas en su trabajo. Evita confrontaciones a toda costa, lo que a menudo resulta en problemas no resueltos y tensiones crecientes en el entorno laboral.

                 –La búsqueda constante de aprobación: Carlos fue criado por padres exigentes que siempre condicionaban su amor y aceptación a su desempeño académico y logros deportivos. Como resultado, Carlos creció buscando constantemente la aprobación de los demás. En su vida adulta, sigue buscando la validación externa en todas sus relaciones, sacrificando su propia felicidad y bienestar en el proceso.

                 –El patrón de autosacrificio: Laura creció en un hogar donde su madre siempre ponía las necesidades de los demás antes que las suyas. Siempre estaba disponible para ayudar a los demás, incluso si eso significaba descuidar su propia salud y bienestar. Como adulta, Laura sigue sacrificándose por los demás, sintiéndose incapaz de establecer límites saludables en sus relaciones personales y profesionales.

                 –El miedo al abandono: Roberto experimentó la pérdida de un padre a una edad temprana y creció sintiéndose inseguro y temeroso de ser abandonado por aquellos a quienes amaba. Como adulto, lucha constantemente con la ansiedad y la necesidad de seguridad en sus relaciones románticas, temiendo que cualquier señal de distancia sea el preludio del abandono.

                 –La tendencia a repetir relaciones tóxicas: Ana creció en un hogar donde presenció constantes conflictos y relaciones disfuncionales entre sus padres. Como adulta, encuentra que se siente atraída por personas que replican esos mismos patrones de comportamiento. Aunque consciente del daño que estas relaciones pueden causar, Ana lucha por romper con este ciclo y encontrar relaciones más saludables.

     

    Estos ejemplos ilustran cómo los patrones de aprendizaje disfuncionales de la infancia pueden influir en nuestras vidas adultas de formas complejas y a menudo perjudiciales. Sin embargo, también nos recuerdan que es posible romper con estos patrones y escribir nuestro propio guion de vida, uno que refleje nuestros valores, deseos y aspiraciones más profundos.

    La Variabilidad en la Respuesta a las Experiencias de la Infancia

    Es importante tener en cuenta que no todas las personas que experimentan situaciones similares a las descritas en los ejemplos desarrollarán patrones de aprendizaje disfuncionales en la vida adulta. La forma en que internalizamos y respondemos a nuestras experiencias de la infancia puede variar significativamente de una persona a otra. Factores como el temperamento individual, el apoyo social, las experiencias adicionales fuera del hogar familiar y la capacidad de procesar y aprender de las experiencias pasadas pueden influir en cómo nos desarrollamos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea.

    El uso de la terapia para cambiar los patrones de aprendizaje disfuncionales

    La terapia ofrece un espacio seguro y de apoyo donde podrás explorar y comprender mejor los patrones de aprendizaje disfuncionales arraigados en tu infancia. Técnicas terapéuticas como el Análisis Transaccional, pueden ayudarte a identificar y desafiar creencias limitantes, procesar emociones pasadas y aprender nuevas habilidades para relacionarte contigo mismo/a y con los demás. Con la orientación de un/a psicólogo/a especializado/a, puedes llegar a transformar tu vida, rompiendo con los viejos patrones y escribiendo tu propio guion de vida.

     

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  • Descubriendo la Dependencia Emocional: La Historia de Juan y su Viaje hacia Relaciones más Saludables

    Descubriendo la Dependencia Emocional: La Historia de Juan y su Viaje hacia Relaciones más Saludables

    En un mundo donde la salud mental es crucial, exploramos historias que ilustran la complejidad de los trastornos psicológicos, por ejemplo la dependencia emocional.

    Hoy, compartimos la historia de Juan, un hombre de 45 años que busca ayuda terapéutica debido a una serie de dificultades emocionales y relacionales que ha experimentado a lo largo de su vida.

    Juan no es una paciente real, pero su historia refleja los desafíos comunes que enfrentan muchos/as pacientes que buscan ayuda en nuestro centro. A través del caso ilustrativo de Juan, buscamos abordar las dificultades de personas que, sin saber el porqué, se relacionan desde un modelo disfuncional, entrando en relaciones tóxicas.

    Juan llega al centro tras el ultimátum de su pareja. Informa haber tenido una fuerte discusión en la que hubo gritos e insultos.

    Juan relata sentir una constante sensación de insuficiencia y falta de valía, lo que ha resultado en una dependencia emocional significativa en sus relaciones de pareja. Ha estado involucrado en varias relaciones tóxicas en el pasado, caracterizadas por el control excesivo, la manipulación y la falta de respeto mutuo. Además, Juan admite tener dificultades para controlar su ira, a menudo experimentando estallidos emocionales intensos en respuesta a situaciones estresantes o conflictivas. Juan también revela un patrón de apego ansioso ambivalente en sus relaciones, sintiendo una necesidad intensa de intimidad y cercanía, pero al mismo tiempo experimentando miedo al abandono y la reactividad emocional.

    Evaluación y Diagnóstico

    La evaluación inicial revela una historia clínica compleja, incluyendo antecedentes familiares de relaciones disfuncionales y eventos traumáticos pasados como haber sido criado en un hogar donde predominaba la crítica y la falta de afecto, así como la separación de sus padres durante la infancia. Juan ha luchado toda su vida por sentirse aceptado y amado, encontrándose a lo largo de su vida con experiencias de abuso emocional en sus relaciones de pareja.

    Después de una serie de relaciones tóxicas y dolorosas, y el ultimátum de su actual pareja, Juan se encuentra en un punto de quiebre, buscando desesperadamente un cambio en su vida emocional y relacional.

    La evaluación nos indica que Juan presenta una baja autoestima, dependencia emocional, trastorno de control de impulsos y apego ansioso ambivalente.

    Cómo afecta la dependencia emocional

    La dependencia emocional y los problemas relacionales pueden tener un impacto devastador en la vida de los individuos, afectando su bienestar emocional, su salud mental y su calidad de vida en general. En el caso de Juan, la dependencia emocional está afectando las siguientes áreas:

    1. Relaciones tóxicas: la dependencia emocional puede estar llevando a Juan a involucrarse en relaciones tóxicas y disfuncionales. Su constante necesidad de ser amado y validado puede hacer que se quede en relaciones que son perjudiciales para él, incluso una vez que reconozca que no son saludables.
    2. Baja autoestima: la dependencia emocional suele estar asociada con una baja autoestima y una sensación de falta de valía. Juan puede buscar constantemente la aprobación de los demás para sentirse bien consigo mismo, lo que puede perpetuar sus sentimientos de inadecuación.
    3. Miedo al abandono: la dependencia emocional también puede manifestarse en un miedo intenso al abandono. Juan puede sentir una necesidad abrumadora de mantener cerca a sus parejas, temiendo que, si se alejan, él será incapaz de manejarlo emocionalmente.
    4. Dificultad para establecer límites: la dependencia emocional puede hacer que a Juan le resulte difícil establecer límites saludables en sus relaciones. Puede estar dispuesto a sacrificar sus propias necesidades y deseos para mantener la conexión con sus parejas, incluso a expensas de su bienestar emocional.
    5. Ansiedad y estrés: la dependencia emocional puede estar acompañada de altos niveles de ansiedad y estrés. Juan puede experimentar ansiedad constante sobre el estado de sus relaciones y temor a perder el amor y la aceptación de sus parejas.

     Cómo es la intervención terapéutica de la dependencia emocional en el caso de Juan

    Toda la intervención es diseñada en colaboración con Juan para establecer metas realistas y alcanzables.

    • Evaluación exhaustiva: comenzamos con una evaluación detallada de la historia clínica, incluyendo antecedentes familiares, eventos traumáticos pasados, y patrones de relación significativos. Esto puede ayudar a comprender mejor las causas subyacentes de sus problemas de autoestima, dependencia emocional y control de la ira.
    • Terapia individual: la terapia individual nos ayudará para abordar la baja autoestima y la dependencia emocional. Esto implica identificar y desafiar pensamientos negativos y distorsionados, desarrollar habilidades para manejar las emociones y promover una autoimagen más positiva y realista.
    • Terapia de apego: dado el apego ansioso ambivalente que presenta Juan, una terapia centrada en el apego puede ser crucial en su proceso terapéutico. Esto implica explorar y abordar los patrones de relación disfuncionales que ha internalizado desde la infancia y que pueden estar influyendo en las relaciones adultas, y trabajar para establecer relaciones más seguras y satisfactorias basadas en la confianza, la comunicación abierta y la reciprocidad emocional.
    • Manejo de la ira: la terapia de control de la ira puede ser útil para ayudar a Juan a desarrollar estrategias efectivas para manejar la ira y regular las emociones de manera saludable. Esto puede incluir técnicas de relajación, habilidades de comunicación asertiva y resolución de conflictos.
    • Psicoeducación sobre relaciones saludables: proporcionar educación sobre los componentes de las relaciones saludables, incluyendo límites personales, comunicación abierta y respeto mutuo, ayudará a Juan a relacionarse de manera más sana en el futuro.
    • Apoyo social: fomentar la participación de Juan en actividades sociales y el establecimiento de redes de apoyo puede ser fundamental para mejorar el bienestar emocional de Juan y reducir la dependencia emocional en una sola relación.

    El abordaje clínico de la dependencia emocional y los problemas relacionales en adultos requiere una intervención integral que aborde tanto los aspectos emocionales como los relacionales. A través de una combinación de terapia individual, terapia de apego, manejo de la ira y psicoeducación sobre relaciones saludables, las personas como Juan pueden aprender a desarrollar una autoestima saludable, establecer relaciones más satisfactorias y mejorar su bienestar emocional en general.

    Este artículo proporciona un análisis detallado del caso de Juan, así como una visión general de las estrategias terapéuticas utilizadas para abordar sus problemas emocionales y relacionales, con la esperanza de que los lectores puedan identificarse y encontrar inspiración en su historia de superación. Es importante abordar estas preocupaciones con una intervención terapéutica adecuada para ayudar al paciente a desarrollar una mayor independencia emocional y relaciones más saludables. 

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    Sandra Ribeiro

    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

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  • Guía para Padres y Madres: cómo apoyar a tu hijo/a cuando expresa pensamientos de suicidio

    Guía para Padres y Madres: cómo apoyar a tu hijo/a cuando expresa pensamientos de suicidio

    Cuando un hijo o hija expresa pensamientos de suicidio, es una situación alarmante y estresante para los padres y madres. Aquí hay algunas formas en las que los padres y madres pueden ayudar a su hijo/a en esta difícil situación:

    1. Escuchar con empatía: es fundamental que los padres/madres escuchen a su hijo/a de manera compasiva y sin juzgar. Esto puede ayudar al adolescente a sentirse comprendido y apoyado, lo que a su vez puede facilitar la comunicación abierta sobre sus sentimientos y pensamientos.
    2. Tomar en serio las preocupaciones del adolescente: los padres/madres deben tomar en serio cualquier indicio de pensamientos suicidas por parte de su hijo/a, incluso si no están seguros de la gravedad de la situación. Es importante no minimizar ni ignorar estos sentimientos, sino abordarlos de manera proactiva y compasiva.
    3. Buscar ayuda profesional: dada esta situación, es necesario buscar ayuda profesional para el/la adolescente. Esto puede incluir la consulta con un psicólogo/a y/o psiquiatra capacitado/a en la evaluación y tratamiento de problemas relacionados con la salud mental y el suicidio en adolescentes.
    4. Desarrollar un plan de seguridad: el/la psicólogo/a pueden ayudar a desarrollar un plan de seguridad que incluya estrategias específicas para manejar crisis y contactos de emergencia para proporcionar un sentido de control y seguridad tanto para el adolescente como para sus padres.
    5. Promover la comunicación abierta y el apoyo familiar: fomentar la comunicación abierta y el apoyo familiar puede ayudar a fortalecer la relación entre padres/madres e hijos/as y proporcionar un sistema de apoyo sólido para el adolescente durante momentos difíciles.
    6. Educar sobre el suicidio y la salud mental: proporcionar información precisa y comprensible sobre el suicidio y la salud mental puede ayudar a los padres y madres a comprender mejor los desafíos que enfrenta su hijo/a y cómo pueden apoyarlo/a de manera efectiva.
    7. Cuidado personal de los padres: es crucial que los padres y madres de adolescentes con problemas de salud mental ejerzan el cuidado de su propia salud mental y busquen apoyo cuando sea necesario. Los padres y madres pueden experimentar una amplia gama de emociones en respuesta a la situación de su hijo/a, y es importante que también cuiden de sí mismos mientras brindan apoyo a su hijo/a o no tendrán fuerza para afrontar esta situación tan compleja.
    8. Buscar recursos de apoyo: los/as psicólogos/as pueden ayudar a los padres y madres a desarrollar estrategias y recursos para ayudar a su hijo/a. Estas estrategias y recursos pueden proporcionar un espacio seguro para que los padres y madres hablen de sus experiencias, obtengan apoyo para lidiar con la situación de su hijo/a y aprendan herramientas de afrontamiento efectivas, así como reciban orientación, recursos y apoyo emocional para garantizar la seguridad y el bienestar del adolescente.

    Trabajar en la prevención del suicidio en adolescentes desde la terapia es un desafío crucial, pero significativo. Aquí hay algunas estrategias que los/as psicólogos/as solemos emplear:

    1. Evaluación de riesgos: es fundamental evaluar el riesgo de suicidio en cada adolescente que llega a terapia. Esto implica explorar sus pensamientos, sentimientos y comportamientos relacionados con el suicidio de manera cuidadosa y compasiva.
    2. Creación de un ambiente seguro: es importante que los adolescentes se sientan seguros y comprendidos durante las sesiones de terapia. Esto implica establecer una relación terapéutica sólida basada en la confianza y la empatía.
    3. Exploración de factores de riesgo y protectores: identificar los factores de riesgo que puedan aumentar la vulnerabilidad de un adolescente al suicidio, así como los factores protectores que puedan mitigar ese riesgo, es esencial para desarrollar un plan de intervención efectivo.
    4. Desarrollo de habilidades de afrontamiento: enseñar a los adolescentes estrategias saludables de afrontamiento para manejar el estrés, la ansiedad y otros desafíos emocionales puede ayudar a reducir su riesgo de suicidio. Esto puede incluir técnicas de relajación, resolución de problemas y habilidades de comunicación efectiva.
    5. Fomento del apoyo social: ayudar a los adolescentes a construir y fortalecer sus redes de apoyo social puede ser fundamental en la prevención del suicidio. Esto puede incluir trabajar en habilidades sociales, mejorar las relaciones familiares y fomentar la conexión con amigos y otros recursos de apoyo.
    6. Educación sobre la salud mental y el suicidio: proporcionar información precisa y comprensible sobre la salud mental y el suicidio puede ayudar a reducir el estigma asociado con estos temas y promover la búsqueda de ayuda cuando sea necesario.
    7. Desarrollo de un plan de seguridad: trabajar con el adolescente y su familia para desarrollar un plan de seguridad que incluya estrategias específicas para manejar crisis y contactos de emergencia puede ser crucial en situaciones de alto riesgo.
    8. Colaboración con otros profesionales: trabajar en colaboración con otros profesionales de la salud mental como, por ejemplo, psiquiatras, puede proporcionar un enfoque integral y coordinado para la prevención del suicidio en adolescentes.
    9. Monitoreo continuo y seguimiento: es importante monitorear de cerca el progreso del adolescente a lo largo del tratamiento y estar atento a cualquier señal de deterioro en su estado emocional. El seguimiento después de la finalización del tratamiento también es importante para mantener los resultados positivos a largo plazo.
    10. Promoción del autocuidado: finalmente, ayudar a los adolescentes a desarrollar hábitos de autocuidado saludables, como dormir lo suficiente, hacer ejercicio regularmente, trabajar su autoconcepto y su autoestima, y practicar la autocompasión, puede ser fundamental en la prevención del suicidio.

    Trabajar en la prevención del suicidio en adolescentes desde la terapia implica un enfoque multifacético que aborda tanto los aspectos clínicos como contextuales de su vida. Es crucial proporcionar un entorno de apoyo, desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas y promover la conexión con recursos de apoyo adecuados.

    En el Centro de Psicología Sandra Ribeiro contamos con psicólogas especializadas en terapia con adolescentes. Si tu hijo/a ha expresado algún pensamiento suicida o está pasando por cualquier otro problema de salud mental, no esperes más, busca ayuda lo antes posible. Una intervención temprana puede hacer mucha diferencia en la vida de tu hijo/a.

    Si necesitas ayuda o su hijo/a para superar este momento tan difícil, estamos aquí para ayudarte.

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    Psicóloga General Sanitaria (M-34885)

    Profesora del Dpto. de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la UNED

    Profesora del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Villanueva

    Responsable de formación y supervisora de casos clínicos en el Servicio de Psicología Aplicada (SPA) de la UNED

     

     

     

  • El dolor del silencio: la decisión de contar o no la infidelidad a mi pareja

    El dolor del silencio: la decisión de contar o no la infidelidad a mi pareja

    A menudo se habla del dolor y el sufrimiento experimentado por la persona que ha sido engañada, pero es igualmente importante reconocer y abordar el dolor y el conflicto interno que puede experimentar la persona que ha sido infiel y que está arrepentida. Muchas veces, el sufrimiento de la persona infiel puede pasar desapercibido o no ser tan discutido. Algunas de las razones que esto puede ocurrir son las siguientes:

    1. Estigma y vergüenza: existe un estigma social asociado con la infidelidad, lo que puede hacer que las personas que han sido infieles se sientan avergonzadas de su comportamiento. Esta vergüenza puede dificultar que busquen apoyo o hablen abiertamente sobre su dolor.
    2. Culpabilidad y autoevaluación: después de cometer una infidelidad, muchas personas experimentan una intensa sensación de culpa y remordimiento. Pueden cuestionar su propia moralidad, valores y autoestima, lo que contribuye a su sufrimiento interno.
    3. Miedo a ser juzgado: la persona que ha sido infiel puede temer ser juzgada o rechazada por su familia, amigos o comunidad si revelan su infidelidad. Esto puede llevarlos a mantener en secreto lo ocurrido y su sufrimiento, y evitar buscar ayuda o apoyo.
    4. Responsabilidad por el dolor de la pareja: la persona infiel puede sentirse responsable del dolor y la angustia que han causado o pueden causar a su pareja. Este sentimiento de responsabilidad puede intensificar su propio sufrimiento y hacer que sea difícil para ellos hablar abiertamente sobre sus propias emociones.
    5. Falta de empatía de los demás: en algunos casos, puede haber una falta de empatía hacia la persona infiel, con un enfoque predominante en el sufrimiento de la pareja traicionada. Esto puede hacer que la persona infiel sienta que su dolor no es válido o digno de atención.

    Es importante reconocer que la infidelidad es un tema complejo que afecta a todas las partes involucradas de manera significativa. La persona que ha sido infiel arrepentida también merece compasión, apoyo y la oportunidad de sanar de su propio dolor. Ofrecer un espacio seguro para que la persona infiel pueda procesar sus emociones y buscar ayuda es crucial para su proceso de curación y crecimiento personal.

     

    La decisión de contar o no contar la infidelidad a tu pareja es muy personal y depende de varios factores, incluyendo la naturaleza de tu relación, tus valores personales y las circunstancias específicas de la infidelidad. Aquí hay algunos puntos a considerar que pueden ayudarte a tomar una decisión:

    1. Honestidad vs. daño potencial: La honestidad es fundamental en cualquier relación, pero también es importante considerar cómo revelar la infidelidad podría afectar a tu pareja. Pregúntate si ocultar la verdad podría dañar aún más la confianza en la relación si tu pareja descubre la infidelidad por otros medios.
    2. Motivación para contar: Examina tus motivaciones para contar la verdad. ¿Lo estás haciendo para aliviar tu propia culpa o para ser honesto y transparente con tu pareja? Es importante evaluar si contar la infidelidad es en interés de tu pareja o si podría causar más daño que bien.
    3. La capacidad de tu pareja para manejar la revelación: Considera la capacidad de tu pareja para manejar la revelación de la infidelidad. Algunas personas pueden preferir no saber sobre la infidelidad para evitar el dolor y la angustia emocional, mientras que otras pueden valorar la honestidad y la transparencia incluso si es doloroso.
    4. Consecuencias potenciales: Piensa en las posibles consecuencias de contar la infidelidad, tanto para ti como para tu pareja. ¿Cómo podría afectar esto a la relación? ¿Estás preparado para asumir las consecuencias, sean cuales sean?
    5. Busca ayuda profesional: Si estás luchando para tomar una decisión, considera buscar orientación de un terapeuta o consejero. Un profesional puede ofrecerte una perspectiva objetiva y ayudarte a explorar tus sentimientos y opciones de una manera más clara.

    En última instancia, no hay una respuesta única o correcta a esta pregunta, ya que cada situación es única y compleja. Tómate el tiempo necesario para reflexionar sobre tus sentimientos y considerar las implicaciones de tus acciones antes de tomar una decisión.

    Síntomas psicológicos en la persona que ha sido infiel

    Las personas que han sido infieles pueden experimentar una amplia gama de síntomas después de la infidelidad. Estos síntomas pueden variar según la situación individual, pero algunos de los más comunes incluyen:

    1. Sentimientos de culpa y remordimiento: muchas personas que han sido infieles experimentan una intensa sensación de culpa por sus acciones. El remordimiento puede ser abrumador y afectar significativamente su bienestar emocional.
    2. Ansiedad y preocupación: la ansiedad es un síntoma común después de la infidelidad, tanto para la persona infiel como para su pareja. Pueden surgir preocupaciones sobre las consecuencias de sus acciones, el futuro de la relación y la posibilidad de ser descubierto.
    3. Miedo a perder la relación: la persona infiel puede temer que su pareja decida terminar la relación como resultado de la infidelidad. Este miedo a la pérdida puede ser angustiante y contribuir a la ansiedad y la angustia emocional.
    4. Autoevaluación y culpa interna: después de la infidelidad, la persona infiel puede comenzar a cuestionar su propio carácter, valores y motivaciones. Puede preguntarse por qué cometió el acto de infidelidad y si es realmente la persona que creía ser.
    5. Depresión: algunas personas que han sido infieles pueden experimentar síntomas de depresión, como tristeza, desesperanza y falta de interés en actividades que solían disfrutar. La depresión puede ser desencadenada por la intensidad emocional de la situación y los sentimientos de culpa y remordimiento.
    6. Dificultades para dormir: el estrés y la ansiedad relacionados con la infidelidad pueden interferir con el sueño, lo que resulta en dificultades para conciliar el sueño, mantenerse dormido o despertarse temprano por la mañana.

    Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden ser temporales y que muchas personas encuentran formas de superar la infidelidad y reconstruir relaciones más saludables en el futuro. Sin embargo, si los síntomas persisten o son abrumadores, es recomendable buscar apoyo profesional de un/a psicólogo/a especializado/a en relaciones de pareja.

    En el Centro de Psicología Sandra Ribeiro contamos con psicólogas sanitarias especializadas en las relaciones de pareja, ya sea en la terapia de pareja o de forma individual para resolver conflictos como, por ejemplo, la infidelidad. 

     

     

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  • La Realidad Detrás del Dolor de una Ruptura: Perdiendo una Parte de Nosotros Mismos

    La Realidad Detrás del Dolor de una Ruptura: Perdiendo una Parte de Nosotros Mismos

    Cuando nos enamoramos de otra persona, no solo nos conectamos con su ser, sino también con la versión de nosotros/as mismos/as que emerge en su presencia. Es como si cada relación fuera un espejo que refleja aspectos diferentes de nuestra personalidad y nos permite explorar nuevas facetas de quienes somos. Nos sentimos más vivos/as, más seguros/as, más felices cuando estamos con esa persona que amamos. Es como si encontráramos una versión mejorada de nosotros/as mismos/as en su compañía. Durante el tiempo que estuvimos juntos, nos convertimos en esta versión que se entrelazaba con la presencia y la influencia de nuestra pareja. Perder esa parte de nosotros/as mismos/as puede ser devastador y desorientador.

    Cuando llega el momento de una ruptura, no sólo experimentamos el dolor de perder a esa persona, sino también el dolor de perder esa parte de nosotros mismos que habíamos descubierto y cultivado durante la relación. Romper con alguien significa romper con las rutinas compartidas, los sueños y las experiencias compartidas. Pero también significa romper con la versión de nosotros mismos que éramos cuando estábamos con esa persona.

    El impacto emocional de una ruptura puede ser abrumador precisamente por esta razón. Nos sentimos perdidos, desconcertados y, a menudo, incompletos. Es como si una parte de nuestro ser se desvaneciera junto con la relación. El proceso de duelo no solo implica aceptar la pérdida de la otra persona, sino también la pérdida de la identidad que habíamos construido en el contexto de esa relación.

    Es importante reconocer y validar este dolor durante una ruptura. No se trata simplemente de “superarlo” o “buscar a otra persona”. Se trata de honrar y sanar las partes de nosotros mismos que hemos perdido en el camino. Es un proceso de reconstrucción de nuestra identidad y redescubrimiento de nuestro propio valor y autonomía.

    Al comprender esta dinámica subyacente, podemos abordar las rupturas con mayor compasión hacia nosotros/as mismo/as y hacia nuestra expareja. Reconocemos que, aunque la relación haya terminado, las lecciones aprendidas y las experiencias compartidas seguirán moldeándonos en el futuro. Y recordamos que el amor propio es la base sobre la cual podemos reconstruirnos y florecer una vez más, incluso después del dolor de una ruptura.

    Navegando por el dolor: reconstruyendo nuestra identidad después de una ruptura

    Con el fin de la relación, nos encontramos luchando por reconciliar quiénes éramos antes de la relación, quiénes nos convertimos durante la relación y quiénes queremos ser ahora que la relación ha terminado. Nos enfrentamos a preguntas difíciles sobre nuestra propia identidad y autenticidad. ¿Quiénes somos realmente cuando no estamos con nuestra pareja? ¿Cómo podemos redescubrir nuestra individualidad y reconstruir nuestra identidad fuera de la relación?

    El proceso de duelo después de una ruptura implica atravesar una montaña rusa de emociones: tristeza, ira, confusión, y a menudo una sensación abrumadora de vacío. Nos sentimos como si una parte de nuestro ser se hubiera desvanecido, dejándonos con una sensación de incompletitud y pérdida. Sin embargo, es importante recordar que el dolor que experimentamos es una parte natural y necesaria del proceso de curación.

    A medida que nos permitimos sentir y procesar nuestras emociones, comenzamos a reconstruir nuestra identidad desde cero. Esto implica volver a conectarnos con nuestras pasiones, intereses y valores, independientemente de la presencia de nuestra expareja o de una nueva pareja. Nos damos permiso para explorar nuevas experiencias, conocer nuevas personas y descubrir aspectos de nosotros/as mismos/as que habíamos olvidado o suprimido.

    Aunque el camino hacia la recuperación puede ser arduo y lleno de altibajos, también nos brinda la oportunidad de crecer y transformarnos de maneras que nunca habríamos imaginado. A medida que aprendemos a amarnos y valorarnos nuevamente, nos convertimos en versiones más auténticas y completas de nosotros/as mismos/as.

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  • Juventud Vulnerable: Abordando el Vacío Emocional en la Adolescencia y Previniendo el Riesgo de Suicidio

    Juventud Vulnerable: Abordando el Vacío Emocional en la Adolescencia y Previniendo el Riesgo de Suicidio

    La adolescencia es una etapa de la vida llena de cambios físicos, emocionales y sociales. Es un período de búsqueda de identidad, de exploración y de autodescubrimiento. Sin embargo, para muchos adolescentes, esta fase puede venir acompañada de una sensación de vacío emocional que puede ser abrumadora y difícil de manejar.

    A los padres y madres: Entendiendo el odio y la angustia de sus hijos adolescentes

    Como padre o madre, es probable que te enfrentes a momentos difíciles durante la adolescencia de tu hijo/a. Uno de los desafíos más difíciles puede ser escuchar palabras cargadas de odio y resentimiento dirigidas a ti. Es natural sentirte herido/a, confundido/a e incluso enfadado/a ante tales expresiones, pero es importante recordar que estas palabras pueden ser una manifestación de la angustia emocional que está experimentando tu hijo/a adolescente.

    Durante la adolescencia, los jóvenes atraviesan una montaña rusa de emociones. Los cambios físicos, hormonales y sociales pueden desencadenar sentimientos intensos de confusión, frustración y soledad. A menudo, los adolescentes carecen de los recursos emocionales necesarios para comprender y manejar estas emociones abrumadoras, lo que puede llevarlos a expresar su malestar de manera desafiante o incluso agresiva.

    Cuando tu hijo o hija te dice que te odia o que eres un mal padre o madre, es importante recordar que estas palabras no siempre reflejan sus verdaderos sentimientos. En muchos casos, son simplemente una expresión de su dolor interno y su lucha por encontrar su identidad en un mundo que parece abrumador y desconcertante.

    Como padre o madre, tu papel es fundamental en el apoyo emocional de tu hijo/a adolescente. Aunque puede resultar difícil, trata de no tomar estas palabras de manera personal. En lugar de ello, trata de escuchar más allá de las palabras y reconocer el dolor subyacente que está impulsando su comportamiento.

    Mantener abiertas las líneas de comunicación y ofrecer un espacio seguro para que tu hijo/a exprese sus emociones puede ser de gran ayuda. Fomenta un ambiente de comprensión, empatía y amor incondicional. Míralo desde el amor. Recuerda que, a pesar de las palabras que pueda decir en momentos de angustia, tu hijo/a aún necesita tu apoyo y guía durante este período de transición.

    Apoyo emocional para tu adolescente: La importancia de la educación emocional

    Quiero hablar contigo sobre algo que puede marcar una gran diferencia en la vida de tu hijo o hija adolescente: la educación emocional. En este momento de su vida, él/ella está experimentando una montaña rusa de emociones, y a menudo puede sentirse abrumado/a e incapaz de manejar lo que está sintiendo.

    Es comprensible que, como padre o madre, tu enfoque pueda estar en su éxito académico y desarrollo físico, tan necesario para su futuro en esta sociedad tan competitiva, pero también es crucial prestar atención a sus necesidades emocionales. La falta de orientación en este aspecto puede dejar a los adolescentes sintiéndose perdidos y confundidos cuando se enfrentan a emociones intensas como la tristeza, la ansiedad o la soledad.

    Quiero animarte a que, junto con el apoyo académico, también le brindes las herramientas para comprender y manejar sus emociones. Esto puede significar tener conversaciones abiertas sobre cómo se siente, enseñarle estrategias para lidiar con el estrés y la ansiedad, y fomentar un ambiente en el hogar donde pueda expresar libremente lo que está experimentando emocionalmente.

    Recuerda que tu hijo/a no está solo/a en este viaje. Estás aquí para apoyarlo y ayudarlo a navegar por estos momentos difíciles. Al ofrecerle una base sólida de educación emocional, le estás dando las herramientas que necesita para enfrentar los desafíos de la adolescencia confiando en ti y teniéndote como referencia en su vida.

    Liberación de hormonas y cambios neurobiológicos

    Otro factor importante que considerar es la liberación de hormonas durante la adolescencia. Los cambios hormonales pueden afectar el equilibrio químico del cerebro, lo que puede contribuir a cambios de humor, irritabilidad y sensación de vacío. Los adolescentes experimentan una oleada de hormonas que pueden intensificar sus emociones y hacer que se sientan abrumados.

    Búsqueda de diferenciación

    La búsqueda de diferenciación también juega un papel crucial en la sensación de vacío en la adolescencia. A medida que los adolescentes buscan independencia y autonomía, pueden alejarse de sus padres y buscar su propia identidad. Este proceso de separación puede generar sentimientos de soledad y vacío, especialmente si los adolescentes se sienten incomprendidos o desatendidos por sus familias.

    Intentos de suicidio en la adolescencia

    Lamentablemente, la sensación de vacío en la adolescencia también puede llevar a comportamientos autodestructivos, incluidos los intentos de suicidio. Cuando los adolescentes se sienten abrumados por el dolor emocional y no tienen las habilidades para manejarlo, pueden recurrir a medidas extremas para escapar de su sufrimiento. Es fundamental prestar atención a las señales de advertencia y brindar apoyo y recursos adecuados a los adolescentes que puedan estar en riesgo.

    Qué hacer si tu hijo o hija adolescente habla de suicidio o tiene un intento de suicidio

    Cuando un hijo/a habla de suicidio o tiene un intento de suicidio, es crucial que los padres y madres aborden la situación con seriedad y sensibilidad. Si estás pasando por una situación así, aquí hay algunos pasos importantes que puedes seguir:

    1. Toma la situación en serio: es fundamental tomarse en serio cualquier mención de suicidio o intento de suicidio. No minimices ni ignores las palabras o acciones de tu hijo/a.
    2. Mantén la calma: es natural sentirse abrumado y asustado ante una situación así, pero trata de mantener la calma para poder ofrecer el mejor apoyo posible a tu hijo/a.
    3. Escucha activamente: permítele a tu hijo/a que hable abiertamente sobre lo que está sintiendo. Escucha sin juzgar y muestra empatía hacia sus emociones.
    4. Valida sus sentimientos: es importante validar los sentimientos de tu hijo/a, incluso si no los entiendes completamente. Hazle saber que sus emociones son válidas y que estás ahí para apoyarlo/a.
    5. Ofrece apoyo emocional: brinda a tu hijo/a amor, apoyo y seguridad emocional. Hazle saber que no está solo/a y que estás ahí para ayudarlo/a a superar este momento difícil.
    6. Busca ayuda profesional: busca ayuda de inmediato de un profesional de la salud mental, como un psicólogo/a o psiquiatra. Los profesionales de la salud mental especializados en la población infantojuvenil estamos capacitadas para evaluar la situación y proporcionar el tratamiento adecuado.
    7. Elimina los medios letales: si hay objetos peligrosos o medios letales cerca, retíralos de inmediato para reducir el riesgo de un intento de suicidio.
    8. Haz un plan de seguridad: trabaja con un profesional de la salud mental para desarrollar un plan de seguridad que incluya estrategias para manejar crisis futuras y recursos de apoyo disponibles.
    9. Comunica con otros adultos de confianza: informa a otros adultos de confianza, como familiares cercanos, profesores o amigos, de la situación para que puedan ofrecer apoyo adicional a tu hijo/a.
    10. Permanece vigilante: continúa vigilando de cerca a tu hijo/a y mantén abiertas las líneas de comunicación. El apoyo continuo y la atención son fundamentales para ayudarlo/a a superar este momento difícil.

    ***MUY IMPORTANTE: si el riesgo de suicidio es inminente, es crucial actuar de manera rápida y decisiva para garantizar la seguridad de tu hijo/a.

                No le dejes solo/a: permanece con él/ella en todo momento. No le dejes solo/a ni le permitas tener acceso a medios letales como armas de fuego, medicamentos u objetos afilados.

                Llama a emergencias: llama inmediatamente al 112 para obtener ayuda profesional.

    Recuerda que la salud mental es tan importante como la salud física, y buscar ayuda profesional es esencial para ayudar a tu hijo/a a superar esta situación.

     

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